Parecidos razonables
A. R. es un joven de 17 años.
G. H. también.
21.00 horas del sábado 25.
A. R. se ducha y se acicala para salir de marcha la noche principal del fin de semana grande de las fiestas. Ha pasado la mañana y la tarde del sábado durmiendo porque ya pasó en blanco la noche del viernes. Calza unas Vans de cuadros rojos y negros.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, ni qué calzado lleva.
23.00 horas del sábado 25
A. R. corría “el toro de fuego”, que pese a lo que pudiera parecer es un festejo popular que sólo tiene de taurino el nombre y la forma de la carcasa-armadura (forma de toro) que cargada con todo tipo de petardos y cohetes buscapies recorre la calle principal del pueblo soltándolos a su paso.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, pero apuesto lo que queráis que no estaba corriendo “el toro de fuego”.
04.00 h del domingo 26
A. R. tomaba bebidas alcohólicas y bailaba frenético una música atronadora bajo unas carpas que varios bares han habilitado a tal efecto en la “plaza del castillo”.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, ni si sabe bailar.
9.00 horas del domingo 26.
A. R., sin haberse acostado aún, acude a la capea que se organiza en la plaza de toros donde el día anterior toreó Jose Tomás que ni sabe quien es ni le importa.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, pero tengo certeza de que tampoco le dice nada el nombre de José Tomás.
11.00 horas del domingo 26.
A. R. recibe una llamada de su padre desde casa interesándose por saber cuando va a volver a dormir. A. R. responde literalmente: “cuando me dé la gana”. A lo que su padre contraataca muy enérgico: “Bueno, pero ni un minuto más”.
A. R. es mi hijo y, esta semana que viene, se recuperará en Salamanca de sus excesos y repasará las tres asignaturas que tiene suspensas de segundo para examinarse a comienzos de septiembre. Si aprueba su padre se dará con un canto en los dientes.
G. H. es George Hotz, el adolescente americano que ha desbloqueado el “iPhone” de Apple, mezcla de ipod y teléfono, con revolucionaria pantalla táctil, sistema WiFi, cámara, etc. Lo ha conseguido mediante una inteligente combinación de cambios en el software y en el hardware que le ha llevado unas quinientas horas de obsesivo trabajo.
No sé qué curso estudia, ni dónde pasa sus vacaciones, ni quién es su padre, ni lo que este último piensa de él.
-------------------
José Tomás no ha toreado en Arenas, aunque sí otros tres toreros que no sé como se llaman.
Mi hijo no me contestó “cuando me dé la gana” ni yo le respondí “pero ni un minuto más”. De alguna manera había que meter el chiste.
G. H. también.
21.00 horas del sábado 25.
A. R. se ducha y se acicala para salir de marcha la noche principal del fin de semana grande de las fiestas. Ha pasado la mañana y la tarde del sábado durmiendo porque ya pasó en blanco la noche del viernes. Calza unas Vans de cuadros rojos y negros.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, ni qué calzado lleva.
23.00 horas del sábado 25
A. R. corría “el toro de fuego”, que pese a lo que pudiera parecer es un festejo popular que sólo tiene de taurino el nombre y la forma de la carcasa-armadura (forma de toro) que cargada con todo tipo de petardos y cohetes buscapies recorre la calle principal del pueblo soltándolos a su paso.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, pero apuesto lo que queráis que no estaba corriendo “el toro de fuego”.
04.00 h del domingo 26
A. R. tomaba bebidas alcohólicas y bailaba frenético una música atronadora bajo unas carpas que varios bares han habilitado a tal efecto en la “plaza del castillo”.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, ni si sabe bailar.
9.00 horas del domingo 26.
A. R., sin haberse acostado aún, acude a la capea que se organiza en la plaza de toros donde el día anterior toreó Jose Tomás que ni sabe quien es ni le importa.
No tengo ni idea de qué hacía G. H. a esa hora, pero tengo certeza de que tampoco le dice nada el nombre de José Tomás.
11.00 horas del domingo 26.
