16 octubre, 2013

Estar en misa y repicando.

Un compañero del insti me dice que este año tengo a su hija en un grupo de 4º.
Le pregunto que quién es.
Me dice que no hace falta que lo sepa, que quiere que la trate como a una más.

Pasan unas semanas y en la sala de profesores me ve manejando unas listas de grupos.
"Este es el grupo en el que está mi hija" dice señalando la lista del grupo.
¿Y quién es? le pregunto de nuevo.
Mejor que no lo sepas, para que sea uno como los demás.

Le digo: "No tiene sentido que primero me digas que la tengo y luego que no quieres que lo sepa".
Entonces me dice quién es.

Es una anécdota tonta pero a mi me muestra una cosa. Queremos jugar a todas las barajas. A que sepan quien es mi hija y a que soy muy justo y no quiero enchufes. No tiene mayor importancia, tarde o temprano otro compañero me lo habría dicho. Además por lo que he visto, es una buena alumna, su padre no tiene que estar preocupado de nada.
No creo que este doble juego sea algo particular de mi compañero. No es que lo critique a él y yo me sienta mejor. Creo que es algo bastante común.Una vez encontré a alguien que quería despedir a un trabajador y a la vez sentir mucha pena por él. Ya lo conté aquí.


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