Juventud, lozanía, belleza cercana.

Un amigo jubilado me explica lo feliz que se siente cuando le sonríe una chica joven. Él es un bromista y habla y le hace bromas a todo el mundo incluso aunque no lo conozca. Pero le gusta especialmente el trato con las chicas guapas. Nos hemos juntado varios matrimonios en mi ciudad y tomamos una copa a una hora prudente pero ya por la noche. Una muchacha bonita, detrás de un pequeño mostrador montado para la ocasión, da a probar una cerveza nueva a todo el que entra en la Taberna Irlandesa donde estamos. El lugar está bastante vacío por ser la primera hora de la noche. De camino al servicio mi amigo se para a charlar unos minutos con ella. Su mujer está con nosotros pero no se disgusta. Dice que le encanta hablar con las chicas guapas. ¡Bueno, y con las feas también! Con todas las chicas jóvenes. Nos dice.

Al día siguiente mi amigo me explica sus sensaciones cuando “entra en armonía” con una de esas mujeres. Esa comunicación con ellas lo colman, sus sonrisas lo hacen feliz,  la corriente de simpatía que fluye entre ellos le llenan de vida. Lo dice ingenuamente. Sin que yo aprecie en sus palabras deseo sexual.

Yo soy más retorcido. Creo que tras ese acercamiento inocente late un instinto atávico. El deseo de procrear en la belleza. No digo que mi amigo piense conscientemente en eso. Por lo que cuenta no lo parece. Pero es el telón de fondo. Y si esa armoniosa comunicación pudiera prolongarse en el tiempo el hombre terminaría queriendo acariciar el pelo y eso sería solo el principio.

Quizás solo me proyecto y no fuera eso lo que les sucedería a otros hombres. Creo que en la relación entre un hombre y una mujer el hombre disfruta de que su amiga sea una mujer, aunque no tengan relaciones como tales. Siendo el otro una mujer esa posibilidad siempre es real. Seguro que mi amigo no tiene mucha fe en que le toque la lotería, pero no quiere pasar un solo día sin comprar su billete.

Comprarlo le llena de sueños la cabeza y le permite seguir con una sonrisa en la boca hasta el día siguiente. Que volverá a buscar de nuevo su boleto.