23 agosto, 2013

La forma debe supeditarse al contenido y no al revés.

Encuentro un papel de propaganda en el parabrisas del coche. “Siete razones para comprar en nuestro establecimiento.” De primeras me parece una propaganda sincera. ¿Por qué?

Me parece muy bien que el número de razones no sea redondo. Lo lógico es que la forma de las cosas (en este caso el número) se corresponda con las cosas mismas. No al revés, que la realidad adopte una forma prefijada. No me parece lógico que en este blog siempre, siempre, (vale, dejémoslo en “salvo excepción”) las entradas tengan el mismo tamaño. ¿Qué sucede si para expresar la idea que tenemos entre manos basta un párrafo de seis líneas? Que se adorna y se rellena con lo que sea hasta conseguir el formato habitual. Por otro lado, el blog tiene para mí mucho interés. Lo he puesto solo como un ejemplo.
Si un profesor de ética establece normas para, pongamos, los periodistas, es habitual establecer un decálogo. ¿Qué sucedería si el código ético de un periodista pudiera ser expresado en nueve principios? Su autor tendría que dividir alguna para que aparezca el número fetén. Un engaño.

Recientemente intento no ser esclavo de la forma. Si algo puede ser dicho de modo breve ¿qué necesidad hay de completar el folio? La idea está explicada, hace rato, y sin embargo aquí sigo.

2 comentarios:

  1. Escribir una entrada cada día -lo que haces últimamente- es supeditar el contenido (lo que quieres contar) a la forma (una entrada diaria). ¿Qué sucede si un día tienes dos cosas que contar? ¿Qué sucede si un día no tienes nada que merezca la pena?

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  2. Llevas razón, Loiayirga. Pero esta disciplina me obliga a escribir y estoy contento con ella. Ya sé que se supedita la calidad a la cantidad.

    Pero he decidido que por lo menos haya cantidad.

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