Entrevista a mi padre. Por Joselu.
Joselu, pensó que sería bueno hacerle una entrevista a mi padre. Me pasó unas preguntas, se las entregué impresas, le expliqué lo que era y le dije que una tarde me acercaría y que podíamos grabar las respuestas con la tablet. Le pareció bien pero cuando volví por su casa ya había respondido por escrito la gran mayoría.
¿Hay
algún recuerdo poderoso antes de los siete años? ¿Puede contarlo brevemente?
Mi padre paseaba con sus
hijos mayores, yo y mi hermano Alberto, hasta la estación de tren de Santafé y allí vi
la máquina de vapor con los maquinistas echando palas de carbón a la caldera
roja por el fuego.
También me sorprendía
mucho el movimiento de los pollitos que salían de los huevos picando el
cascarón por dentro como llamando, y lo listos que eran para correr alrededor
de la madre como bolitas de algodón blancas y patas y pico amarillo.
¿Fue
su niñez feliz? ¿Por qué?
(Cuando estoy ya en mi casa me doy cuenta que esta pregunta no está contestada, seguramente se le pasó)
Usted
tenía, si no estoy confundido, ocho años cuando se proclamó la República. ¿Qué
recuerda de aquello?
Pasó delante de mi casa (que era la
Administración de Correos) una multitud de hombres cantando y pidiendo que
pusieran una bandera en el balcón. El Rey se había dio Fontineblau que yo sabía
cómo se pronunciaba porque mi padre nos hizo iniciarnos en el francés con el
método Ollerdorf. Mi padre se hizo del Casino republicano pero no dejó de ir al
otro.
Yo leía muchos periódicos en la época de
la República porque por la noche estaban en la oficina los periódicos que
llevarían a los pueblos por la mañana. Yo le sacaba una fajilla que los
sujetaba doblados y los volvía a meter luego en su fajilla.
¿Dónde
vivió la guerra civil? ¿Fue muy dura para usted?
Nos fuimos de Santafé a Huelva el año 35.
Posteriormente alguien me dijo: si a tu padre le coge la guerra en Santafé habría
sido uno de los que hubieran fusilado. En Huelva era diferente, no lo conocía
la gente y no tenía ningún cargo, era un funcionario más de una oficina grande
de correos.
La guerra civil la vivimos en Huelva, yo
apuntado con Los Flechas, (imitación de los balillas de Musolini) desfilando
con unos fusiles pequeños de madera.
No quiero omitir aquí una frase muy posterior:
los flechas son 40 niños vestidos de gilipollas al mando de un gilipollas
vestido de niño.
Imagino
que no llegó a combatir aunque su generación estuvo muy próxima a la del
biberón. ¿Temió que lo movilizaran? Intenté con
un amigo ir a combatir en el frente pero no nos dejaron por la edad. No me
importaba morir por la patria.
¿Qué
representa históricamente para usted la figura de Franco? ¿Está de acuerdo en
que fue un mal inevitable?
Copio aquí un soneto que hice cuando
Franco estaba para morir y que resume mi opinión sobre el tema.
Ya se acerca, español, o ya es llegada
la hora en que la patria esté de duelo,
la ocasión que no pudo ver mi abuelo,
la fecha más temida y deseada.
Ya presiente la clase acomodada
que se le va derecho el santo al cielo.
Que se descorre (¡ya era hora!) el velo
de la incógnita nunca despejada.
Familia, municipio y sindicato
desempolvan la ley de los cajones,
por saber quién se lleva al agua el gato.
¿Se cumplirán las sabias previsiones?
¿O será aquí te pillo aquí desato?
¡Se nos ponen en vilo los Borbones!
¿Han
sido importantes en su vida las mujeres? ¿Qué mujeres si es así?
Las mujeres en todas mis edades han sido
muy importantes para mí. Desde niño hasta hoy. Unas materialmente y otras
sentimentalmente. También mi madre influyó en mí como conocedora de la vida.
¿Qué
pensó cuando Zapatero legalizó el matrimonio homosexual?
No quiero opinar sobre eso.
¿Cuál
es el libro que más le ha entusiasmado de los que ha leído? Recomiéndeme uno.
El libro más leído fue “Platero y yo”. No
quiere decir que lo recomiende. Y una novela que leí con fruición fue “Pequeño
mundo antiguo” de Fogazzaro. No quiero decir que lo recomiende.
