MEMORIA HISTÓRICA
Antes del verano compré el libro “Teresa de Ávila y la España de su tiempo” de Joseph Pérez. En la introducción encuentré este párrafo:
“El régimen franquista le hizo un flaco favor a santa Teresa al proclamarla “santa de la raza”. El régimen perpetró un secuestro parecido confiscando a Isabel la Católica, convertida, muy a su pesar, en el símbolo de la nueva España. Tras la muerte de Franco, la izquierda española no se atrevió a cuestionar y denunciar estas amalgamas que vinieron a interrumpir una tradición muy distinta. Hasta 1936, en efecto, los liberales y sus herederos -la izquierda republicana, por ejemplo-, incluso cuando eran ferozmente anticlericales, nunca dejaron de admirar a Isabel la Católica y a Teresa de Ávila. Veían en la primera a la soberana que había metido en vereda a los señores feudales, que había preparado la unidad de la Península y convertido a España en una potencia europea y mundial; gracias a estos méritos, le perdonaban la creación de la Inquisición y la expulsión de los judios. Estos mismos liberales admiraban a santa Teresa como intelectual y como a una de las escritoras españolas más profundas. Durante más de un siglo se podía, pues, ser de izquierda sin creerse obligado a denigrar a los Reyes Católicos y a Santa Teresa. Tras la muerte de Franco, los herederos espirituales del liberalismo asumieron esta situación; no creyeron que debían denunciar a una identificación abusiva entre una ideología política y unos personajes históricos que nada tenían que ver con ella. Sólo cabe lamentarlo.”
Es tremenda nuestra capacidad para reelaborar y construir la historia al gusto del presente.Con algunos libros de historia se podía afirmar que dice más del presente en el que fueron escritos que del pasado del que tratan.
La foto que acompaña a este texto es del astronauta que hay en la Catedral de Salamanca,
Cuando hicieron nuevos todos los relieves que había en la parte baja de la catedral nueva que estaban completamente gastados -mucho más que los que no pueden ser alcanzados por la mano de la gente- a alguien se le ocurrió que como signo de que aquellas piedras eran nuevas se podía colocar alguna imagen actual. Fue polémico entonces (incluso un vándalo, no sé si por esa razón, le pegó un martillazo en la cara como puede verse) pero luego se ha convertido en una cosa más que enseñar a los turistas. Un reclamo nuevo que añadir a los monumentos salmantinos, como la famosa rana de la Universidad.
Cómo fueron las cosas en su tiempo no parece importarle mucho a nadie. Lo que consideramos fundamental es cómo queremos que sea el ayer hoy. El astronauta de la Catedral es la viva imagen de con qué desparpajo hacemos y deshacemos la historia a nuestro antojo.
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Al final el libro no me interesó mucho (creo que daba cosas por conocidas y no lo explicaba bien) y no lo he leido completo.
“El régimen franquista le hizo un flaco favor a santa Teresa al proclamarla “santa de la raza”. El régimen perpetró un secuestro parecido confiscando a Isabel la Católica, convertida, muy a su pesar, en el símbolo de la nueva España. Tras la muerte de Franco, la izquierda española no se atrevió a cuestionar y denunciar estas amalgamas que vinieron a interrumpir una tradición muy distinta. Hasta 1936, en efecto, los liberales y sus herederos -la izquierda republicana, por ejemplo-, incluso cuando eran ferozmente anticlericales, nunca dejaron de admirar a Isabel la Católica y a Teresa de Ávila. Veían en la primera a la soberana que había metido en vereda a los señores feudales, que había preparado la unidad de la Península y convertido a España en una potencia europea y mundial; gracias a estos méritos, le perdonaban la creación de la Inquisición y la expulsión de los judios. Estos mismos liberales admiraban a santa Teresa como intelectual y como a una de las escritoras españolas más profundas. Durante más de un siglo se podía, pues, ser de izquierda sin creerse obligado a denigrar a los Reyes Católicos y a Santa Teresa. Tras la muerte de Franco, los herederos espirituales del liberalismo asumieron esta situación; no creyeron que debían denunciar a una identificación abusiva entre una ideología política y unos personajes históricos que nada tenían que ver con ella. Sólo cabe lamentarlo.”
Es tremenda nuestra capacidad para reelaborar y construir la historia al gusto del presente.Con algunos libros de historia se podía afirmar que dice más del presente en el que fueron escritos que del pasado del que tratan.
La foto que acompaña a este texto es del astronauta que hay en la Catedral de Salamanca,
Cuando hicieron nuevos todos los relieves que había en la parte baja de la catedral nueva que estaban completamente gastados -mucho más que los que no pueden ser alcanzados por la mano de la gente- a alguien se le ocurrió que como signo de que aquellas piedras eran nuevas se podía colocar alguna imagen actual. Fue polémico entonces (incluso un vándalo, no sé si por esa razón, le pegó un martillazo en la cara como puede verse) pero luego se ha convertido en una cosa más que enseñar a los turistas. Un reclamo nuevo que añadir a los monumentos salmantinos, como la famosa rana de la Universidad.
Cómo fueron las cosas en su tiempo no parece importarle mucho a nadie. Lo que consideramos fundamental es cómo queremos que sea el ayer hoy. El astronauta de la Catedral es la viva imagen de con qué desparpajo hacemos y deshacemos la historia a nuestro antojo.
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Al final el libro no me interesó mucho (creo que daba cosas por conocidas y no lo explicaba bien) y no lo he leido completo.
Debe ser por gran hermano, pero cuando leo sus nombres me vienen a la boca los calificativos de guarra y porrera, respectivamente. Que tampoco tienen por que ser malos.
ResponderEliminarO sea, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
ResponderEliminarHola, la memoria se devanece con el tiempo y los mandas lo saben y así pueden manejar al gran publico a su antojo.
ResponderEliminarTodos contamos el mismo hecho de formas muy dispares. Pero la hstoria es cíclica y teminamos cometiendo muchos aciertos.
Llevo tiempo leyendo los artículos de tu página. Son buenos....y por primera vez me atrevo a dejar unas palabras. disculpa mi torpeza.
Las catedrales son ejemplos de cómo lo que ahora es arte intocable fueron edificios en perpetua reconstrucción durante siglos. Me parece genial lo del astronauta. (Y, para mí, un ejemplo más de cómo si uno va a una ciudad sin guía no se entera de nada. No vi ese toque siglo XX).
ResponderEliminarSí, cierto es que el día de mañana será historia pero también hay aún personas, todavía vivas, para los que sigue siendo parte de su vida. Una vida de juventud que como tú, vivieron con intensidad, tú pensando en las chicas del campamento y ellos en que se llevaban a su padre, a su hermano... a ... no se sabe donde. Supongo que también soñarían con las chicas pero... perder un padre... un amigo, un familiar, abandonar un país... eso hoy sigue siendo una realidad para algunos... están vivos. Por ese mismo motivo, deberíamos apoyar a todos aquellos que dijeron que no se debían juzgar a Pinochez porque era remover la mierda.
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