LA VIDA INSTRUCCIONES DE USO (2)
Perec es un bromista. Para él la novela es un juego. En “La vida instrucciones de uso” describe un edificio cuyo plano (viene al final del libro) se presenta como un «bicuadrado» de diez cuadrados por diez: un ampliado tablero de ajedrez en el que Perec pasa de una casilla (o sea habitación, o sea capítulo) a otra con el salto del caballo, según cierto orden que permite recorrer sucesivamente todas las casillas. 99 capítulos (no sé porqué falta uno): un capítulo por estancia, diez plantas de apartamentos y diez habitaciones cuyos muebles y enseres se enumeran (le encantan los catálogos de cosas), refiriéndose los traspasos de propiedad y las vidas de sus habitantes, de sus ascendientes y descendientes. La novela tiene cientos de personajes y sus vidas van desde siglo XIX hasta el XX.
¿En qué se ve que es un bromista?
Uno de los capítulos de la novela termina con bibliografía. Como en él se trata de un personaje que es pintor el novelista termina proponiendo al lector una bibliografía, naturalmente toda inventada, por si quiere seguir informándose mas sobre ese tema.
Está claro que el juego le entusiasma. Ya les conté que elaboraba los crucigramas semanales de la revista Le Point de París. Otro dato: en uno de sus capítulos pone el gráfico del final de una partida de ajedrez. Es una partida clásica, “la siempre viva”, que se convierte en un problema en sus últimas jugadas.
Al final de la novela dice que en ella hay textos (algunos ligeramente modificados) de un montón de escritores a los que nombra. Yo entiendo que es una adivinanza para el lector: Si tienes cultura y mucha memoria debes tratar de descubrir donde está Julio Verne, Kafka, Borges, Calvino, Proust o Ágatha Christie, entre otros. Creo que es lo que luego han llamado hipetextualidad.
El primer capítulo de “La vida instrucciones de uso”trata sobre los puzzles y da la clave de la obra que es una especie de rompecabezas de cientos de historias.
Leí ese texto y me quedé prendado. La idea de que “el todo es más importante que las partes y lo que les da sentido” siempre me ha entusiasmado. Verla exponer de esta manera tan curiosa hizo que me enamorara del libro.
En segundo de Bachillerato tengo que explicar que Aristóteles considera que un individuo separado de la sociedad no es nada, como un naipe aislado del resto de la baraja. La polis es algo natural y los individuos sólo tienen sentido dentro de ella. Tras la edad moderna somos más individualistas. Los modernos partían del individuo y por eso se veían obligados a explicar, a través de las teorías del pacto, cómo había surgido la sociedad (Hobbes, Locke, Rousseau...).
A mi me pone más la visión clásica y disfruto defendiendo la idea exagerada (por provocar) de que el individuo es una abstracción.
Pero creo que me he despistado.
¿Es la obra de Perec un puro juego para pasar el tiempo?
Matilde, a quien el libro le encantó, decía que iba a tener que volver a leerlo, que no se acordaba de nada. ¿no será este dato una muestra de que es algo vanal que se agota en el puro disfrute de su lectura?
Continuará.
¿En qué se ve que es un bromista?
Uno de los capítulos de la novela termina con bibliografía. Como en él se trata de un personaje que es pintor el novelista termina proponiendo al lector una bibliografía, naturalmente toda inventada, por si quiere seguir informándose mas sobre ese tema.
Está claro que el juego le entusiasma. Ya les conté que elaboraba los crucigramas semanales de la revista Le Point de París. Otro dato: en uno de sus capítulos pone el gráfico del final de una partida de ajedrez. Es una partida clásica, “la siempre viva”, que se convierte en un problema en sus últimas jugadas.
Al final de la novela dice que en ella hay textos (algunos ligeramente modificados) de un montón de escritores a los que nombra. Yo entiendo que es una adivinanza para el lector: Si tienes cultura y mucha memoria debes tratar de descubrir donde está Julio Verne, Kafka, Borges, Calvino, Proust o Ágatha Christie, entre otros. Creo que es lo que luego han llamado hipetextualidad.
El primer capítulo de “La vida instrucciones de uso”trata sobre los puzzles y da la clave de la obra que es una especie de rompecabezas de cientos de historias.
Leí ese texto y me quedé prendado. La idea de que “el todo es más importante que las partes y lo que les da sentido” siempre me ha entusiasmado. Verla exponer de esta manera tan curiosa hizo que me enamorara del libro.
En segundo de Bachillerato tengo que explicar que Aristóteles considera que un individuo separado de la sociedad no es nada, como un naipe aislado del resto de la baraja. La polis es algo natural y los individuos sólo tienen sentido dentro de ella. Tras la edad moderna somos más individualistas. Los modernos partían del individuo y por eso se veían obligados a explicar, a través de las teorías del pacto, cómo había surgido la sociedad (Hobbes, Locke, Rousseau...).
A mi me pone más la visión clásica y disfruto defendiendo la idea exagerada (por provocar) de que el individuo es una abstracción.
Pero creo que me he despistado.
¿Es la obra de Perec un puro juego para pasar el tiempo?
Matilde, a quien el libro le encantó, decía que iba a tener que volver a leerlo, que no se acordaba de nada. ¿no será este dato una muestra de que es algo vanal que se agota en el puro disfrute de su lectura?
Continuará.
No confundas. El libro no es banal, lo que es insustancial es mi cerebro, que no es capaz de almacenar ni siquiera aquello que me entusiama.Agggg.
ResponderEliminarOle, ¡esa es mi niña!
ResponderEliminarCon todo y con eso, creo que los textos que conforman nuestra manera de pensar o de sentir no los olvidamos.
Aunque quizás esté equivocado creo que cuando una historia o algo nos marca de verdad la recordamos.