Sacar demasiadas cosas de la biblioteca.
La excesiva oferta de la vida actual puede producir
frustración si no aprendes a aceptar la finitud. Somos finitos, aunque nos
fastidie.
Paso por la biblioteca a devolver cosas de mi padre y
aprovecho para sacarle a mi mujer El
mundo de los prodigios, para que termine la trilogía de Deptford de Davies.
Hasta aquí todo bien. Como encuentro al lado, en el mismo estante, la segunda
parte aprovecho para sacarla para mí. Yo sólo leí el primero este verano y
aunque me gustó, es el consejo de Pseudópodo el que me anima a leer los demás.
En realidad no sé para qué lo saco, lo tengo en el ebook, y además estoy
enzarzado en la lectura de Flujo de
Csikszentmihalyi, que no quiero dejar. También encuentro, por casualidad, una
película de Manoel de Oliveira que le gusta mucho a mi amigo Ángel. El rostro
de María de Medeiros en la carátula me decide a llevármela también.
Esta noche no podré leer, ni el uno ni el otro libro, porque
quiero ver la película. A veces saco un DVD de la biblioteca que devuelvo, pasada una semana, sin
haber visto. Me debí limitar a sacar el libro de mi mujer, pero un ansia de
abarcarlo todo me condena a la frustración.
Bruckner en la La
euforia perpetua (magnífico libro aunque Pseudópodo desconfíe de los
intelectuales franceses) nos previene contra ese deber de ser felices que el
mundo actual nos impone. Solo se puede ser feliz en esta vida, se nos dice, y
tenemos a nuestro alcance todas las posibilidades para lograrlo.
Con tantas posibilidades imposibles de realizar en una sola vida
la elección de una lleva aparejada la renuncia dolorosa a todas las demás.
La solución: realizar lo que haces en estado de flujo, disfrutando con lo que haces e involucrado completamente, de modo que no te
queden ojos para ver lo que dejas. Y no sacar de la biblioteca ni bajar de papyrer más libros de los que puedes leer.
Os dejo, me voy a poner con La divina comedia de Manoel de Oliveira. Aunque no estoy seguro que
me vaya a gustar, la media pastilla de ansiolítico, la dosis de la noche, que ya he tomado, me ayudará a encontrar el ritmo adecuado.
Al final me cansé de la película y me lié a escribir comentarios en la nueva entrada del blog de Pseudópodo.
ResponderEliminaraquí
Muy interesante.