UN REENCUENTRO CON VIEJOS AMIGOS.
Hace más de un mes tuvimos un encuentro de viejos amigos de
la adolescencia. Éramos todos personas que nos conocíamos por haber estado en
los grupos de adolescentes de la parroquia cuando corrían mediados los años
setenta. Teníamos 15 años, más o menos, cuando murió Franco y aprovechamos la
semana que dieron de vacaciones para amueblar, acondicionar y adornar una casa
vieja que habíamos alquilado entre todos para sustituir los locales
parroquiales en que nos reuníamos antes y que quedaban para las nuevas
generaciones.
Nos juntamos trece ese día a tomar cafe y algunos se
despidieron a la una de la mañana. Ese mismo día se formó un grupo de guasap y lo
que vengo a contaros es que estamos absorbidos por él desde hace ya más de un
mes. Hemos contactado con gente que no vive en Salamanca y ahora somos ventitres
y parece que todos estamos encantados de haber recuperado "una
amistad" de hace tantos años.
El grupo es una bendición (nos reímos, colgamos fotografías
antiguas que comentamos, nos reconocemos como los mismos aunque hayan pasado
cuarenta años... ) y también una condena, como muchos grupos de guasap (absorbe
demasiado tiempo, incluso para los que solo leen y apenas participan).
Una persona de las que más chateaba salió hace dos días del
grupo porque no podía controlar su adicción y creía que esta le perjudicaba.
Conociéndola pensamos que solo se ha tomado unas vacaciones y volverá, pero el
hecho indica un poco lo que nos pasa a todos.
Este grupo es culpable (añadido a la agitada vida que os
contaba ayer) de que no haya escrito más post últimamente. Mi dosis de
reconocimiento social está más que satisfecha porque soy uno de los que más
chorradas dice. De momento con mucho éxito.
No quiero pensar qué sucederá cuando tarde o temprano empiece a repetir los
chistes, sin querer, y lo que ahora les parece un tipo ingenioso se convierta
en un pesado.
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