01 agosto, 2014

VICIO (microrelato)

A la primera que decepcionó fue a su mujer. Fue doloroso. Luego a sus hijos, le dolió menos. Luego decepcionó al jefe, a sus compañeros de trabajo, a sus padres, a todo el mundo. Al final terminó por cogerle el gusto y llegó a encontrar un placer íntimo en aquello.

Muchas tardes se iba a la zona de la ciudad de más difícil aparcamiento y esperaba hasta que conseguía uno. Luego se pasaba mucho rato entrando y saliendo del coche, haciendo gestiones en el maletero que dieran a entender que se marchaba a los conductores que buscaban sitio.
Cuando lo miraban expectantes a todos los decepcionaba negando con la cabeza. Así uno y otro y otro. Durante una hora, o dos, hasta que se cansaba.

Al final esperaba un minuto que no pasara nadie y se iba. El conductor que encontrara el hueco se llevaría una alegría. Pero él ya no lo vería.

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