01 septiembre, 2013

La autonomía del paciente en Gran Bretaña.

Esta entrada está dedicada a una mujer médico: la mujer de J. (también podría llamarla la mujer de P.)

Ya hablé de lo que mi hermano estaba aprendiendo en Gran Bretaña en esta entrada.

Los médicos británicos son diferentes a los españoles en una cosa. Parece ser que los médicos británicos no prescriben a los pacientes un tratamiento único sino que ofrecen, siempre que es posible, distintas opciones. Por ejemplo, para bajar la tensión podría ofrecer una serie de remedios naturales (no tomar sal, adelgazar… lo que sea) o tomar una medicación. Quizás el ejemplo no sea muy adecuado porque me lo estoy inventando. Lo que digo es que explican al paciente la situación y le ofrecen la posibilidad de que el propio paciente se haga responsable de su enfermedad. Que sea, con la información que ellos le ofrecen, su propio médico.

Mi hermano, aunque sigue las instrucciones que sus tutores le dan, parece –por el modo como lo ha hecho toda la vida- que se siente más cómodo en el papel de médico “autoritario”  que prescribe la terapia que considera mejor y se deja de “posibilidades”.

Hablo con mi amigo B, en Arenas de San Pedro, y me dice que los británicos son el modelo a imitar. Que se debe respetar la autonomía del paciente y que es lógico que sea éste, el paciente, quien conociendo lo que el médico le explica decida qué camino quiere tomar.

Tendréis que esperar al próximo post para saber las dos alternativas que creo yo que me daría a mí un médico británico si se ocupara de lo mío.


“Ay, Dios mío, qué será esto mío”.



También hablé de mi hermano y de médicos en esta entrada. 

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