16 julio, 2018

UN REENCUENTRO CON VIEJOS AMIGOS.


Hace más de un mes tuvimos un encuentro de viejos amigos de la adolescencia. Éramos todos personas que nos conocíamos por haber estado en los grupos de adolescentes de la parroquia cuando corrían mediados los años setenta. Teníamos 15 años, más o menos, cuando murió Franco y aprovechamos la semana que dieron de vacaciones para amueblar, acondicionar y adornar una casa vieja que habíamos alquilado entre todos para sustituir los locales parroquiales en que nos reuníamos antes y que quedaban para las nuevas generaciones. 

Nos juntamos trece ese día a tomar cafe y algunos se despidieron a la una de la mañana. Ese mismo día se formó un grupo de guasap y lo que vengo a contaros es que estamos absorbidos por él desde hace ya más de un mes. Hemos contactado con gente que no vive en Salamanca y ahora somos ventitres y parece que todos estamos encantados de haber recuperado "una amistad" de hace tantos años. 

El grupo es una bendición (nos reímos, colgamos fotografías antiguas que comentamos, nos reconocemos como los mismos aunque hayan pasado cuarenta años... ) y también una condena, como muchos grupos de guasap (absorbe demasiado tiempo, incluso para los que solo leen y apenas participan). 

Una persona de las que más chateaba salió hace dos días del grupo porque no podía controlar su adicción y creía que esta le perjudicaba. Conociéndola pensamos que solo se ha tomado unas vacaciones y volverá, pero el hecho indica un poco lo que nos pasa a todos. 

Este grupo es culpable (añadido a la agitada vida que os contaba ayer) de que no haya escrito más post últimamente. Mi dosis de reconocimiento social está más que satisfecha porque soy uno de los que más chorradas dice. De momento con mucho éxito. 

No quiero pensar qué sucederá cuando tarde o temprano empiece a repetir los chistes, sin querer, y lo que ahora les parece un tipo ingenioso se convierta en un pesado.

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