01 agosto, 2013

BEBIENDO DESDE PRIMERA HORA DEL DÍA

A las nueve y media me encuentro en un pub del barrio para tomar un “traditional breakfast”. Cada vez que el camarero me pregunta algo tengo que pedirle que me lo repita. Gracias a eso consigo entenderme con él. Me encantan las beans que sirven aquí. En España solo las encontré una semana santa en Benidorm, en un hotel de esos donde hay bufé para extranjeros.

En España habitualmente solo tomo un vaso de leche con galletas maría. Pero a las 11:15 vuelvo a tomar algo. Como no tomo nunca café suelo tomar una caña. Soy una persona de natural nervioso y si tomara café me subiría por las paredes. Ya sé que es una hora muy temprana para beber alcohol pero no se me ocurre tomar otra cosa. Al principio, me preocupaba un poco que mis compañeros pudieran pensar que si ya tomo una caña tan temprano luego me tomaré un montón más a lo largo del día. Lo cierto es que suelo tomar otra en el bar al atardecer y para de contar.

Aquí no tendría ese temor, observo que muchos británicos toman cerveza desde primera hora del día. Al menos en el pub donde estoy así es. A mí no me parece raro tomar una caña a las 11 y media pero si a las 9. También observo que la lata habitual que te venden en el Waitrose (el nombre del super) contiene 440 ml, o sea, una pinta. No encuentro latas de nuestro tamaño.


Recuerdo que cuando estuve en Leeds hace dos o tres años con mi amigo británico él se tomó dos pintas (casi un litro) en el rato que estuvimos juntos. A mí me parece demasiado. Yo tras la primera pinta pedí solo media. Uno sabe teóricamente que en países distintos hay costumbres distintas pero no deja de sorprenderse cuando lo vive en primera persona.







Postdata 1. Las beans de mi desayuno de hoy estaban buenísimas. 

Postdata 2. Un día el director de mi centro me vio tomando cerveza y al día siguiente el encargado del bar me dijo que por tratarse de un centro educativo no podía servirme bebidas con alcohol. A otro compañero y a mí nos fastidiaron el recreo. Ahora solo tomo el pincho, un plato enorme de patatas con salsa rosa, que me cuesta 95 céntimos. Eso que me ahorro.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario