04 noviembre, 2007

IMPRESIONANTE

Lo que viene a continuación es parte de una carta que mandó mi sobrina desde la India donde estuvo este verano con unos amigos y aunque fueron de turistas tenían unos contactos con unas monjas y ayudaban algún día en un horfanato. Pensé colgar la carta cuando la recibí pero luego se me había traspapelado. Creo que si leeis hasta el final no os arrepentireis.



Lo que es en el orfanato, la verdad que muy fuerte. Ayer me impactó muchísimo la cosa. Bueno, por orden, me levanto a las 6,30 y vamos a la casa de enfermos y ancianos a las 7 para ayudarles con el desayuno, hacer la colada (a mano por supuesto, de unas 100 personas, y ya sabéis… dando golpes a una piedra como en tiempos de romanos), limpiar el patio (con cubos de agua que recogemos de un pozo con cañería que hay en el edificio) y ale, a frotar el suelo con jabón, AGACHADAS! Y pasar el cubo. Hay poco con lo que desinfectar, todo se resume en JABON y sin embargo hay enfermos así que bueno, todo puede estar lleno de bacterias pero, en fin, llegado este punto, esperemos que las vacunas cumplan su función, no hay mucho mas que hacer. Luego ayudamos en la cocina. Esa es la mejor parte (menos cansada), además hay cada India viejita mas majeta… un par tienen 55 y 60 y la vida las ha tratado de tal forma que aparentan 80…). Y todo esto acaba sobre las 10.30 u 11, cada día acabamos antes! Así que figuraros, es como si el día acabase de empezar! Y ya estamos “mataos” (sudar goterones y calarnos hasta el muslo, porque entre cubo y cubo…) luego vamos al hotelillo, y nos enchufamos cara al ventilador durante un rato… comemos, jugamos a un juego indio y na, a la lucha diaria de rebajar la motorilla esa lo mas posible sin que nos tanguen para cruzarnos la ciudad y llegar al orfanato. Solo hemos ido dos días allí, porque no es fácil. Parece ser que a partir de mañana las sisters (misioneras, hermanas) nos llevarán en ambulancia tres días a la semana, así será mas fácil. Bueno, con las ancianas no tengo mucho contacto (en la otra casa, sólo con las de la cocina que hablan inglés, es difícil con el idioma… y su discapacidad… además que ayudamos más bien en lo material, pero bueno.
Sin embargo con los niños la cosa cambia. El primer día yo casi no pude estar con ellos, porque estaba con la sister (hermana)explicándole cuántos somos y el plan y tal… mientras los demás veían el panorama, así que mi impresión no fue tan mala. Estuve con un par de niños, uno con las pierdas deformes, que no podía andar y un poco retrasado, pero no mucho, me daba unos abrazos… los más fuertes que he recibido nunca… Está claro que no recibe muchos… Qué importante es el afecto físico con los niños! Qué afortunados somos de tener mamá! Allí sólo hay dos sisters jóvenes, y otras cuatro muy viejitas, que se están muriendo, a las que también tienen que cuidar. Así que el estímulo que reciben parece bastante bajo. A parte unas señoras indias están allí ayudando pero no sé, no sé… Los indios dan la sensación de no ser muy cariñosos… marcan bastante el espacio vital… total, el otro niño no era retrasado y mu mono.
Pero ayer cuando volvimos se me cayó el alma a los pies. Vaya panorama. Apenas podíamos hacer nada con ellos, no saben, no pueden, no coordinan… y no nos podemos comunicar… cantamos, bailamos, gritamos… y ellos están muy contentos. Pero es tan triste verlos allí abandonados… rechazados por sus familias. Son subnormales y claro, las familias no pueden con ellos. Aquí los niños se tienen para trabajar o para pedir dinero en las calles, que ponen mejor carita de pena… y estos, para eso no valen.
Bueno, pero es conmovedor lo contentos que se ponen con nosotros (los que pueden, porque los hay autistas…) Tienen piojos. Las instalaciones son precarias. Algunos no pueden moverse. Uno de tres años tiene algo parecido a soriasis por todo el cuerpo, parece lepra… impacta muchísimo. Y mas impacto comprobar con horror, que no me salía acercarme a el. Quería abrazarse… y yo temiendo que me tocara… pobrecito! Me dolió mucho comportarme así.
Suponemos que no será nada contagioso, pero aún así… verse en la situación es fatal. A todos nos ha pasado.
Y luego vino lo peor. Descubrimos que una niña de cuatro años, no tenía ojos, los parpados pegados. Parecía bailar al son de la música, y sonreía cuando la cogías de la manita. Pero pronto nos dimos cuenta de que también es sorda. Y claro, no pronuncia sonido! Ay, ay! Estuve un ratito con ella, acariciándola haciéndole cosquillas… estuvo 5 minutos palpando una pintura con todo entusiasmo… Y llegó el momento de marcharme. Quería despedirme de ella, pero ¿como? No me ve, ni me oye. No me quedó mas remedio que alejarme sin más, y ella movía las manitas buscándome en el vacío… ¿Cómo podía decirle que espero volver mañana? Tiene que ser un mundo tan distinto el suyo… Es una vida dura ser sordomuda y ciega en cualquier parte del mundo, pero en un orfanato de estas características con 30 niños más, la cosa es indescriptible. Se me hizo el corazón añicos. Tengo ganas de volver mañana y estar con ella… Ya os contaré…