19 mayo, 2014

VOLVER A EMPEZAR

Saqué de la Biblioteca un libro al que luego no encontré mucho valor. Lo leí en la diagonal, como hago últimamente con todo. Su título es bastante tonto: “Pensar por pensar”, un diálogo entre Juan Cruz y Manuél Delgado. Pero quería hablar aquí del capítulo que trata de “Volver a empezar”.

En toda nuestra vida tenemos mil cosas que “retornan”. Para mí el final del curso es una bendición y el comienzo también. Quiero decir que siempre empiezo con mucha ilusión. Como si refundara mi modo de enseñar. Y siempre acabo desanimado y creyendo que cada vez lo hago peor.

Me llamó la atención esta “fe” en la que no había reparado. Algo acaba y comenzamos de nuevo. A veces es una operación, que restablece la salud. A veces es la primavera que nos da de nuevo esperanzas de vivir. Puede ser el comienzo de un nuevo año. Comprar unas nuevas gafas cuando ya tienes dificultades con las antiguas es para mí renacer.

Me acordé de mis padres y mi suegra cuando van al médico. Miran con decepción que el doctor no los pueda “resetear”. Por lo visto, esta fe era falsa, ya no los deja como nuevos para recomenzar.

Me topé además con unos versos de Catulo de los que a lo mejor hablo otro día.
Los soles pueden desaparecer y renacer:
a nosotros, tan pronto como desaparece esta breve luz,
nos toca dormir una noche eterna.

En fin, el capítulo también terminaba pesimista. Llegará un día en que no podremos volver a empezar. 

2 comentarios:

  1. Y vienen aquí a cuento un villancico pagano:

    La noche buena se viene,
    la noche buena se va,
    y nosotros nos iremos
    y no volveremos más.

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  2. Miedo a ver un coche de la policía acercarse a mi puerta.
    Miedo a dormirme por la noche.
    Miedo a no dormirme.
    Miedo al pasado resucitando.
    Miedo al presente echando a volar.
    Miedo al teléfono que suena en la quietud de la noche.
    Miedo a las tormentas eléctricas.
    ¡Miedo a la limpiadora que tiene una mancha en la mejilla!
    Miedo a los perros que me han dicho que no muerden.
    Miedo a la ansiedad.
    Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
    Miedo a quedarme sin dinero.
    Miedo a tener demasiado, aunque la gente no creerá esto.
    Miedo a los perfiles psicológicos.
    Miedo a llegar tarde y miedo a llegar antes que nadie.
    Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
    Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
    Miedo a tener que vivir con mi madre cuando ella sea vieja, y yo también.
    Miedo a la confusión.
    Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
    Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
    Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
    Miedo de que lo que yo amo resulte letal para los que amo.
    Miedo a la muerte.
    Miedo a vivir demasiado.
    Miedo a la muerte.

    Ya he dicho eso.

    Raymond Carver

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