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21 febrero, 2012

Las razones para votar.

Quería yo explicar la distinción (clásica en filosofía de la ciencia) entre contexto de justificación y contexto de descubrimiento para un post que tengo entre manos sobre Garzón y he encontrado un video muy actual y muy gracioso que me viene al pelo.


Es la intervención de Santiago Segura en la Gala de los Goya de este año. Sin ninguna duda lo mejor de la gala, aunque no la vi entera.

Se supone que los premios se le dan a “los mejores”. ¿Qué razones hay para que No habrá paz para los malvados haya sido premiada como mejor película? Yo aún no la he visto pero seguro que José Luis Castrillón, autor del libro “El Cine de victor Erice”, y entendido en temas cinematográficos podría explicarlo dando razones técnicas y relacionadas con la historia del triller, el cine negro, el policiaco o el género al que ésta pertenezca. Si así lo hiciera, (no sé siquiera si la ha visto o le ha gustado) estaría hablando del “contexto de justificación”.

Si alguien da razones de por qué consideramos científica la ley de la gravedad se está movimiento en el contexto de justificación pero si por el contrario explica los motivos históricos o psicológicos por las cuales Newton dio con ella se mueve en el de descubrimiento.

Cuando Iñaqui Gavilondo Gabilondo en este video habla de “las poderosas razones jurídicas” que han llevado a apartar a Garzón de la Audiencia Nacional está hablando del contexto de justificación (aunque luego a él esas razones le importan un pito). Cuando habla de que “había muchos que le tenían muchas ganas” (perdón si las palabras no son textuales, no tengo ganas de mirarlo) está hablando de las motivaciones concretas que cada uno de los siete miembros del tribunal ha tenido (según Gabilondo) para condenarlo, es decir “contexto de descubrimiento”.

Santiago Segura explica con mucha gracia los motivos psicológicos por los que los académicos votan. A estas alguras del post supongo que todo el mundo entiende que ese es el contexto de descubrimiento.

Son casi cinco minutos son muy divertidos y merecen la pena pero si solo te interesa el contexto de descubrimiento en relación con como votan los académicos del cine puedes ver solo del minuto 1:00 al 3:00
http://www.youtube.com/watch?v=YvbA3okMOys
Creo que ahora funciona el link.

19 noviembre, 2007

¿TODO ES FÍSICA O QUÍMICA? (con la ortografía corregida)

“Todo es física o es química”. Un amigo, ML, me dice que la idea es de Severo Ochoa. Lo busco en Internet y encuentro la frase atribuida a él. Se ve que le dieron el nobel por lo que sabía de Medicina y no por sus conocimientos de metafísica.

Es una pena que D. Severo no viva ya. No puede decirnos si la frase pertenece a la física o a la química. O con otras palabras eso de que todo son hechos físicos o hechos químicos ¿por qué lo sabe? ¿Por físico o por químico?

No sé si me explico. Lo que quiero decir es que la afirmación de Ochoa es una afirmación metafísica. Pretende hablar sobre toda la realidad y no creo ninguna de esas dos ciencias le de autoridad para ello. Too much pal body.

Naturalmente que D. Severo Ochoa tiene derecho a meterse a metafísico, como cualquiera, pero en ese caso debe quedar claro que no habla como científico si no como filósofo.

No nos metamos en otros berenjenales mayores, sin ir más lejos: los números. ¿Son físicos o químicos?
¿Qué tipo de realidad tienen los números? ¿La física y la química nos dicen algo sobre la realidad de los entes matemáticos?
No creo que nadie se atreva a decir que los números son únicamente unas conexiones neuronales presentes en miles de seres humanos. Querer afirmar algo sobre ellos estudiando los cerebros que los piensan sería como suponer que se puede saber algo sobre "El Quijote" analizando quimicamente la tinta con la que está impreso.

Pero lo que me ha decidido a escribir esta entrada que tenía en mente desde el verano, (y que querría rematar un día hablándole a ML del libro "Para qué sirven los charcos") ha sido encontrar en el blog de un físico, pseudópodo una cita de Eddington que lo aclara todo.

