27 marzo, 2014

Manifestándome en Madrid (2)


Zapatero sufrió en su primera legislatura enormes manifestaciones. Enormes. Cuando se junta mucha gente es difícil que haya gran diversidad. 

En una de ellas, cuando llegamos a la Puerta del Sol, desde el lugar en el que al final, quedeé situado podía a ver a unos jovencillos subidos a un alto. No recuerdo dónde era, pero sí que estaban por encima de todos. Eran muy jóvenes, no universitarios. Debían ser de instituto. Demasiado jóvenes para estar allí. Uno de ellos tenía un megáfono y mientras esperábamos hacía sonar el himno nacional a través de él. Colocaba el móvil junto al megáfono y la música la oíamos en un gran círculo todos los que estábamos a su alrededor. 

¿Por qué aquel chico, con otros como él, no se puso a romper papelera, quemar contenedores, y tirar piedras al final de la manifestación? ¿Cuántas veces hubiera que haberle dicho a aquel chico “aquí hay que montar una buena” para que hubiera pasado inmediatamente a la acción?
¿Qué hubiera dicho la prensa si las manifestaciones aquellas hubieran terminado, con policías heridos, como la del último domingo?
Simplemente quería recordar que aunque se llamó a aquellos días la época de “la crispación” aquellas manifestaciones fueron un modelo de civismo y democracia, de las que se debería, hoy, aprender mucho.

3 comentarios:

  1. A lo mejor quienes no son un ejemplo de civismo y democracia son nuestros gobernantes y los mandos policiales. Te voy a contar un par de anécdotas.

    En las dos últimas manifestaciones a las que he ido he acabado corriendo delante de la policía, lo cual habla muy mal… de la policía. La primera fue en Tenerife hace unos meses y ocurrió al terminar una manifestación cuando volvía andando a casa, que casualmente está al lado de la comisaría. En la puerta de la comisaría me encontré con unos colegas que esperaban porque habían detenido a unos amigos. Entre una cosa y otra me quedé allí, de charleta con ellos. Había una cantidad de antidisturbios realmente desproporcionada. Conté nueve lecheras en la plaza y casi tantos policías como gente reunida. Todos con sus cascos puestos, sus chalecos y sus porras. Pues bien, resulta que en una de estas llegó el obispo (sí, el obispo, como en las películas de Berlanga) y no se le ocurrió otra cosa que insultar a los que estábamos allí: que si éramos unos vagos y unos perroflautas y que nos fuéramos a trabajar. Esto lo decía parapetado detrás de los antidisturbios, obviamente. La gente se exaltó y se acercó a él para responderle y, aunque no le decían nada bonito como puedes imaginar, en ningún momento hubo violencia. Bueno, pues la policía cargó sin ningún miramiento y no sé cómo acabó aquello porque me fui a mi casa. Pasé bastante miedo. La segunda vez que tuve que correr fue en Madrid, y aquí no te puedo contar qué pasó porque solo supe que de repente empezaron a tirar balas de goma a diestro y siniestro. Todo esto mientras nos sobrevolaban un par de helicópteros, como en las películas sobre futuros distópicos.

    Esta es mi experiencia, que al menos me ha servido para saber que a veces los antidisturbios realmente son pro-disturbios. También hemos visto casos de policía infiltrada, el día del 22M y en otras ocasiones (¿te acuerdas de aquel de 'que soy compañero, coño'). O sea, que ya empiezo a saber cómo funcionan estas cosas. Y sí he visto gente muy cívica. De hecho, me parece asombroso que no haya más altercados visto el desprecio con el que nos tratan.

    No te creas todo lo que lees. Lo de que había un policía en coma tras los sucesos del 22M resultó ser mentira, como mentira fue el que incautaran una muleta-espada y un tirachinas, tal y como anunció la policía a los medios (después ellos mismos reconocieron que mintieron) ¿A ti que credibilidad te ofrecen unos cuerpos de seguridad que mienten y exhiben pruebas falsas en rueda de prensa? ¿Te parece normal que para una manifestación legal, como la que te he comentado de Tenerife, traigan antidisturbios desde otras ciudades? ¿Es que creen que todos somos delincuentes? ¿No te parece raro que todos los disturbios empiecen a la hora del telediario? ¿No te parece que medio millón de personas en la calle son una noticia más importante que un par de jóvenes -quizás agentes infiltrados- apaleando un furgón policial?

    Lamentablemente, tenemos una democracia de segunda categoría, por no decir algo peor. No sé a ti, pero a mí lo que estamos viviendo me da mucho miedo.

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  2. Pero esa crispacion era política, a lo sumo ideológica. Ahora la gente pasa estrecheces, incluso hambre. Es muy fácil mantener la calma cuando no te juegas las habichuelas y muy fácil no tenerla cuando te sientes amenazado.

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  3. Ya sé que el post está pasado, pero he leído lo que enlazo abajo y me he acordado de estos comentarios.

    http://www.eldiario.es/sociedad/OSCE-inaceptables-agresiones-policiales-periodistas_0_244975832.html

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