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25 noviembre, 2014

...guijarros lanzados al fondo de un negro estanque...

Hoy no pensaba poner nada pero acabo de encontrar en el último programa de Buscando leones en las nubes una poesía bonita.

La última luz. 

08 noviembre, 2014

Un poema sobre el acoso escolar.

Hace poco ha vuelto a ser noticia el bulling. Un año fui coordinador de convivencia y lo dejé por temor a la responsabilidad. Todos los profesores debemos luchar contra él pero, más que ninguno el que ejerce ese cargo. En el blog de José Luis García Martín he leído la reseña laudatoria de una antología, “Cincuenta poemas” de José Luís Piquero, y he encontrado el blog de este poeta.

El poema Apunte biográfico aborda el acoso. Es un poema que duele. Especialmente esta estrofa.

Y lo que más lamento ya no son los cuadernosde dibujo 
manchados de tinta o los tebeos 
que un día me quitaron, sino el otro 
expolio de mi infancia ignorante y feliz, 
la fe ciega en un orden de las cosas, 
la armonía del mundo que, prematuramente, 
hicieron mil pedazos en medio de la calle.



El poema completo debéis leerlo aquí. Los adultos no quedamos bien.






La historia de un acoso antiguo (el acoso de Jokin) es estremecedora. Podéis leerla aquí.

04 noviembre, 2014

Ubi sunt, again. Esta vez Pessoa.

Ya conocéis mi interés por el tópico ubi sunt. Trapiello, a quien sigo la pista en la distancia, colocó el día pasado en su Hemeroflexia un texto de Pessoa que aborda el asunto. Pertenece a El libro del desasosiego. Siempre he leído fragmentos de este libro, quizás siempre los mismos y nunca había dado con este. Quiero colgarlo aquí. Muchas gracias, Andrés, majete.

"He entrado en la barbería como de costumbre, con el placer que me da poder entrar fácilmente sin inhibición en las casas conocidas. Mi sensibilidad ante lo nuevo es angustiante: sólo estoy tranquilo donde ya he estado.
Al sentarme en la butaca he preguntado, porque me ha venido a la cabeza de casualidad, al mozo que me estaba poniendo al cuello un paño de lino fresco y limpio, cómo estaba su compañero de la butaca de la derecha, más viejo e ingenioso, que estaba enfermo. Se lo he preguntado sin que me pesara la necesidad de preguntárselo: se me ocurrió motivado por el sitio y el recuerdo. «Murió ayer», ha respondido la voz sin tono que estaba detrás del paño y de mí, y cuyos dedos se levantaban del último ajuste en la nuca, entre el cuello de la camisa y yo mismo. Todo mi buen humor irracional ha muerto de repente, como el barbero eternamente ausente de la butaca de al lado. El frío ha inundado todo cuanto pienso. No he dicho nada.
¡Nostalgia! La siento incluso de aquello que no ha sido nada para mí, debido a la angustia por la fuga del tiempo y a la enfermedad del misterio de la vida. Si dejo de ver las caras que veía habitualmente por mis calles de costumbre, me entristezco; y no han representado nada para mí, a no ser el símbolo de toda vida.
¿Aquel viejo insignificante de las polainas sucias, que se cruzaba frecuentemente conmigo a las nueve y media de la mañana? ¿El vendedor de lotería cojo que me molestaba inútilmente? ¿El vejete redondo y colorado con su puro a la puerta del estanco? ¿El dueño pálido del estanco? ¿Qué ha sido de todos ellos, que por haberlos visto una y otra vez, han formado parte de mi vida? También yo desapareceré de la Rua da Prata, de la Rua dos Douradores, de la Rua dos Fanqueiros. También yo –el alma que siente y piensa, el universo que soy–, sí, también yo seré mañana el que ha dejado de pasar por estas calles, el que otros evocarán vagamente con un «¿qué habrá sido de él». Y todo cuanto hago, todo cuanto siento, todo cuanto vivo, no será más que un transeúnte menos en la cotidianidad de las calles de una ciudad cualquiera."