"Supongamos que un ictiólogo está explorando la vida del océano. Arroja una red en el agua y saca un surtido de peces. Examinando su pesca, procede sistemáticamente como suelen hacerlo los científicos y llega a dos generalizaciones:
1.Ninguna criatura marina tiene menos de dos pulgadas de longitud.
2.Todas las criaturas marinas tienen agallas.
(…) En esta analogía, la pesca representa el cuerpo de conocimientos que constituye la ciencia física, y la red, el equipamiento sensorio e intelectual que usamos para obtenerlo. Arrojar la red corresponde a la observación, porque el conocimiento que no ha sido obtenido -o no podría obtenerse- por observación no es admitido en la ciencia física.
Un observador podría objetar que la primera generalización está equivocada: “Hay muchas criaturas en el mar de menos de dos pulgadas, sólo que su red no las puede capturar”. El ictiólogo desecha esta objección con desprecio: “Cualquier cosa no capturable por mi red esta, ipso facto, fuera del ámbito de la ciencia ictiológica”. En breve: “lo que mi red no pueda capturar, no son peces”. O, para traducir la analogía: “Usted está reclamando un conocimiento del universo físico descubierto de una manera que no es la de los métodos de la ciencia física, y que es inverificable por dichos métodos. ¡Bah! ¡Usted es un metafísico!"



En fin, Ochoa echa su red físico-química y decreta que todo lo que su red no pille carece de derecho a la existencia. Todo eso suponiendo que la frase no sea apócrifa, la verdad es que en internet aparece muy pocas veces citada en comparación con algunas otras similares.


y si quieren la cita en el blog de pseudópodo aquí la tienen

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Lo que quería contarles de Perec me costaría tiempo redactarlo y he estado probando con la cámara. He hecho muchas pruebas. Se me ocurría pasarme, aunque sólo fuera por un día al video-blog. Con tres minutos hablando se lo contaba todo y me ahorraba la redacción.
¿Qué les parece a ustedes? ¿Ver al que escribe le quitará misterio y gracia al asunto? ¿Perderé los lectores que, pese a las escasez de comentarios, Google-analytics dice que voy ganando? ¿Ganaré público pues siempre es más fácil mirar y escuchar que leer?
Sí, ya lo sé, si convierto esto en un video-blog, perderé, por definición, lectores y ganaré espectadores, pero saben que no es eso lo que les pregunto.

01 septiembre, 2007

PERO VAMOS A VER UNA COSA

El artículo de hoy está dedicado a Miguel, que es un amigo/vecino de Arenas. (La barra es un homenaje a Umbral que en un tiempo las usó mucho. ) Miguel es profesor de física y química pero también (yo lo admiro por eso) tiene formación humanista porque hace unos años terminó la carrera de filología hispánica. Añado, lo admiro por eso y por otras muchas cosas que no vienen al caso.

¿Pero a qué viene tanta coba?
Primero porque lo que digo es verdad y segundo porque Andrés Ibañez se mete con los científicos y la formación primera de Miguel (digamoslos así) ha sido científica.
El artículo tiene algunos puntos débiles (como lo de la tontería del número de las neuronas, por ejemplo) pero es un escrito insólito, explica una verdad como un templo (con independencia de que se puedan matizar muchas cosas), y además lo hace con gracia.

PERO VAMOS A VER UNA COSA. Por Andrés Ibáñez.

