21 noviembre, 2013

Novedad.


Hay personas que necesitan vivir cosas nuevas cada cierto tiempo. Yo no. Yo soy feliz con las cosas que ya conozco y no quiero ampliar mis horizontes. O no quiero ampliarlos de determinado modo.
Por ejemplo, voletus. ¿Habéis comido voletus? Yo no los había comido y había vivido 53 años feliz sin hacerlo. ¿No podía haber vivido feliz otros cincuenta? A mi mujer le gusta la novedad y como en Arenas la gente consume setas no me quedó otro remedio que comprar, por encargo suyo, un kilo (15 euros)  y luego limpiarlo con ella.

Calabaza. Por lo visto ahora es la época de las calabazas y en los encuentros de caravanas la gente te ofrece calabazas. “Tengo una muy grande. ¿Quieres una poca?" A mi suegra le gusta y apruebo que mi mujer le lleve calabaza siempre que pueda. Lo que no entiendo es qué necesidad tengo yo de incorporar la calabaza a mi dieta. Pues nada, mi mujer quiere hacernos, a los niños y a mí, felices cocinando una crema de calabaza.

Macarrones. A mí me gustan los de toda la vida. Mi mujer se cree que nos hace un favor si nos los trae de colores o en forma de lazo. Ni a mi hijo ni mi nos gusta cambiar, pero ella se empeña en la novedad. Si lo hiciese por ella lo entendería, pero es que a veces no los come ella y  cree que nos hace un favor a nosotros con el cambio.

Mangaroca. El otro día alguien llevó un licor nuevo a un encuentro de caravanas. Se llama así, no lo he probado ni ganas tengo.  Pero ya tengo tres botellas en casa porque mi mujer no se priva de nada. Culo veo, culo deseo.

Todo cambio te distrae de lo fundamental. Me gusta disfrutar de aquellas cosas que conozco de siempre. La novedad me estresa. ¿Es algo malo si me gusta disfrutar hasta el hartazgo de las comidas de siempre y las cosas de siempre?

Pascal  escribió que "La desgracia del hombre se debe a que no quiere permanecer tranquilo en su habitación." La eterna necesidad de distracción nos pierde.

3 comentarios:

  1. Por cierto, eso no quita para que tenga que reconocer que los voletus estaban exquisitos. Nada que ver con los níscalos que ya los probé hace tiempo.

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  2. Boletus, con B. Del latín bōlētus, seta.

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  3. Permítaseme decir que me asombran, y disfruto con ello, los placeres que nos acompañan a lo largo de mucho tiempo sin agotarse. Si me detengo alguna vez a pensarlo casi me parece un milagro y pronto aparto mi pensamiento por si acaso el pensarlos hace que se esfumen.

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