Como la puya que hace perder sangre al toro...
A ustedes les puede parecer que es triste sufrir ansiedad y seguro que lo es pero yo soy muy feliz siendo como soy, quiero decir, incluso teniendo esta fragilidad que me ha llevado a tomar ansiolíticos. Lo repito: yo estoy feliz de ser como soy, incluso con ansiedad. Al menos desde que me apoyo para vivir en my chemical crutch (mi muleta química). Un amigo me escribe compadeciéndose de mi condición de enfermo. Me cuesta entenderlo. No creo que merezca compasión. Yo estoy bien.
Es cierto que en el momento de la crisis, cuando tuve que ir al médico, el sentimiento era de no poder más. Era un cansancio infinito. Pero ahora que me he “tranquilizado”, he dado una semana entera de clase sin tirar a ningún alumno por la ventana, he corregido exámenes, he puesto notas (poner notas es estresante al menos para mí), he entregado los exámenes, he descansado tres días de puente en el camping del Escorial… He vuelto a dar clase hoy, uno de los días más cargados de mi horario… y me siento con energía suficiente para terminar la semana, ayudar a mi hija con su resumen de historia y…
Es verdad que algunas veces en mi vida mi energía es tal que desordena mi conducta. Me impide la concentración. Quiero hacer tantas cosas o creo que tengo que hacer tantas cosas y tantas a la vez que no funciono. Por eso me viene estupendamente el lorazepam que no me quita fuerzas, o quitándome algunas, no sé, me permite concentrarlas eficazmente en lo que tengo que hacer. Hoy concretamente unos apuntes sobre el materialismo histórico.
Con el lorazepam y tras aquellos tres días sin ir a trabajar me siento como un toro que sale del picador. En perfecta forma y con la sangre suficiente en el cuerpo para que el torero haga conmigo una excelente faena.
…………….
Ayer corrí por un camino de tierra desde el camping Caravaning-El Escorial hasta la carretera de Collado Villalba. Catorce kilómetros y medio. Estoy preparado para mi primera media maratón, que si Dios no se empeña en lo contrario, correré este domingo. Es una carrera asequible para mí por ser un recorrido llano y por ir acompañado por los dos compañeros con los que he entrenado estos últimos meses.
Me acordaré de Juanjo que habría intentado su primera maratón completa este mes de abril de no ser por una lesión. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que yo me animara algún día a una maratón completa.