¿Qué
tipo de cine le ha gustado a usted?
Películas muy variadas.
¿Vio
“El último tango en París?
Si lo vi no me acuerdo.
¿Qué
sintió el día que murió Franco? ¿Temió por el futuro? ¿Pensó que podría haber
otra guerra civil?
La respuesta está en mi soneto, en mi
gran soneto, ya citado.
¿Cómo
han cambiado los niños en los tiempos actuales a los de su niñez?
No lo he pensado. Lo que me sorprende es
la manera de vestirse las mujeres, con todas las piernas desnudas y patentes,
aunque vayan vestidas.
Si
un hijo suyo hubiera sido homosexual ¿cómo hubiera reaccionado?
Lo consideraría como una enfermedad
incurable.
¿Cree
que su hijo Marcos hereda algo de usted? ¿Qué?
Mi hijo tiene escrito un libro que yo
admiro, pienso que está escrito con talento no heredado.
¿Teme
a la muerte? ¿Por qué?
Yo me libré de la muerte cuando a las dos
de la mañana en la calle Torrijos en
Madrid alguien nos disparó desde una esquina.
¿Cómo
le gustaría morir?
No sé si temo a la muerte. Yo querría
morir con fe y con esperanza.
Me gusta más vivir que morir, desde luego.
Me gusta más vivir que morir, desde luego.
¿Qué
piensa del pelo rojo de su hijo Marcos?
A mí me parece que me daría vergüenza ir
con el pelo así. A mí me gusta más pasar desapercibido que llamar la atención.
¿Cree usted en Dios? ¿Cree que hay vida después de la muerte?
Se deduce de lo que he dicho antes.
¿Cree que su vida ha
tenido sentido? ¿Por qué?
(Estas últimas preguntas no las tenía escritas. Se había parado en "cómo le gustaría morir". Le pido una respuesta de cada una de ellas pero esta última se niega a contestarla. "A mí me gustaría saber qué significa eso de tener sentido. Pediría que se me tradujeran esas palabras a otras. Que se preguntará la pregunta de otro modo para que entendiera qué signfica".)
Le agradezco profundamente sus
respuestas. Soy profesor como su hijo, pero de literatura, en Cataluña. Reciba
un cordial saludo.
José Luis González
Hasta aquí la entrevista de Joselu y las respuestas de mi padre.
Si yo me hubiera acordado antes del soneto lo hubiera colgado aquí, como colgué otra poesía suya. Y también aquí.
Hasta aquí la entrevista de Joselu y las respuestas de mi padre.
Si yo me hubiera acordado antes del soneto lo hubiera colgado aquí, como colgué otra poesía suya. Y también aquí.
Muchas gracias, Loiayirga, las respuestas de tu padre -enérgicas, indubitadas, rotundas- dan medida de sus certezas y de su estado mental. Así como de su historia personal. Me gustaría llegar a su edad tan clarividente, aunque yo sin duda seré de otra manera. Yo solo me encontré con mi padre una hora antes de morir. Fue la única ocasión en que le dije que me sentía orgulloso de él. Pero lo dije de verdad. Espero que eso le ayudara a morir. Tu padre ansía morir con esperanza, no sé si ha quedado claro si creía en Dios. Esa esperanza es denotadora de algo. No sé. En todo caso se siente orgulloso de ti, no de tu pelo, claro, pero sí de aquel libro que escribiste con talento a sus ojos. Espero que no sea tu último libro. Ya ha pasado mucho tiempo desde aquel.
ResponderEliminarUn cordial saludo y muchas gracias de nuevo. Transmíteselas a tu padre. Dile que es un gran tipo.
La pregunta de si la vida ha tenido sentido podría formularse diciendo: "¿Está orgulloso de lo que ha sido su vida?" o tal vez "¿Cree que la vida le ha tratado bien?".
ResponderEliminarSaludos.
Me sorprende tu preocupación por el pelo rojo. Parece que le dieras más importancia que yo mismo.
ResponderEliminarPara saber que a mi padre no le gustó era suficiente con leer la primera entrada. ROJO 1. Allí digo que dijo que era absurdo. Una melonada. Para él un melón siempre ha sido un bobo.