01 septiembre, 2007

PERO VAMOS A VER UNA COSA

El artículo de hoy está dedicado a Miguel, que es un amigo/vecino de Arenas. (La barra es un homenaje a Umbral que en un tiempo las usó mucho. ) Miguel es profesor de física y química pero también (yo lo admiro por eso) tiene formación humanista porque hace unos años terminó la carrera de filología hispánica. Añado, lo admiro por eso y por otras muchas cosas que no vienen al caso.

¿Pero a qué viene tanta coba?
Primero porque lo que digo es verdad y segundo porque Andrés Ibañez se mete con los científicos y la formación primera de Miguel (digamoslos así) ha sido científica.
El artículo tiene algunos puntos débiles (como lo de la tontería del número de las neuronas, por ejemplo) pero es un escrito insólito, explica una verdad como un templo (con independencia de que se puedan matizar muchas cosas), y además lo hace con gracia.

PERO VAMOS A VER UNA COSA. Por Andrés Ibáñez.

Carlos Martínez Alonso, director del CSIC, expone en un diario madrileño las siguientes opiniones: «mi percepción es que las humanidades están en el pasado... los libros te dicen poco? yo los contemplo como un fósil o como un hueso, pero nunca como parte de lo que altera lo que te rodea?» Declara además: «un libro está superado desde el momento en que nace; tiene una vida que termina justamente cuando el libro se hace».
¿Qué decir a todo esto? ¿Qué resulta más irritante? ¿La ignorancia, la arrogancia, el paternalismo?
Últimamente este tipo de ataques asesinos hechos con una gran sonrisa de cordialidad parecen estar a la orden del día. Los científicos afirman con total tranquilidad que los que no son científicos son tontos, y pretenden hacerlo además con buen rollo, como diciendo, «venga, si en el fondo estás deseando admitir que tengo razón.» Es lo mismo que le dice Martínez Alonso (es verdaderamente increíble) a la escritora Irene Zoe Alameda: «A ver si estás de acuerdo: en el caso de la ciencia, existe la realidad. Vosotros no tenéis realidad.» La tendencia de las humanidades en estos casos es casi pedir perdón, o bien afirmar que es cierto, que las humanidades no sirven para mucho (ya que una de las características del humanismo es, precisamente, intentar verse a sí mismo desde los ojos de otro), o bien buscar argumentos para defenderse, argumentos que acaban resultando pobres, sentimentales y poco convincentes.
Gesto cruel. Lo que NO suelen hacer los «humanistas» o escritores aludidos es, por lo general, contraatacar, es decir, decir qué es lo que piensan ellos de los científicos. Y eso es lo que yo me propongo hacer en esta ocasión.
En mi opinión, para dedicarse a la ciencia es necesario tener una mente muy simple. Las mentes complejas se aburrirían enseguida con el método científico, que es puramente mecánico y se limita a trabajar con «hechos», entendiendo por «hecho» aquello que es susceptible de medirse con números. Esto es algo que no suele decirse porque las gentes del mundo de las humanidades somos mucho más educadas y sofisticadas que los científicos, y también por otra razón de peso: si un niño de cinco años, por ejemplo, nos llama «tontos» no nos dedicamos a hacerle ver que él es mucho más tonto que nosotros; ese gesto sería cruel y el niño acabaría llorando. Así, los científicos llaman tontos a los humanistas con total tranquilidad, y los humanistas, por lo general, se callan.
Respuestas para todo. Los científicos están preparados simplemente para medir cosas y para pensar mecánicamente y de forma literal. Cuando se enfrentan con problemas que requieren otro orden de complejidad, una comprensión más sutil que tenga en cuenta aspectos aparentemente contradictorios, reaccionan como botarates. Es lógico que esto sea así. ¿Cómo van a ser sutiles si no son más que científicos?
Los científicos miden cosas y hacen experimentos y los repiten mil veces y descubren cosas sobre la realidad física, pero tienen, al mismo tiempo, un desconocimiento absoluto sobre la realidad social y también sobre la realidad psíquica. Lo curioso es que ellos (ya lo he dicho en otra ocasión) no saben que no saben. Para los científicos, saber algo sobre el ser humano es saber, por ejemplo, el número exacto de neuronas que existen en el organismo. Pero saber algo del ser humano es, también, saber algo sobre el amor, sobre el mal, sobre la belleza, sobre la fantasía, sobre la imaginación.
En este caso, los científicos (que como todos los simples, tienen respuestas para todo) no dicen que esos temas no sean importantes, sino que de esos temas nadie puede saber. Es decir, no es que ellos no sepan de esos temas, sino que nadie puede saber. Pero ¿por qué nadie puede saber? Porque no son temas científicos. Y se quedan tan anchos. ¿No es evidente que son más simples que una mata de habas?
El hecho de que los científicos sean más simples, menos sutiles, menos ilustrados, menos sofisticados que los humanistas les vale siempre para salirse con la suya. Pero algunas veces, hasta a un niño de cinco años hay que ponerle en su sitio y decirle, taxativamente, «tú te callas». Y a la pregunta de «¿por qué?», responder: «porque tienes cinco años.»



Andrés Ibañez escribe habitualmente los sábados en el cultural de ABC (Las artes y las letras) aunque en 2001 publicaba crítica literaria en Babelia. Creo que ha ganado un premio de novela pero en el ABC hace ensayo. Ya incorporé un artículo suyo a este blog hace tiempo. "Cambiar el mundo". Desde entonces ha escrito cosas más flojas. El de hoy sábado no está mal. "PERO VAMOS A VER UNA COSA" creo que merece ser recordado. Si te quedas con ganas de más AndrésIbañez en esta dirección "http://listanacho.blogia.com/2005/112801--que-se-lee-en-el-metro-de-madrid-por-andres-ibanez-escritor.php puedes ver LO QUE SE LEE EN EL METRO"

3 comentarios:

  1. Hoy recomiendo OCÉANOS DE LECTURA de Gregorio Salvador en La Tercera de ABC.

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  2. Se pueden matizar muchas cosas y la básica, para mi, es que no se puede ser un buen científico sin ninguna fromación humanística. A lo sumo se puede ser un buen técnico o gestor.

    Lo que dice sobre dedicarse a la ciencia es de una simplicidad que le coloca a la misma altura de lo que critica. Para aportar algo en ciencia es necesario trascender los números. Si me dice que gran parte de la teoría física y matemática moderna es "pensar mecánicamente y de forma literal", entiendo que, o bien este señor es excepcional, o bien no sabe de que habla.
    Concluyo, el director del CSIC tiene 5 años a pesar de su curriculum, pero el señor Andrés Ibáñez no parece pasar de los 6.

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  3. Me parece muy interesante esta reflexión sobre la mentalidad científica, de hecho yo renegué durante una temporada de mi formación técnica, empecé a interesarme por las humanidades y curiosamente llegue a aceptar la validez y las limitaciones de mi formación original. Creo que deberían impartirse asignaturas de humanidades en todas las escuelas técnicas.
    Quercus.

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