28 marzo, 2014

NO SOMOS LOS OTROS.

         Tengo un familiar enfermo de cáncer de pulmón. Ya lleva tratándose un año. Estos días está de nuevo ingresado.

          Lo que me produce horror es poder seguir viviendo como si nada. Hemos terminado la semana de evaluaciones y siento un alivio enorme después de poner notas y cerrar un capítulo del curso. Me quedan dos semanas de clase, pero me siento como si estuviera de vacaciones.
          Mi mujer se ha juntado, este fin de semana, con muchas de sus hermanas en Madrid. Duermen en un hotel, comen en una marisquería, ven algún musical, van de tiendas… Lo hacen todos los años una vez. También ellas saben del cáncer del que hablo. La persona afectada es el marido de una de ellas, aunque por supuesto ella no asiste esta vez.
           Una enfermedad mortal es terrible, pero no menos terrible es que la vida siga casi impertérrita.
          Me parecería justo que me doliera más, me parecería justo que me quitara el sueño. Y sin embargo nada. Lo siento por él, cómo no voy a sentirlo, pero ¿qué significa decir que lo siento?


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