15 abril, 2015

Un recuerdo que venía a cuento.

Mi padre me contó hace muchos años algo que me impresionó. Solo se lo oí contar una vez, pero creo se mantienen en mi memoria porque entonces no pude entenderlo.

Su padre, el abuelo que nunca conocí, murió de una pulmonía durante unas navidades, siendo él aun un chico joven. Fueron días muy tristes para todos, como es natural, pero además de la pena, él sentía rabia en su interior porque aquello hubiera sucedido precisamente en navidades, matando la alegría de esas fiestas. Y lo que viene a continuación es lo que me impresionó y lo que aún recuerdo, aunque solo se lo oí contar una vez.

En voz baja, cuando estaba solo, cantaba villancicos.

Hace unos días subí con mi madre de la mano a la terraza de su residencia. Lucía un sol espléndido y se divisaba desde allí gran parte de la ciudad. Le llamé la atención sobre el hermoso día, pero no parecía apreciarlo. Yo, por el contrario, me sentía feliz, exultante y feliz, aunque tenía allí al lado a mi madre enferma. El sol transmitía tal alegría que nada la podía hacer desaparecer. Ni la triste vida que lleva mi madre ahora. 

Y entonces me acordé de los villancicos de mi padre. 

1 comentario:

  1. Yo nunca tuve buenas relaciones con mi padre y con mi madre menos. Solo me reconcilié con mi padre una hora antes de morir. Pero lo hicimos y fue espontáneo. Con mi madre en la residencia, ya inofensiva, tuve algún buen momento tan alejados de los amargos que me había hecho vivir ella. Ella no hubiera cantado villancicos si no hubiera sabido que con ellos te causaba dolor. Aprecio estos momentos que pasas con tus padres en circunstancias tan difíciles. Veo que lo llevas con estoicismo e intentas vivirlo con intensidad que queda plasmada en este diario extraño. Y que algún día tendrías que publicar aunque solo sea para ti. Pero ahora recuerdo que comentaste que no querías que fuera conocido por tus cercanos para escribir con libertad. Extraño pero interesante. Los diarios reflejan lo que somos, cómo lo somos. Yo no dejo de recomendárselo a mis alumnos. Tengo un diario del mes en que mi padre estaba en el hospital antes de morir. Nunca lo he vuelto a leer. Es de Junio-Julio de 1991.

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