02 agosto, 2014

Derechas e izquierdas en la vida cotidiana

Un amigo le da gran importancia a ser de derechas o de izquierdas. Hablando de nuestro viaje a Santiago dice: vamos dos parejas de izquierdas y dos de derechas.

Pero luego, charlando, coincidimos en que tenemos sobredimensionado el valor de la ideología. En realidad nos hacemos amigos por los comportamientos. Lo que pensamos no puede separarnos si compartimos gustosos un paseo, una cena, una charla, o consolarnos mutuamente en nuestras penas…

En gran parte esto deriva de que la ideología no marca demasiado la conducta cotidiana.

¿Conocéis alguna comunidad de vecinos en los que las decisiones estén marcadas por la división derecha-izquierda? Por ejemplo, los vecinos de izquierdas quieren pagarle más a la mujer que limpia las escaleras y los de derechas no. Por ejemplo, los vecinos de izquierdas quieren que las obras del común se paguen en factura con IVA y los de derechas no.

Hace mucho, inventé un cuento en el que en una urbanización de chalets, alguien proponía compartir la piscina gratuitamente con las casas sociales de al lado que no tenían. ¿Os imagináis que una decisión así dividiera en dos grupos a los que votaban PP y a los que votaban PSOE o IU?

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