Carlos Martínez Alonso, director del CSIC, expone en un diario madrileño las siguientes opiniones: «mi percepción es que las humanidades están en el pasado... los libros te dicen poco? yo los contemplo como un fósil o como un hueso, pero nunca como parte de lo que altera lo que te rodea?» Declara además: «un libro está superado desde el momento en que nace; tiene una vida que termina justamente cuando el libro se hace».
¿Qué decir a todo esto? ¿Qué resulta más irritante? ¿La ignorancia, la arrogancia, el paternalismo?
Últimamente este tipo de ataques asesinos hechos con una gran sonrisa de cordialidad parecen estar a la orden del día. Los científicos afirman con total tranquilidad que los que no son científicos son tontos, y pretenden hacerlo además con buen rollo, como diciendo, «venga, si en el fondo estás deseando admitir que tengo razón.» Es lo mismo que le dice Martínez Alonso (es verdaderamente increíble) a la escritora Irene Zoe Alameda: «A ver si estás de acuerdo: en el caso de la ciencia, existe la realidad. Vosotros no tenéis realidad.» La tendencia de las humanidades en estos casos es casi pedir perdón, o bien afirmar que es cierto, que las humanidades no sirven para mucho (ya que una de las características del humanismo es, precisamente, intentar verse a sí mismo desde los ojos de otro), o bien buscar argumentos para defenderse, argumentos que acaban resultando pobres, sentimentales y poco convincentes.
Gesto cruel. Lo que NO suelen hacer los «humanistas» o escritores aludidos es, por lo general, contraatacar, es decir, decir qué es lo que piensan ellos de los científicos. Y eso es lo que yo me propongo hacer en esta ocasión.
En mi opinión, para dedicarse a la ciencia es necesario tener una mente muy simple. Las mentes complejas se aburrirían enseguida con el método científico, que es puramente mecánico y se limita a trabajar con «hechos», entendiendo por «hecho» aquello que es susceptible de medirse con números. Esto es algo que no suele decirse porque las gentes del mundo de las humanidades somos mucho más educadas y sofisticadas que los científicos, y también por otra razón de peso: si un niño de cinco años, por ejemplo, nos llama «tontos» no nos dedicamos a hacerle ver que él es mucho más tonto que nosotros; ese gesto sería cruel y el niño acabaría llorando. Así, los científicos llaman tontos a los humanistas con total tranquilidad, y los humanistas, por lo general, se callan.
Respuestas para todo. Los científicos están preparados simplemente para medir cosas y para pensar mecánicamente y de forma literal. Cuando se enfrentan con problemas que requieren otro orden de complejidad, una comprensión más sutil que tenga en cuenta aspectos aparentemente contradictorios, reaccionan como botarates. Es lógico que esto sea así. ¿Cómo van a ser sutiles si no son más que científicos?
Los científicos miden cosas y hacen experimentos y los repiten mil veces y descubren cosas sobre la realidad física, pero tienen, al mismo tiempo, un desconocimiento absoluto sobre la realidad social y también sobre la realidad psíquica. Lo curioso es que ellos (ya lo he dicho en otra ocasión) no saben que no saben. Para los científicos, saber algo sobre el ser humano es saber, por ejemplo, el número exacto de neuronas que existen en el organismo. Pero saber algo del ser humano es, también, saber algo sobre el amor, sobre el mal, sobre la belleza, sobre la fantasía, sobre la imaginación.
En este caso, los científicos (que como todos los simples, tienen respuestas para todo) no dicen que esos temas no sean importantes, sino que de esos temas nadie puede saber. Es decir, no es que ellos no sepan de esos temas, sino que nadie puede saber. Pero ¿por qué nadie puede saber? Porque no son temas científicos. Y se quedan tan anchos. ¿No es evidente que son más simples que una mata de habas?
El hecho de que los científicos sean más simples, menos sutiles, menos ilustrados, menos sofisticados que los humanistas les vale siempre para salirse con la suya. Pero algunas veces, hasta a un niño de cinco años hay que ponerle en su sitio y decirle, taxativamente, «tú te callas». Y a la pregunta de «¿por qué?», responder: «porque tienes cinco años.»



Andrés Ibañez escribe habitualmente los sábados en el cultural de ABC (Las artes y las letras) aunque en 2001 publicaba crítica literaria en Babelia. Creo que ha ganado un premio de novela pero en el ABC hace ensayo. Ya incorporé un artículo suyo a este blog hace tiempo. "Cambiar el mundo". Desde entonces ha escrito cosas más flojas. El de hoy sábado no está mal. "PERO VAMOS A VER UNA COSA" creo que merece ser recordado. Si te quedas con ganas de más AndrésIbañez en esta dirección "http://listanacho.blogia.com/2005/112801--que-se-lee-en-el-metro-de-madrid-por-andres-ibanez-escritor.php puedes ver LO QUE SE LEE EN EL METRO"