14 noviembre, 2015

Una existencia agotadora.

Como casi todo el mundo, también yo ando siempre persiguiendo lo que me agrada y rechazando lo que me repele. Estoy un poco harto de vivir así: atraído o repelido, corriendo en pos de algo o, por el contrario, alejándome de ello todo lo posible. Una existencia que discurre tomando y repudiando termina por resultar agotadora, y me pregunto si no sería posible vivir sin imponer a la vida nuestras preferencias o aversiones. Es a esto precisamente a lo que llama la meditación: a no imponer a la realidad mis propias filias o fobias, a permitir que esa realidad se exprese y que pueda yo contemplarla sin las gafas de mis aversiones o afinidades. Se trata de tener el receptáculo que soy cuanto más limpio mejor, de modo que el agua que se vierta en él pueda distinguirse en toda su pureza. Sería estupendo ver algo sin pretensiones, gratuitamente, sin el prisma del para mí. Es posible, hay gente que lo ha hecho. ¿Por qué yo no?

BIOGRAFÍA DEL SILENCIO, Pablo d'Ors 
página 40

2 comentarios:

  1. ¿Qué decir ante esta potente dosis de sabiduría de D'Ors? Y que a ti te está fascinando y sirviendo. Solo respetar tu lectura aunque uno esté en otro lugar distinto.

    ResponderEliminar
  2. A veces recuerdo un post tuyo en el que tu padre te comentaba el hecho de que con la edad disminuye el deseo sexual y que eso le parecia una liberacion. A mi no me lo parece. Me parece que el perder la pasion por algo es algo triste, que le hace perder un poco de color a la vida, que la hace menos interesante. Afortunadamente hay mas cosas en la vida que el sexo, pero no veo como algo deseable el perder ese conjunto de afectos al que se refiere el texto: ese conjunto de apegos y de filias es lo que nos impulsa a vivir y a actuar. No imagino nada mas anodino que el pasear por la vida sin que nada nos toque ni nos llegue, sin que nada despierte nuestro deseo. Aunque eso fuera posible (cosa que dudo porque estamos biologicamente diseñados para lo contrario) yo lo rechazaria, porque todo se nos convertiria en un gris sin matiz ni interes. Por eso tampoco creo en el ideal budista de anular el deseo para alcanzar no se sabe muy bien que estado.

    Un saludo

    ResponderEliminar