21 abril, 2008

TRABAJO ESCLAVO O TRABAJO VOCACIONAL

Recogí en este blog o remití en él a un texto que hablaba contra el profesorado. En ese mismo enlace podéis leer la respuesta de Serenus, bastante airado. Luego dio sus explicaciones, que también tenéis ahí.

Se ve que se le quedó en la memoria la afirmación de que había desparecido la vocación entre el profesorado porque al poco escribió un post sobre ello. Según él, “detrás de la actual nostalgia vocacional puede seguir existiendo una evasión de auténticas responsabilidades cívicas y profesionales”.

Las ideas son muy peligrosas. Se supone que salen de la realidad, como una representación de ésta. Pero a la vez la configuran y cuando menos te esperas la realidad se ha trasformado y a base de mirarla a través de ellas acaba por parecerse a lo que pensabas de ella. Eso creo que ha pasado con nuestra idea del trabajo.

La visión que Marx tiene de la explotación en el trabajo es tremenda. El “trabajo explotado” es algo que el trabajador hace para poder vivir “fuera del trabajo”. El trabajo no es la vida (de ningún manera es un modo de realizarse y vivir) sino algo inevitable que hay que hacer para poder vivir.

Esa creo que es la visión actual. Da lo mismo que esté bien pagado y que no sea un trabajo donde te exploten. El trabajo no es vida, sino un medio para vivir. (Con esto casa perfectamente la actitud sindicalista ante el trabajo que consiste en intentar que trabajemos lo menos posible)

Entender el trabajo como vocación parece que nos habla del trabajo como entrega generosa. Como un servicio que se hace sin cálculo y en el que se da más de lo que estrictamente se te exige. En el trabajo, entendido como vocación, la persona se realiza y lo más valioso que recibe de él no es el sueldo.

El dominio de la idea del trabajo de Marx (y el paulatino eclipse del trabajo como vocación) creo que ha perjudicado también a los profesores. Me miro a mi mismo y a algunos de mis compañeros y los veo (me veo) especialmente volcados en otras actividades. No nos sentimos llamados al trabajo que hacemos, nos sentimos sus esclavos y llamados a otra cosa. Por ejemplo a los hobbies y aficiones que nos proporcionan disfrute y que si dependiera únicamente de nosotros estariamos haciendo todo el tiempo. No hablo en abstracto, pienso en personas concretas y aficiones concretas que veo en mis compañeros y en mí mismo. Soñamos que aquello que tango nos hace gozar pudiera ser nuestro modo de vida. Ya sé que es posible conciliar el trabajo y la afición pero no me parece sea así en muchos casos.

¿Por qué no hacer de nuestro trabajo nuestra principal afición? ¿Por qué no encontrarle el gusto a hacer bien y con toda dedicación lo que obligatoriamente tenemos que hacer? Ha habido años en que yo vivía entregado a preparar y mejorar mis clases. ¿Por qué no recuperar el trabajo como vocación?

Supongo que todos los trabajos requieren dedicación pero en el caso de la enseñanza está claro que es completamente necesaria. No se puede dar clase sin ganas. No se puede interesar a nadie en una materia si uno no siente interés y cierta pasión por aquello que enseña. Supongo que muchos trabajos se pueden hacer eficazmente de un modo rutinario y aburrido. No es posible en educación. Y sin embargo, cada vez me encuentro más aburrido.
Cuando me veo a mi mismo y a algunos de mis compañeros pienso que podíamos recuperar la idea del trabajo como vocación.

11 comentarios:

  1. Imaginen que yo le dedicara solo la mitad de la energía que le dedico al blog y a trastear en internet a mi trabajo. Mis alumnos aprenderían más. Seguro. Pero yo (sin querer seguir pero siguiendo la concepción marxista del trabajo) donde verdaderamente me siento realizado es leyendo y escribiendo.

