La forma debe supeditarse al contenido y no al revés.
Encuentro un papel de propaganda en el parabrisas del coche. “Siete
razones para comprar en nuestro establecimiento.” De primeras me parece una
propaganda sincera. ¿Por qué?
Me parece muy bien que el número de razones no sea redondo.
Lo lógico es que la forma de las cosas (en este caso el número) se corresponda
con las cosas mismas. No al revés, que la realidad adopte una forma prefijada.
No me parece lógico que en este blog siempre, siempre, (vale, dejémoslo en “salvo
excepción”) las entradas tengan el mismo tamaño. ¿Qué sucede si para expresar
la idea que tenemos entre manos basta un párrafo de seis líneas? Que se adorna
y se rellena con lo que sea hasta conseguir el formato habitual. Por otro lado, el blog tiene para mí mucho interés. Lo he puesto solo como un ejemplo.
Si un profesor de ética establece normas para, pongamos, los
periodistas, es habitual establecer un decálogo. ¿Qué sucedería si el código
ético de un periodista pudiera ser expresado en nueve principios? Su autor
tendría que dividir alguna para que aparezca el número fetén. Un engaño.
Recientemente intento no ser esclavo de la forma. Si algo
puede ser dicho de modo breve ¿qué necesidad hay de completar el folio? La idea
está explicada, hace rato, y sin embargo aquí sigo.
Escribir una entrada cada día -lo que haces últimamente- es supeditar el contenido (lo que quieres contar) a la forma (una entrada diaria). ¿Qué sucede si un día tienes dos cosas que contar? ¿Qué sucede si un día no tienes nada que merezca la pena?
ResponderEliminarLlevas razón, Loiayirga. Pero esta disciplina me obliga a escribir y estoy contento con ella. Ya sé que se supedita la calidad a la cantidad.
ResponderEliminarPero he decidido que por lo menos haya cantidad.