OMNIPOTENCIA (Corregido y aumentado)

“El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona” Holderling

Últimamente aunque duermo poco, sueño mucho. Y si no siempre me siento como un dios, cuando menos como un toro.

Tengo 48 años y me encuentro en la plenitud de la vida. Pienso vivir hasta los 96. Estoy tan en la cumbre que por fuerza a partir de ahora voy a tener que empezar a bajar. Voy a hacerlo con calma, para disfrutar de la vista.

“Dulce es vivir aunque se sufra en vano.
Aunque se goce en vano, dulce es vivir.”

Yo no le veo a la vida el “en vano” por ninguna parte. El sufrir sí, y el gozar. Ambos nacen de su contrario como ya vio Platón. Pero sobre todo veo que DULCE ES VIVIR.

Tengo tanta experiencia en mi trabajo (desde el 88) que muchas veces doy la clase con una mano atada a la espalda y nadie nota nada. Con la otra soy capaz de levantar en vilo a tres alumnos con pupitres y sillas incluidos. Siempre que no sean de los más grandes, claro. De los mayores sólo a dos. (¿Estoy soñando?)

Nada más excitante que no dormir. Es como tomar drogas de energía. Al menos para mí. La realidad se vuelve rica, llena de matices, plagada de cosas interesantes. También es agotadora tanta riqueza. Acabo una clase y me he concentrado en ella de tal modo que tengo que preguntarme durante un instante: ¿y ahora qué viene? ¿Cuántas clases me quedan?

El lunes comencé un rifi-rafe con alumnos (con dos) que se ha cerrado hoy. Nada de mucha importancia, pero me ha tenido en vilo toda la semana. Ya tengo tablas para superar cualquier incidente pero durante muchos ratos tengo la sensación de ir haciendo equilibrios como un funambulista sobre el cable.

Al tiempo que una sensación de potencia extrema y de control absoluto siento un abismal desfallecimiento después de cada esfuerzo. Uf. Como no fuera a poder seguir. Me propongo con ganas un nuevo tramo de la ascensión. ¡Venga, hasta el siguiente repecho! Y otra vez el cansancio mortal cuando llego, y otra vez a empezar.

Mañana es viernes y se cierra de nuevo un ciclo. Para mí se cerró hoy, resolviendo el asuntejo de marras. Quiero contarlo en el blog. Estoy pensando en abrir uno secreto en el que poder relatar cosas de mi vida cotidiana, sin temor a que nadie de los afectados se sienta reflejado y ofendido. Lo que no sé aún es como trasladar a los lectores de éste al otro. Aunque ya tengo una idea, admito sugerencias.




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Qué guapa es Elena Anaya. Ahora que lo pienso, creo que con quien estoy liado es con Elena Anaya.




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Mi imagen arruinada. ¿Más? En un recreo, en el bar, y para un montón de compañeros se me ocurre representar el post de http://www.problemasdeerección.com/. sin advertir de qué se trata. Mi capacidad de actuar es tal que todo el mundo se cree que es verdad, que hablo en serio. ¡Se creen que estoy presumiendo!

De poco sirve que vaya uno a uno, cuando termina el recreo, explicándoles que la página web existe, que es la página de un laboratorio que pretende vender Viagra o similares y que lo del toro y el torito es una invención mía. A mis espaldas oigo de boca en boca: dime de qué presumes... Alguno me lo dice claramente: si entras en esa página por algo será.
¡Qué torpe soy a veces!