17 octubre, 2014

Futuro corto.

Mi mujer y yo nos vemos, dentro de diez años, ya jubilados, viajando por ahí con una autocaravana. Es un futuro a largo plazo. Distinto es lo de mi padre. Ser viejo es no tener futuro. O tener un futuro siempre a corto plazo. Mi padre tiene futuro, pero es muy cortito. Hace un proyecto y vive unos días para él. Su futuro siempre son unos días. Me pide que le saque La tía Tula de la biblioteca y espera impaciente un par de día a que se la lleve. Otras veces no puede esperar, y entonces me llega un guasap de la mujer que los cuida diciéndome que ya no lleve el libro (En este caso Ángel Guerra, de Galdós) que lo ha pedido por teléfono a una librería. Se lo trajeron en Austral, la letra era muy pequeña y volví a buscarlo a la Casa de las Conchas a ver si lo había con letra más grande. Hoy se lo llevé, pero es un grueso volumen de obras completas y la letra es muy poco mayor que 
la suya.
Me parece maravilloso que no se canse de vivir. Tiene malos momentos, claro, pero no pierde la ilusión de descubrir libros que consigan interesarle. Hace poco me descubrió el de Landero, del que ya hablé aquí.


Hace años, cuando se quejaba todo el tiempo, estuve tentado de pedirle que hiciera algo útil antes de morir: que nos enseñara cómo vivir el final con dignidad. Luego me contuve. Alguien me explicó que era cargar sobre sus hombros una responsabilidad excesiva. Lo cierto es que yo no creía que pudiera enseñarme nada. Creo que me equivoqué. Quizás, en algún aspecto, me esté enseñando cómo se puede “vivir” hasta el final. 

3 comentarios:

  1. ¿En qué pensabas cuando ibas a proponerle lo de "algo útil"? ¿Podrías poner un ejemplo?
    Gracias.

    ch

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  2. No se entiende bien tu pregunta, Chema. Lo que quería pedirle era que nos enseñara a vivir con dignidad el final (aún podía, siendo un viejo, hacer algo útil por nosotros, eso). Y si lo que preguntas es de qué modo se hace eso, yo creo que afrontando la vejez con entereza, de modo valiente, sin cargar sus achaques y lamentos sobre todos los que te rodean. Sin convertirte en un niño que llora por todo (aunque no sea literal) , siendo adulto responsable hasta el final. Y disfrutando de la vida mientras las circunstancias lo permitan, como de algún modo está haciendo.

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  3. Te preguntaba sobre de qué modo se hace eso. Creo que lo que propones se puede aplicar a cualquier edad.
    ch

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