10 abril, 2014

Una escena en la biblioteca.



En la biblioteca a la que voy, que es grande, el area de los comics es una zona acotada de sillones cómodos y mesas bajas que invitan a la relajación y al solaz. Para invitar a la lectura, han instalado allí una especie de maniquí, que podría ser Tintín, leyendo un libro sentado tranquilamente con los pies apoyados en la mesa.



Cuando vi al muñeco, me puse a leer también con los pies encima de la mesita que tenía delante.


Al poco rato pasó por allí el guarda de seguridad, uno de esas empresas privadas, que se acercó tosiendo, para ver si yo reaccionaba. Cuando llegó a mi lado hizo un gesto señalando mis pies.
No dije nada y seguí leyendo.
- "Por favor, caballero" dijo entonces. 
-          - "¿Si? ¿qué sucede?" respondí yo.
      -  "¿Podría retirar los pies de la mesa?"
      - "¿Y él?" respondí señalando al maniquí.
      - "Pero se trata de un muñeco" dijo un poco sorprendido.

Y entonces, antes de que él pudiera decir nada más, comencé a hablar excitado y subiendo cada vez más la voz.
"Pero vamos a ver. ¿En qué mundo vivimos? ¿Es que ahora un muñeco va a tener más derechos que uno? Ahora va a resultar que un muñeco se puede sentar como le place y las personas tenemos que comportarnos de no se qué manera… ¡Vamos, hombre!¡Por Dios!
Pero además, ¿no son ustedes los que han montado este instalache para animar a la lectura? Osea que ponen al muñeco repantingado y leyendo tan agusto y si yo imito exactamente la escena les parece mal. ¿Pero estamos locos o qué? ¿Dónde está la cámara oculta? ¿Qué disparate es este?"

1 comentario:

  1. Esta escena podría haber pasado si yo le echara morro a la vida.
    De momento solo le echo imaginación.

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