20 marzo, 2012

Como la puya que hace perder sangre al toro...

A ustedes les puede parecer que es triste sufrir ansiedad y seguro que lo es pero yo soy muy feliz siendo como soy, quiero decir, incluso teniendo esta fragilidad que me ha llevado a tomar ansiolíticos. Lo repito: yo estoy feliz de ser como soy, incluso con ansiedad. Al menos desde que me apoyo para vivir en my chemical crutch (mi muleta química). Un amigo me escribe compadeciéndose de mi condición de enfermo. Me cuesta entenderlo. No creo que merezca compasión. Yo estoy bien.


Es cierto que en el momento de la crisis, cuando tuve que ir al médico, el sentimiento era de no poder más. Era un cansancio infinito. Pero ahora que me he “tranquilizado”, he dado una semana entera de clase sin tirar a ningún alumno por la ventana, he corregido exámenes, he puesto notas (poner notas es estresante al menos para mí), he entregado los exámenes, he descansado tres días de puente en el camping del Escorial… He vuelto a dar clase hoy, uno de los días más cargados de mi horario… y me siento con energía suficiente para terminar la semana, ayudar a mi hija con su resumen de historia y…

Es verdad que algunas veces en mi vida mi energía es tal que desordena mi conducta. Me impide la concentración. Quiero hacer tantas cosas o creo que tengo que hacer tantas cosas y tantas a la vez que no funciono. Por eso me viene estupendamente el lorazepam que no me quita fuerzas, o quitándome algunas, no sé, me permite concentrarlas eficazmente en lo que tengo que hacer. Hoy concretamente unos apuntes sobre el materialismo histórico.

Con el lorazepam y tras aquellos tres días sin ir a trabajar me siento como un toro que sale del picador. En perfecta forma y con la sangre suficiente en el cuerpo para que el torero haga conmigo una excelente faena.

…………….



Ayer corrí por un camino de tierra desde el camping Caravaning-El Escorial hasta la carretera de Collado Villalba. Catorce kilómetros y medio. Estoy preparado para mi primera media maratón, que si Dios no se empeña en lo contrario, correré este domingo. Es una carrera asequible para mí por ser un recorrido llano y por ir acompañado por los dos compañeros con los que he entrenado estos últimos meses.

Me acordaré de Juanjo que habría intentado su primera maratón completa este mes de abril de no ser por una lesión. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que yo me animara algún día a una maratón completa.

3 comentarios:

  1. Usted y yo tenemos una cosa en común, profesor, yo también a veces siento la energía que me deja y no puedo concentrarme; esta falta de energía me impide hacer todo lo que yo haría en un día normal.
    Esta pérdida está causada por mi sensibilidad: soy una chica italiana muy sensible.
    Un pequeño acontecimiento en la vida de todos los días como una mala nota, una tontería, un error, una disputa per también sucesos más importantes como el final de una relación, la pérdida de una amistad o la muerte de un familiar, me hacen caer en un estado de catalepsia que dura desde tres días hasta un mes.
    Durante este periodo no como, no duermo, no salgo de mí cama ( si no para ir al colegio), no puedo hacer nada y empiezo a llorar en silencio pero intensamente. Así que cuando me paro, me duele la cabeza y a veces me sube la fiebre. Podemos decir que estoy en lo que usted llama "período de crisis" y no puedo salir de eso.
    ¿ tiene consejos para mi?
    Tomar ansiolíticos está fuera de cuestión, desde que tengo sólo 17 años de edad.
    ¿usted cree que hay otros métodos para salir de esa crisis?
    Cordialmente

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  2. Hoy no puedo responderte pero te prometo que el domingo te respondo.
    Tengo muchas cosas que decirte.

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  3. Yo tuve una depresión hace muchos años y aprendí que tenía que cambiar mi manera de pensar. Existe una manera de pensar equivocada que puede llegar a producir una depresión.

    Los pensamientos que tenemos influyen en la manera como nos sentimos. Por eso es muy importante controlar nuestros pensamientos y no cometer errores a la hora de juzgar nuestra vida. Si tenemos pensamientos erróneos o equivocados producirán en nosotros sentimientos negativos que no nos ayudarán a ser felices.
    Si suspendo un examen puedo tener dos tipos de pensamientos:
    1. Esta vez he suspendido. Creo que la razón ha sido... (escribe aquí la razón que puede ser). No me puedo desanimar por un suspenso. Si me lo propongo y estudio más seguro que apruebo el próximo examen.
    2. ¡Qué desastre! ¿Por qué me habrán suspendido? Soy un fracasado, nunca aprobaré esta asignatura.
    Si tienes el primer pensamiento tendrás un sentimiento de ánimo y esto te permitirá seguir estudiando.
    Si tienes el segundo te quedarás hundido y posiblemente esto te paralice y te impida estudiar para el siguiente examen.
    Resumiendo: Los pensamientos generan sentimientos. Si nuestros pensamientos son equivocados y no son realistas, (exagerando lo negativo y menospreciando lo positivo) el resultado será la tristeza y en caso extremo la depresión. Por eso es importante que aprendamos a observar nuestros pensamientos y conozcamos bien cuando estos pensamientos son erróneos y equivocados.

    Hay algunos pensamientos equivocados típicos. Hay que aprender a identificar esos modos de pensar y aprender a evitarlos. En esta página puedes encontrarlos muy resumidos.


    A mí me ayudó mucho un libro que se llama “Sentirse bien” de David D. Burns. No sé si existe traducción italiana. Puede encontrarse en internet en español en PDF.

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