18 agosto, 2016

Orden de aprovechar.

Dos nuevas visitas al psicólogo tras varias semanas sin ir. Mi mujer cree que estoy muy ansioso. Al principio me cuesta verlo pero poco a poco reconozco que es así. Descubro, otra vez, que estoy lleno de miedos. La ansiedad no es sino miedo. Y mi nivel de ansiedad es muy alto. Pese a estar de vacaciones.

Descubro que ese miedo nace de la necesidad de control. En lugar de vivir abierto a las cosas quiero imponer un plan previo. Vivo en la convicción de que la vida solo será buena si se adapta a mis objetivos y mi control. Y esa rigidez, creer que todo tiene que estar previsto y ser acorde a mis creencias, me impide vivir relajado.

¿Por qué razón no puedo vivir las vacaciones de modo relajado? Porque cada día quiero aprovecharlas: disfrutar de los baños, pasarlo bien con los amigos, leer lo suficiente, escribir las entradas para el blog, conseguir meditar “bien”. Tengo la convicción de que puedo mejorar mi vida haciendo todo de una determinada manera y para eso tengo que esforzarme. Y paradójicamente es precisamente eso lo  me hace estar tenso y ansioso. Porque siento que la vacación –la vida entera- se va sin que pueda atraparla.


Quiero ganar mi vida. Y estoy aprendiendo de un modo vívido que “el que quiera ganar su vida la perderá”. 

2 comentarios: