06 octubre, 2007

SINDROME DE UTOPÍA.

MIENTRAS PERSEGUIMOS LO INALCANZABLE HACEMOS IMPOSIBLE LO REALIZABLE. R. ARDREY.

He terminando de leer el libro “Cambio” de Watzlawick y otros. (otros autores, quiero decir, no que esté terminando de leer otros libros.) “Formación y solución de los problemas humanos.” Dice el subtítulo.

Hay un capítulo que se llama “El síndrome de utopía”. Me acordé de mi amigo Jairo y de una entrada pasada

¿métodos espurios?


Os acordais que Jairo quiere cambiar el mundo de verdad. No le parece suficiente que las ONGs recauden fondos para proyectos de desarrollo en países pobres. Deben hacerlo además de un modo “puro”. Sin utilizar añagazas publicitarias. Las que a él le disgustaban tenían que ver con el machismo de esos anuncios que para vender coches colocan al lado a una mujer espléndida.

Le expliqué que las ONGs son empresas que prestan un servicio y que normalmente en muchos casos se comportan como una empresa más. “Si las ONGs son una empresa más no me interesan”. Leyendo a Watzlawick he aprendido lo siguiente.

“El sentido común indica que el mejor modo de enfrentarse con problemas surgidos de la imposición de metas exageradas es señalar sus aspectos impracticables y absurdos, con la esperanza de que el sujeto se dé cuenta de los mismos.”
SIN EMBARGO:
“Tratar de inyectar «realidad» en utopías establece y mantiene un callejón sin salida.”


“Una persona que se plantea en la vida metas demasiado sublimes no tendrá en cuenta ninguna tentativa de convencerla para que adopte proyectos más realistas. Para ella, tales consejos no son sino una invitación a resignarse a un modo de vida miserable y deprimente; por tanto, el lenguaje del sentido común resulta el menos adecuado para obtener éxito en estos casos. Lo único que tal persona comprende, pero demasiado bien, es el lenguaje de la utopía. Desde luego la idea de fomentar, en vez de combatir, aquello que precisa ser cambiado, resulta chocante para el sentido común. Pero ya hemos visto que el modo de abordar a un pesimista consiste en enfrentarle con un pesimismo más acentuado aún y, de modo asaz análogo, el que alberga utopías renunciará por lo general más pronto a las mismas si éstas son llevadas más allá de sus propios límites.”

Ya sé lo que tengo que hacer pero aún no sé como aplicarlo.
Y el que quiera leer todo el apartado completo puede leerlo aquí:
En realidad existe todo un capítulo completo sobre el "Síndrome Utopía". El apartado que yo he escaneado es el que se incluye entre los "EJEMPLOS", al final del libro.

1 comentario:

  1. Ahora estoy esperando tu entrada para "Cambio" en la wikipedia :-)

    En cuanto a este chico utópico: a lo mejor había que señalarle que es verdad, y que no sólo el trabajo de las ONG sino *todos* los trabajos (incluyendo el suyo) deberían de hacerse por amor al arte y basándose en los más altos principios; en particular, sin cobrar un duro porque el dinero todo lo mancha...Que, por otra parte, los padres no deberían dedicar más atención y cuidados a sus hijos que a los de los demás, porque esa preferencia no es más que una injusticia para con los que más lo necesitan, etc... en fin, algo así.

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