Yo, motero.
LA
INTERPRETACIÓN: Todos nos fabricamos un personaje. Más o menos corriente o
diferente, pero siempre una imagen personal que constituye nuestro yo y con la que nos
identificamos. Por ejemplo, yo me creo un intelectual, un profesor de filosofía que sé más
que una persona corriente, con un modo de pensar y unas creencias. Me creo un
tipo más ingenioso que la media, en algunas cosas friki y original, aunque sé
que en otras soy completamente convencional y vulgar. Estas son solo unas pinceladas, pero tengo claro que poseo un yo que tengo que conservar y proteger
frente los demás. Como los moteros, una servidumbre.
Da tantas vueltas mi ego. Cuando he creído comprenderlo, ha dado giros inesperados que me han dejado turulato. Yo no sé vivir apegado a un ego. No sé si es una debilidad o una suerte. Soy frágil y quebradizo porque no tengo algo a que aferrarme, una imagen mental de mí mismo. A veces lo echo en falta. Me ha causado mucho dolor carecer de ella. Sin embargo, intuyo que sentir así es un prodigio que te hace estar abierto a todo, a ser capaz de evolucionar y no quedarte preso de dicha imagen.
ResponderEliminar