TEORÍA DE LOS ENCHUFES
Algún día se descubrirá, si no se
ha descubierto ya, que las relaciones personales tienen una especie de enchufes
en el cerebro. Existen varias clases de enchufes diferentes y cada tipo de
relación se conecta a un tipo determinado. ¿Por qué sé que sucede esto? Por la confusión
con los nombres.
Confundo los nombres de X y Z porque ambos son amigos con los
que mantengo conversaciones “intelectuales”. Confundo los nombres de P y Q
porque son personas con las que me es difícil tratar, he tenido en mi vida
discusiones monumentales con ellas que me llenan de remordimiento e intento
evitar con ellas cualquier conflicto. Confundo los nombres A y B porque son
ambas amigas, el tipo de compañía que me dan es similar, les cuento cosas
parecidas y nos vemos siempre en vacaciones o en momentos de relax.
Nunca intercambio por error los
nombres de X y P, ni Q y A. Nunca. Deduzco que porque el área del cerebro
implicada, el haz de conexiones neuronales correspondientes o el puerto en el
que enganchan es distintos en cada caso.
Es curioso. Hay dos grupos de
amigos con quienes no cometo errores a la hora de nombrarlos. Ambos son varones,
pero mientras con unos establezco un tipo de relación intelectual, debatimos
asuntos, hablamos de política, compartimos lecturas… con los otros comparto unas
cervezas y unas risas y es una relación más afectiva, más de hacernos compañía
mutua.
Al nombrar a mi mujer no me
equivoco nunca.
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