06 septiembre, 2014

Final de la vida.

Voy con mi padre al médico. 

Mientras estamos esperando dice: "Vamos a ver como es el final de la vida". Creo entender que se refiere al tiempo que le queda por vivir. Luego añade. "Es un latazo." Y se ríe un poco. No está angustiado, lo dice resignado, como si lo tuviera asumido, al menos en ese momento. "Ni chistes quedan ya", dice.

Tiene ya desde hace años una fístula anal que el cirujano se niega a operar debido a su edad. Suele manchar un poco el pantalón de pijama, pero el día pasado me asusté cuando vi un gran mancha de sangre, de al menos diez cientímetros de ancho, en el cojín donde había estado sentado. "Una flor de sangre" le dijo él al médico. Parece que no reviste importancia.

Yo estaba equivocado. Nunca aprende uno lo que es la decrepitud. Cuando crees haberlo aprendido te marchas de vacaciones dos meses, vuelves y te enfrentas a ella como si fuera nueva. De nuevo la misma bofetada repentina, el mismo horror, la misma pena. Como si vieras el lado amargo de la vida por primera vez.

1 comentario:

  1. Como diría Bernard Henry Levy, el yihadismo es un fascismo. Y esto no es una metáfora, es una realidad.
    No entiendo porque se hace mas caso a BHL que a tu padre con su flor de sangre, que no es una realidad sino una metáfora. Lo que tiene más mérito

    ResponderEliminar