02 noviembre, 2014

Un poema religioso de Lorca



García Lorca escribió Oda al Santísimo Sacramento del Altar. Mi padre, que es quien me lo cuenta, dice que ningún escritor católico ha hecho luego referencia a ella. El autor del libro que se lo ha recordado (Sobre García Lorca, de Antonio Gallego Morell) dice que el poeta “escribe su Oda bajo una exaltación de su fe”.

A mi padre le parece que algunos versos son irreverentes.
Vivo estabas, Dios mío, dentro del ostensorio.
Punzado por tu Padre con aguja de lumbre.
Latiendo como el pobre corazón de la rana
que los médicos ponen en el frasco de vidrio
.
Lorca le envió la oda a Manuel de Falla, que era un católico sincero, (por lo visto mi padre no le supone esta condición a Lorca) y parece que a Falla no le gustó.
  
A mi padre se le ha ocurrido que Falla podía haber respondido también rimando.
Me dicen que has hecho versos
y entre ellos una oda.
Está bien que escribas versos
¡Pero haz versos y no odas!



El poema completo de Lorca se puede leer aquí.

23 noviembre, 2007

ÍBAMOS A SER REINAS

Muchas cosas de las que sé me las enseñó mi padre. También el poema del que quería hablaros hoy. Gabriela Mistral recuerda su infancia cuando con sus amigas imaginaban llegar a lo más alto.

Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia
y Lucila con Soledad.

En el valle de Elqui, ceñido
de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos
arden en rojo y azafrán.

Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.
¿No es ésta una experiencia común? La infancia (y la juventud después) es la edad de los sueños y las promesas. De niño uno puede serlo todo. En la adolescencia, yo quería ser santo, santo y revolucionario. De familia muy católica y antifranquista mi ideal era la síntesis, que a mí me parecía fácil, entre Teresa de Calcuta y Ché Guevara.

Todas íbamos a ser reinas,
y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido
reina ni en Arauco ni en Copán...

Rosalía besó marino
ya desposado con el mar,
y al besador, en las Guaitecas,
se lo comió la tempestad.
La vida nos va mostrando que no es fácil ser excelente. Los grandes logros son alcanzados por unos pocos y la mayoría terminamos siendo gente corriente con una vida corriente. Mi amigo A., al que conocí en la Universidad, creía que había dos grupos de personas: los “de cine” y los otros. La gente “de cine” era, para él, la gente que había triunfado en la vida y por eso eran reconocidos por todos. Él, como yo, como todos, quería convertirse en alguien “de cine”.
Aristóteles explica que la fama no tiene ningún valor por sí misma. Si ha de ser tenida en alguna estima es porque indica que hemos alcanzado la excelencia en algo. El mérito en la actividad correspondiente es lo que tiene un valor. Es como si no creyeramos que valemos hasta que no lo vemos reflejado en los ojos de los otros.

Con Internet y la creación de páginas web, blogs, fotologs y youtube muchos hemos vuelto a soñar con que “nuestro talento” sería por fin reconocido. Siempre tendemos a pensar que nos minusvaloran. Lentamente la realidad nos devuelve a nuestro verdadero tamaño.

Pero en el valle de Elqui, donde
son cien montañas o son más,
cantan las otras que vinieron
y las que vienen cantarán:

-"En la tierra seremos
reinas, y de verídico reinar,
y siendo grandes nuestros reinos,
llegaremos todas al mar."






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El poema completo de Gabriela Mistral es mejor que este post. Podéis encontrarlo aquí.
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Una vez escrito el post encuentro esto en Andrés Ibañez. "Usted dirá que qué me importa a mí lo que piensen los demás, y sí, la verdad es que sería estupendo que a uno pudiera no importarle. Sería estupendo y bastante innovador, además, en el terreno de los sentimientos humanos."
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Tengo que decir que me a mí me importa mucho "el qué dirán", la fama, la vanidad, las estadísticas. Sobre todo porque me da argumento para muchas entradas en el blog. ;-)
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Si alguien no lo remedia, y pese a algunos consejos en contra -dignos de consideración pero que voy a desoir- pondré el video sobre Perec el lunes, día de máxima audiencia. Espero veros a casi todos por aquí ese día. No quiere decir que me vaya a pasar al Videoblog. A no ser que por fin mi gran talento sea reconocido y salga por la puerta grande. ;-)