11 noviembre, 2012

Bienes y significación social

Mi hijo, hace muchos años, cuando estaban de moda unos juguetitos electrónicos japoneses, mi hijo contaba que había Tamagochis falsos y preguntándole yo que cual era la diferencia entre un tamagochi falso y uno auténtico me contestó muy seguro: "Si tienes un tamagochi falso los otros niños se ríen de ti y te dicen: ”no es el auténtico, no es el auténtico”". Mi hijo no sabía señalar diferencias objetivas entre ambos pero sí sabía cual era la repercusión social. No recuerdo la edad pero sí que me pareció muy pronto para haber aprendido ese carácter social del placer. El placer de los bienes materiales no es solo es el que estos nos procuran sino el disfrute de su significación social. Ella nos recuerda: “tú tienes este bien exclusivo porque lo vales”. Parece que este sentimiento es algo de los adultos pero por lo que contaba mi hijo no.


Mi hermano me escribía el otro día la siguiente anécdota.

SpanishNERF es una popular marca de pistolas y escopas que disparan balas de goma-espuma y que anuncian frecuentemente en TV. Rui tiene una que le regalaron y juegan mucho con ella. Rui acompaña a MA a elegir una para Noé por su cumpleaños. Rui se impresiona con una más espectacular pero de marca no conocida y acaba convenciendo a MA, que se resiste, de que a Noé le va a gustar y es mucho más barata (porque además está en oferta).

Noé recibe su regalo completamente feliz: ¡Qué guay, una NERF-Gun!...

Rui: No es una NERF-GUN, es otra que estaba de oferta y sólo costaba 7 libras.

Noé: ¿Por qué estaba de oferta?

Rui: Porque no la compraba nadie.

Noé: Y ¿por qué no la compraba nadie?

Rui: Porque no le gusta a la gente

Noé completamente feliz: ¡Qué guay! ¡Qué guay!



Inocencia total.


Se ve que mi sobrino aún disfruta las cosas por sí mismas. Con independencia de su significación social. ¡¡Privilegio infantil!!

Spinoza decía en su Ética:
Si imaginamos que alguien ama, o desea, u odia algo que nosotros mismos amamos, deseamos u odiamos, por eso mismo amaremos, etc, esa cosa de un modo más constante. Si, por el contrario, imaginamos que tiene aversión a lo que amamos, o a la inversa, entonces padeceremos fluctuación del ánimo.
La afirmación aún no vale para mi sobrino.


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