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  2. Pues mira por donde, lo que son las cosas, esto que para ti es ocio, tu bloguear, a mi me ha servido para hacer mis clases mas entretenidas. Dentro de nada, y si no tienes nada en contra, y no cumples con tu amenaza de cerrar el chiringuito, mis alumnos empezaran a mandarte sus comentarios

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  3. Cuando critico la idea de vocación en el trabajo –en particular en el ámbito educativo- no pretendo reivindicar el trabajo alienado, ni la alienación en el trabajo. Considero, al contrario, que es muy deseable -y posible- la autorrealización en el trabajo. Pero rechazo la idea de vocación, porque creo que sólo tiene sentido y validez en el ámbito personal, privado... si alguien se siente llamado a ejercer de profesor pues, muy bien, él sabrá como se lleva esa llamada o ese saberse ungido. Lo que no creo es que sea bueno exigir vocación a otros o ponerla como condición para ser acceder a la función del profesor–menos aún cuando la exigen otros: padres, administración, expertos.. eso suele puede conducir a sectarismo, autoritarismo.. y otros ismos.- Creo que lo que hay que exigir al profesor es profesionalidad, no voy a hacer etimologías pero entiendo que ser profesor es una profesión y no un simple “curro”, en la noción de profesión están implícitas la nociones de autorrealización, autoperfeccionamiento de excelencia, mejora, de formación etc... Ser profesional es algo así como una versión laica, ilustrada, racional, liberal, librepensadora, frente a la vocación –religiosa, irracional..- y al currelar bíblico-proletario. En fin, la diferencia alemana entre el Beruf y el Job, entre la profesión y el curro, claro que esto puede parecer elitista y clasista a aquellos que se llenan la boca con la “vocación” –atea por cierto. Progresismo y beatitud.

    Saludos

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  4. Hablando de etimologias, trabajo viene del latin 'tripalium', instrumento de tortura (este serenus tan etimologico lo sabra bien); de manera que la concepcion marxista del trabajo pertenece a la esencia del castellano, ergo de los castellanohablantes.

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  5. Bacilyemo
    no,no,no.. yo no he hecho ninguna etimología -ni lo pretendía, gracias por tu aclaración tan pertinente.
    Mi interés es lógico, no etimológico, pero si la etimología ayuda a la comprensión, bien venida sea.

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  6. Para los no filogermánicos, etimológicos, éticos y otras esdrújulas, aclaro que el alemán ‘Beruf’ deriva de ‘berufen’ (compuesto a su vez de un prefijo verbal ‘be’, procedente de la prep. bei, ‘con’, y el verbo rufen, ‘llamar’, ‘gritar’, de origen onomatopéyico. De ahí Ruf, ‘grito’, ‘fama’, ‘reputación’. El punto de partida para el significado moral del término es la voz Berufung ‘vocación’, ‘llamamiento’(de Dios), Es Lutero quien, empleando el término Beruf, tanto para traducir el concepto de ‘vocatio’ y klesis, como para designar el concepto de oficio y estado del ser humano en el mundo, acuñó el nuevo significado, vinculando así definitivamente los dos vocablos.
    La voz job es, naturalmente, un americanismo que la Alemania postmarxiana acabó adoptando.
    Por lo demás, en la etimología del alemán Arbeit, que es el término que traduce nuestro trabajo, aparece ya la idea de servidumbre, fatiga, pena.
    Como quiera que sea, comparto plenamente tu visión del problema, Serenus.

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  7. Bacilyelmo

    Gracias de nuevo, ¡vaya nivel hay por estos blogs de Dios! excelente aclaración del término Beruf. No quiero abusar de tu generosidad, pero no puedo evitar una pregunta, ¿puedes aclarar el término "oficio"? ¿Tiene un origen religioso?

    Saludos.

    ¿Arbeit macht frei?

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  8. Eso digo yo, qué nivel hay en estos blog. ¡Vaya lujo de comentaristas!

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  9. Aún así pienso que si que es importante el hecho de que haya muchos dedicados a esta profesión porque no han encontrado otra salida laboral.

    Licenciarse en, por ejemplo, Química o Filología no necesariamente cualifica como profesor.

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  10. Eso si, me adhiero: vaya nivel de colaboradores.

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  11. Ustedes perdonen, pero todo esto resulta un poco confuso: el trabajo es trabajo, es decir, nuestro tiempo vendido a cambio de dinero y esto es ya muy antiguo y en la historia no ha hecho más que perfeccionarse. Hablar de trabajo vocacional es un sinsentido.

    Se puede admitir que hay gentes que realizan sus tareas de forma vocacional, que aspiran a mejorar con constancia y dedicación, que aman con verdadera entrega su profesión, pero esas gentes no estan trabajando, han conseguido algo que debería ser así para todos
    y a lo que, si no estuvieramos ciegos, y las gentes de hoy en día lo estamos y mucho, todos deberíamos aspirar para nosotros mismos y para nuestros hijos.

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