04 julio, 2013

VELETA


A veces se llama “veleta” al que cambia de parecer con facilidad presionado por otros. Pero la veleta no cambia nunca y siempre hace lo mismo, indicar la dirección del viento. ¿Por qué no tomarla como ejemplo de constancia y fidelidad?

3 comentarios:

  1. Este post me ha recordado, no sé muy bien por qué, a un no sé si chiste o anécdota histórica.
    Había un gobernador civil, durante el reinado de Isabel II en España, que cuando ocurría uno de los frecuentes cambios de gobierno de la época (por medio de las leyes o de la fuerza bruta) enseguida felicitaba con entusiasmo al nuevo hombre fuerte del país, perteneciera a la corriente política que fuera.
    Una vez subió al poder el general Serrano y ante la calurosa felicitación del susodicho gobernador civil, le respondió, un poco harto ya:
    _Hombre, usted también felicitó a mi antecesor, y al antecesor de mi antecesor. ¿No cree que eso es mucho cambiar?
    _¿Cambiar, señor Presidente? ¡Pero si yo no cambio nada! Sigo siempre los dictados de mi vocación, que son los de ser gobernador civil.


    Está un poco traído por lo pelos con respecto a este post, sí....

    ResponderEliminar
  2. Creo que el chiste está bien traído.
    En realidad la veleta es exactamente lo mismo que un chaquetero. Está al sol que más calienta. en este caso al viento que sopla.
    Su mala fama en realidad está bien ganada porque su criterio está en otro. Es siempre dependiente de otro. Es verdad que busca siempre un mismo objetivo pero siempre sometiéndose al amo. Lo que no le importa es quien sea ese amo (ese viento)

    ResponderEliminar
  3. Es una alegría verte por aquí. Veo que hace mucho que no escribes.

    ResponderEliminar