04 febrero, 2014

Recortes en la enseñanza

Esta entrada está escrita hace bastante tiempo. La publico ahora, quién sabe por qué. 

Yo hablo de los árboles que veo, los que tengo a mi alrededor. No me pidáis que describa el bosque porque no puedo hacerlo. Tengo, al menos, la sabiduría de Sócrates, reconozco mi propia ignorancia. Y desde este poco saber os cuento lo que yo sé. 
En mi Instituto los recortes en Educación no son algo muy significativo que haya mutilado la enseñanza pública como a veces se dice. No es así.

Soy profesor en Castilla León, donde los profesores de secundaria han pasado a dar dos horas más de clase a la semana. Es más cansado que antes, pero nada que no se pueda soportar. Del mismo modo que en algunas comunidades sus respectivas autoridades privilegian con más sueldo a sus profesores, a sus policías o a sus bomberos, en Castilla y León –siendo el salario el que estipula el Estado nacional-,  la cantidad de clases -mínimas a la semana- que daba un profesor, era una menos que en el resto de las comunidades: 17 a la semana. Hoy damos 19. Hablo de la gran mayoría. Puede que algún profesor concreto llegue a dar 21, -en mi centro hay algunos- pero es por circunstancias especiales de su departamento y a cambio no hacen guardias u otras tareas que tienen asignadas los que dan 19. Ya digo, aunque la ley general estipula que los profesores tiene que impartir entre 18 y 21, los acuerdos sindicales en Castilla y León había conseguido bajar el mínimo a 17.

Por cierto, en España, con todos los famosos recortes y toda la crisis, la ley que fija las horas de clase que un profesor da no ha cambiado. (Aunque que no sé qué ley es, creo que no tiene nada que ver con la ley a cual la de Wert sustituye). Nos movemos en los márgenes que permitía la ley previa a la crisis y a cualquier tipo de recorte. Lo que ha sucedido es que, si antes el trabajo de los profesores se organizaba tomando como medida la base de la horquilla, ahora nos movemos en números más altos. En Castilla y León, aún sin llegar, por norma general, a las 21 que la actual ley permitiría. Quizás en Madrid estén todos a 21, lo ignoro.

Lo digo porque las cosas podrían ser mucho peor de lo que son. La ley que fija las horas podría haber cambiado y fijar esa horquilla entre 20 y 23, o números más exigentes. ¿Qué se diría entonces?

Los grupos de alumnos son ahora, también, más grandes. El mismo número de alumnos que antes estaban distribuidos en cuatro grupos (ochenta) ahora lo están en tres. Esto hace que cada profesor tenga más exámenes o ejercicios que corregir pero nada que convierta el trabajo en inhumano. (Eso no quita que alguno esté pensando en operarse para dejar de dar clase)

En los centros de algunas provincias creo que han suprimido algunas asignaturas.

En mi instituto querían suprimir el Bachillerato de Humanidades puro (los que dan Latín y Griego) porque había muy pocos alumnos (menos de 6). Al final no ha sido así. Pero en fin, esa es otra historia, bastante sustanciosa, que a lo mejor cuento otro día.

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