Derechas e izquierdas en la vida cotidiana
Un amigo le da gran importancia a ser de derechas o de
izquierdas. Hablando de nuestro viaje a Santiago dice: vamos dos
parejas de izquierdas y dos de derechas.
Pero luego, charlando, coincidimos en que tenemos
sobredimensionado el valor de la ideología. En realidad nos hacemos amigos por
los comportamientos. Lo que pensamos no puede separarnos si compartimos
gustosos un paseo, una cena, una charla, o consolarnos mutuamente en nuestras
penas…
En gran parte esto deriva de que la ideología no marca
demasiado la conducta cotidiana.
¿Conocéis alguna comunidad de vecinos en los que las
decisiones estén marcadas por la división derecha-izquierda? Por ejemplo, los
vecinos de izquierdas quieren pagarle más a la mujer que limpia las escaleras y
los de derechas no. Por ejemplo, los vecinos de izquierdas quieren que las
obras del común se paguen en factura con IVA y los de derechas no.
Hace mucho, inventé un cuento en el que en una urbanización
de chalets, alguien proponía compartir la piscina gratuitamente con las casas
sociales de al lado que no tenían. ¿Os imagináis que una decisión así dividiera
en dos grupos a los que votaban PP y a los que votaban PSOE o IU?
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