15 julio, 2018

El tiempo vuela y yo vivo feliz mis vacaciones.


Hoy es día 15. Lo que significa que ha transcurrido un cuarto de mis vacaciones.
- Por un lado esto es un horror porque estos días se fueron en un soplo, y las vacaciones son maravillosas y querría que duraran siempre.
- Por otro lado la vida es siempre maravillosa, también cuando hay que trabajar. ¿Qué más da que pase el tiempo rápido y vuelva el nuevo curso? Pero ¡qué leche!, me fastidia el ritmo acelerado del curso y no quiero volver al estrés que supone. (¿En castellano será con s o con x?)

Si echo la vista atrás veo que no he parado y que lo he pasado divinamente. No he tenido tiempo ni de escribir a Pseudópodo para pedirle que cuelgue las lecturas de este medio año. El primer fin de semana, casi sin empezar julio, estuvimos mi mujer y yo en Arenas para preparar la casa para unos inquilinos circunstanciales: del 8 al 15 de julio (400 euros). Luego vuelta a Salamanca. El miércoles viaje a Ávila,
Estuve unos días solo en Arenas de San Pedro. Solo quiero decir con los gatos. Estuve pensando entonces en hacer un "diario de la soledad" pero mi vida estaba tan llena que no encontraba tiempo para escribir. Llevé un montón de cosas al punto limpio. Nuestro inquilino de invierno desde hace trece años se ha ido definitivamente (siempre se iba los veranos, pero volvía en septiembre)  y había que deshacerse de muchos trastos que dejaba.
La soledad tiene un goce especial y cuando no tienes obligaciones pautadas se convierte en un vagar feliz. Puedo hacer exactamente lo que quiero en cada momento sin ninguna interferencia. No son necesarios horarios para coordinarme con mi mujer, puedo decidir cualquier cosa sin tener que negociarla con ella, no tengo que escuchar la televisión de fondo en la casa... Si no leo no es porque ella me interrumpa con asuntos pendientes que corren mucha prisa, es sencillamente porque no leo. Todo, absolutamente todo depende de mi voluntad. Algo insólito cuando compartes normalmente una casa con una familia de varios miembros.
Un día quise dedicarlo al silencio y la meditación. No fue del todo posible pero medité tres horas. Y me di un largo paseo por naturaleza. Me gustó la experiencia pero no sabría explicar gran cosa sobre ella. O quizás sí, pero no tengo tiempo.
¿Por qué estaba solo?
Mi mujer se fue a Dublin con tres hermanas suyas de jueves a jueves y yo partí esa semana en dos partes. Tres días en Arenas y tres en Avilés viendo a un amigo. O a un matrimonio amigo, que también así se puede contar. Aunque en realidad la mayor parte del tiempo son conversaciones con él sobre el feminismo desnortado que nos toca vivir. O sobre el descarrilamiento en general de la vida política.
Hermoso paseo matutino por la playa de la Salina mientras mi amigo trabaja.
Se me olvidaban los viajes. Estupendas aventuras en Blablacar.
- Yésica, una joven que me habla de resonancias, rayos X, medicina nuclear, (imagen para el diagnóstico, que es en lo que trabaja) (Viaje Salamanca-León)
- Antonio, un hombre que cambia un pinchazo en tiempo record en plena autovía a la salida de León, mientras otra pasajera "se quiere morir" (era guapa) y sale a la cuneta a hablar por teléfono disgustada, como si fuera Antonio el culpable del pinchazo. Después aún recogemos a Alipio, un paisano que llevamos de un pueblín a otro, y que nos habla de sus 100 cabras (incluyendo las crías) y de su hija que quiere dedicarse a la apicultura. Al final del viaje momentos de un dialogo tenso entre Antonio y la guapa pasajera que le reprocha la duración excesiva del viaje. Experiencia nueva para mí esto de que existan sombras en un viaje de Blablacar. (Viaje León- Avilés)
- ¿Qué decir de Mateo Pierre? Un estudiante de traducción de 24 años, inteligente como él solo, con el que compartí una charla de tres horas sin parar con el tema central del feminismo. Viajábamos en una autocaravana (no se me ocurría que con la autocaravana se pudiera hacer blablacar) y conducía Enrique, un tipo de mi edad  que charló con su otra pasajera muy joven que iba de copiloto. Si de primeras me hubieran dado a elegir hubiera elegido hablar con la chica pero una vez vivida la charla con Mateo sé que es imposible que la chica hubiera mejorado mi viaje. (Viaje de vuelta Gijón-Salamanca)

Continuará.

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