21 mayo, 2012

SENTIMIENTOS COMO EXCUSA

Lo he leído en algún libro (quizás de psicología barata) y sin embargo creo que es absolutamente cierto.

Muchas veces los sentimientos no es algo que nos predisponga a actuar de una determinada manera, acorde con ellos. Muchas veces son la justificación para no hacer nada.

Por ejemplo, siento mucha pena de algunos damnificados en una catástrofe al verlos por televisión. Pero eso no quiere decir que vaya a donar dinero para reparar los daños. Es más, precisamente esa pena me muestra que soy un tipo estupendo, un hombre compasivo que sufre mucho con el dolor ajeno. No necesito dar dinero para sentirme bien.

Si por ejemplo siento un gran dolor recordando cosas que hice mal en la educación de mis hijos, eso me hace sentir buen padre, y eso me evita afrontar la educación de mis hijos hoy. No tenía que lamentarme por el pasado sino afrontar el presente. Pero es mucho más fácil sentir remordimientos por el pasado y eludir el presente.

Voy a contar un caso de lo contrario. Cuando mi padre estuvo ingresado en el hospital le escuché gritar de dolor en alguna cura de la operación. No sentí nada. No dedicaba mis energías a eso porque realmente estaba ocupado de él. Estaba haciendo cosas por él, pero no sentía nada, ni necesitaba sentir compasión para sentirme buen hijo. Es más, me sentía un poco mal hijo por no sentir nada. Sin embargo me ocupaba de él.

Hoy he visto a una persona (llamémosla X) que se “condolía” mucho del daño que sufría otra (llamémoslo Z).

X decía sentir una gran pena del daño que sufría Z… ¡¡¡por algo que le hacía voluntariamente X!!!

Y creo que realmente sentía pena. Era el modo más cómodo de hacer lo que le daba la gana y al mismo tiempo no sentirse tan mala persona.

2 comentarios:

  1. Un buen mecanismo de defensa, sí señor.

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  2. Cierto. Yo tuve una pareja que se negaba a hablar con aquellos que requerían su ayuda en los malos momentos porque - decía - le trasmitían su energía negativa y lo pasaba mal al ser demasiado sensible para soportar el sufrimiento ajeno. Eso decía. Vamos, lo que viene a ser el egoísmo de toda la vida de Dios pero revestido de sensibilidad y presuntos buenos sentimientos New Age. Aquello terminó fatal, obviamente.

    Hay quien realmente lo pasa mal sabiendo que no ha hecho lo correcto. Son remordimientos, supongo, que no redimen pero al menos nos dan una señal de alarma. Después hay quien dice que lo pasa mal sólo porque en según que ambientes ser insensible está muy mal visto. En realidad creo que como especie no hemos cambiado tanto: antes la gente decía que se compadecía de los desgraciados y seguía a lo suyo y hoy se dice lo mismo pero apelando a un supuesto exceso de humanidad más elaborado desde el punto de vista psicológico.

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