España
Con motivo de la letra de himno nacional mi compañera E.R. me explicaba que prefiere que no tengamos el sentimiento de patria tan arraigado como lo tienen, por ejemplo, en EEUU. Que es mejor, por ejemplo, que no vivamos la bandera como la viven allí.
Razona E.R. que a ella le disgusta ese sentimiento de pertenencia tan fuerte porque en su nombre se pueden cometer locuras. Porque el “corporativismo” (según ella el nacionalismo es el corporativismo de las naciones) nos lleva a defender a alguien aunque sea injusto sólo porque pertenece a nuestro grupo. Explica, muy sensatamente, que para identificarnos como españoles necesariamente tenemos que hacerlo en contra de los otros y que por eso las naciones han provocado guerras y problemas. Ella se apunta más al cosmopolitismo.
Todo parece muy razonable. Casi verdad. Pero me temo que se trate no de razones sino de racionalizaciones. Es decir, hacer pasar por razonable lo que sientes y te sucede. Primero tienes los sentimientos y luego buscas argumentos que los hagan respetables.
Uno puede dar las razones que quiera contra las naciones, los himnos y las banderas. Pero no sé si convencerá a alguien, porque la nación tiene que ver con motivaciones y razones del corazón. Existe una necesidad humana que es el sentimiento de pertenencia. Las personas necesitan identificarse y refugiarse en un grupo, sea este más grande o más pequeño. Esta necesidad no va a desaparecer por el hecho de que en su nombre muchas veces se comentan excesos. Las gentes necesitan grupos con los que identificarse y dentro de los cuales sentirse integrado. Y es bueno que uno de esos grupos se identifique con el Estado pues le ayuda a cumplir a este sus funciones.
E.R. me ha hecho ver que la nación que está viva no es ya España. El desapego que mostramos por ella es un síntoma de la decrepitud de esta como nación. Cataluña y Euskadi son naciones pujantes, incluso Galicia, que quieren ser lo que son, que se identifican con su bandera, que se emocionan con sus himnos y aman y defienden la lengua que hablan. Ellas sí merecen vivir. ¡Dejadles paso!.
No sé si merece hacerlo España, ya hastiada, enferma, agónica. Que se avergüenza de su nombre. Que esconde su vejez con mentiras respetables. No es que los independentistas vascos o los catalanes no la quieran, es que ni los que dicen ser españoles creen ya en ella.
Yo aún veo una España joven y pujante, una España que puede integrar a vascos y a catalanes y seguir siendo lo que es. Pero quizás me engaño. E.R. me ha mostrado la falsedad de esa idea, porque E.R. es española y dice que quiere serlo. Pero serlo de un modo light, moderado, sereno, prudente. ¿No será más bien que España, decrépita, quiere presentar su falta de vigor y vitalidad como cosmopolitismo, madurez, serenidad y temple?
Me temo que tanto ella como yo pertenecemos a esa España que se muere. Ya casi estoy resignado. Pero me gustaría que esto terminara ya. Me da pereza esta agonía.
No se muere, se rompe. No te salgas del redil.
ResponderEliminarEn efecto el nacionalismo se basa en un instinto, no en algo racional o"cultural". Un sentimiento tan arraigado en nosotros como el racismo y como éste, es necesario superarlo con la razón.
La agonía de una nación. La pujanza de la tribu, digo... de Catalunya y Euskadi (un poquito de coherencia por favor).
ResponderEliminarRescato la idea de que los nacionalistas no son más que unos manipuladores de sentimientos al servicio de sus propios intereses. Nada nuevo en políticos.
Sentimientos del corazón, si, es necesario ponerles un freno racional. Si no, compraría una escopeta y empezaría a disparar a los que circulan con ciclomotores sin silenciador. El instinto asesino siempre ha sido una constante de la Humanidad.
Yo no entiendo la polémica con la letra del himno. Si Massiel ganó un festival de Eurovisión con
ResponderEliminarLaa LaLaLaa LaLaLaa...
¿por qué no ponerle al himno una letra similar?
Óle Óle (nótese el acento)
Olé Olé Olé Olé Olé Olé
Olé Olé Olé...
acompañado con palmas. Es fácil, pegadizo, y serviría para integrar al inmigrante en nuestras costumbres.
La política debe superar los sentimientos por medio de la razón, sino estamos perdidos. Me encuentro a gusto en España porque es una nación integradora y que pugna por ser moderna mientras que otros empujan para el lado de lo irracional y lo tribal. Eso, desde luego y por lo primario, tiene más tirón, pero es nefasto. Prefiero las naciones que se integran (en una Unión Ibérica, en una Europa políticamente unida) a las que hacen de su supuesta o real diferencia una ideología, de lo que debía mantenerse en el marco de lo privado y del folclor su único y diminuto horizonte. Viva la igualdad! No podemos renunciar a lo poco bueno que nos han dado los dos últimos siglos y dejarnos vencer por lo peor que surgió en ellos.
ResponderEliminarEn general, obtienes más participación con las entradas de filosofía divulgativa que con los comentarios del tomate (aunque éstos pudieran tener más lectores anónimos). Los comentarios sociopolíticos quedan en segundo plano.
ResponderEliminarPD: Creo que a tu compañera y a tí y a mí nos pasa lo mismo: España nos da pereza.
Sí, este debe ser un dicurso de los de España se rompe. No sabemos todavía por donde.
ResponderEliminarEs cierto que las personas nos sentimos más cómodas identificadas en un grupo, por supuesto. Gracias a ello (o por desgracia) somos más valientes y gritamos más fuerte, nos arropamos en el grupo para lo bueno y para lo malo. Al mismo tiempo, somos diferentes como individuos y lo más lógico es dejar a cada uno su libertad de acción individual.
¿Qué España agoniza (se rompe)? no lo entiendo. Siempre ha habido ese enfrentamiento, siempre. O siempre has tenido simpatía por los catalanes y ahora no? por ejemplo.
Es curioso que rechacemos la ideología de los grupos nacionalistas (de las comunidades) por defender su "grupo" y sin embargo, queramos hacer nacionalismo de ESpaña, es decir, que EL GRUPO LO DETERMINO YO.
Así nos va a Salamanca, que miramos hacia fuera, no nos preocupamos de los nuestros. Tú, como profesor, sabes que puedes organizar mejor un grupo pequeño que un grupo grande, por lo tanto, ¿Es tan ilógico pensar en una administración más independiente por parte de las comunidades? Si Salamanca perteneciera a una administración más pequeña, quizá nos fuera mejor. Si tuvieramos un caracter más nacionalista, quizá evolucionaria mejor. Hoy por hoy, es la segunda provincia española con menos desarrollo y menos crecimiento hay. Por algo será
Se muere lo que no se enseña. Aquí se enseña, por imbéciles y vivales, lo que está más muerto o los ha puesto. Una pena.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestras respuestas. Lo lógico sería que contestara. Hoy no tengo ánimo. Quizá mañana.
ResponderEliminarEl comentario de anónimo me ha tocado un poco en la yaga: la fragmentación de las administraciones lo que consigue es dificultar la aplicación de las leyes, aumentar el número de funcionarios, gerentes y directivos y crear desigualdades en el trato a los ciudadanos entre unas regiones y otras. Y los nacionalismos en vez de descentralizar lo que hacen es crear nuevos centros de poder, cuyo objetivo es mantenerse en el tiempo como tales... Lo que hay que hacer es distribuir la riqueza y el desarrollo y es una lástima que se piense que la única forma de coseguir esto es a golpe de exigencia nacionalista.
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