A. R. recibe una llamada de su padre desde casa interesándose por saber cuando va a volver a dormir. A. R. responde literalmente: “cuando me dé la gana”. A lo que su padre contraataca muy enérgico: “Bueno, pero ni un minuto más”.
A. R. es mi hijo y, esta semana que viene, se recuperará en Salamanca de sus excesos y repasará las tres asignaturas que tiene suspensas de segundo para examinarse a comienzos de septiembre. Si aprueba su padre se dará con un canto en los dientes.
G. H. es George Hotz, el adolescente americano que ha desbloqueado el “iPhone” de Apple, mezcla de ipod y teléfono, con revolucionaria pantalla táctil, sistema WiFi, cámara, etc. Lo ha conseguido mediante una inteligente combinación de cambios en el software y en el hardware que le ha llevado unas quinientas horas de obsesivo trabajo.
No sé qué curso estudia, ni dónde pasa sus vacaciones, ni quién es su padre, ni lo que este último piensa de él.
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José Tomás no ha toreado en Arenas, aunque sí otros tres toreros que no sé como se llaman.
Mi hijo no me contestó “cuando me dé la gana” ni yo le respondí “pero ni un minuto más”. De alguna manera había que meter el chiste.
Qué paciencia hay que tener con los hijos, eh!.
ResponderEliminarBueno, al menos tu hijo no ha hecho nada malo, es jóven y se divierte con los amigos en las fiestas, lo normal a esa edad (y también responsable, verás como saca esas asignaturas adelante, ha sido un verano duro también para él, seguro que prefiere un verano sin estudiar y sin su padre "detrás suyo").
Respecto al jóven mexicano... bueno, como le pesque le justicia americana (andán detrás de él, de saber su verdadera identidad y detenerle) le caerá su primera condena, porque lo que ha hecho (según las leyes de propiedad intelectual, que nos gusten o no están ahí, para proteger a los autores de algo, bien sea un libro o un dispositivo hardware como el iPhone) es ilegal, por más que haya demostrado su pericia informática en esas 500 horas de "estudio" del aparato.
Saludos, Jesús
Jesús, que yo sepa el joven no es mexicano sino de New Jersey.
ResponderEliminarSegundo, tengo idea que con independencia de lo que diga la ley por lo que ha hecho a este tipo de hackers se los rifan las compañías informáticas porque han demostrado un ingenio superior al equipo de técnicos que programaron el aparatito en cuestión. Siempre he oido decir que algo así les depara un futuro muy prometedor en ese campo.
Pero tú sabes mucho más de esto, quizás puedas corregirme.
Es de fuera de USA, si fuese de New Jersey ya estaba el FBI en su casa... se sospecha que es residente en México D.F. (esto de Internet no tiene barreras, y se dejan huellas por todos los sitios).
ResponderEliminarNo te creas... si Apple hubiese querido "blindar" más el "aparatito", lo hubiesen hecho. Todo se deja "abierto" porque la ley impide muchas veces cerrar más las cosas... ¿Crees que hay una sola persona que pueda saber más que 500 desarrolladores que puso Apple a desarrollar el iPhone?. Y respecto a lo que ha hecho este hombre, dudo mucho que nadie pueda llevarlo a la práctica (requiere de un "soldador" y 12 horas de trabajo, amén de poderte cargar el iPhone, que cuesta 500$ y pierdes la garantía).
Si quieres leer al respecto de si es legal o no hacer algo así...
http://www.engadget.com/2007/08/24/know-your-rights-is-it-illegal-to-unlock-my-iphone/
Saludos, Jesús
El noruego Jon Lech Johansen se hizo famoso en 1999 cuando con sólo 15 años de edad presentó su programa DeCSS, que anulaba los códigos anticopia CSS de los DVD.
ResponderEliminarsi es que hay gente pa tó
Curioso el punto al que hemos llegado. Un chaval de 17 años suspende varias asignaturas y se considera que "no ha hecho nada malo". ¿No es nada malo el incumplimiento de sus obligaciones? Desde mi punto de vista, es un 'incumplimiento de contrato familiar' clarísimo.
ResponderEliminarEspero que apruebe.