19 junio, 2013

¿La vida es sagrada?

¿La vida humana es sagrada? ¿O esto es una creencia que puede ser relativizada?


La cultura occidental tiene sus raíces en el cristianismo y gran parte de su moral y sus instituciones son cristianas. Pero nadie niega que la religión cristiana pierde fuerza en Occidente. ¿Qué pasará con aquellas creencias básicas que alimentaron occidente en su origen ahora que la Iglesia pierde cada vez más poder? ¿Seguirán vigentes cuando la fuerza del cristianismo declina?

No es algo que vaya a pasar de la noche a la mañana pero está claro que estas ideas ya están siendo puestas en duda. La religión fija algunos absolutos, puntos de anclaje que mantienen un orden estable. El relativismo que invade todo nos ha llevado a pensar que no hay nada absoluto. Las cosas son o serán lo que nosotros queramos que sean. Ya ha sucedido con el matrimonio y tarde o temprano llegará a otras creencias importantes, por ejemplo, el valor sagrado de la vida.

Hay un pensador australiano de mucha influencia, Peter Singer, seguramente os sonará el proyecto Gran Simio del que es creador, que se muestra partidario del infanticidio en los casos en que los recién nacidos conlleven más desventajas que ventajas para la sociedad. Quizás no lo expreso con exactitud pero se refiere a esos niños que ya nada más nacer tienen graves enfermedades o deficiencias.

Para él, un recién nacido no es una persona. Una persona tiene autonomía, racionalidad y autoconciencia y un recién nacido carece –según él- de esas características.

No sé cuánto tiempo hará falta, pero muchos de los argumentos que se han usado para imponer la legitimidad del aborto serán los que se usen para cuestionar el valor sagrado de la vida en casos como estos. El utilitarismo defiende que se debe buscar la felicidad para el mayor número. ¿Debe la sociedad soportar niños con graves problemas cerebrales desde su nacimiento?

Antes que la religión cristiana extendiera sus creencias el infanticidio era común en la cultura romana. El utilitarismo moral que domina hoy parece adaptarse bien a nuestro sistema económico. Se calculan ventajas e inconvenientes de algo para la gran mayoría y se escoge lo mejor. No hay absolutos que respetar. Si en gran parte ya es sentir común que el estado no puede obligarme a criar un hijo si ya se sabe que nacerá enfermo (por eso puedo abortar)… ¿en nombre de qué puede obligarme a hacerlo si no se supo anticipar su enfermedad o ésta sobrevino al nacer?

Se dirá que una vez nacida no puedes matar a una persona. No era así en occidente en el mundo precristiano y no tiene por qué seguir siéndolo en un mundo postcristiano. Sin los anclajes absolutos que da la religión todo es muy relativo ¿quién define lo que es persona? Persona será aquello que decidamos que lo es.

Desde mi punto de vista la pérdida de la religión es una pérdida irreparable y cuando queramos ver sus consecuencias ya será tarde.

2 comentarios:

  1. Hace uno o dos días ha salido en los periódicos el caso de un recién nacido abandonado entre unas tuberías, y que los bomberos consiguieron rescatar. Por lo visto fue muy arriesgado, y el bebé llevaba más de un día abandonado. Todo el mundo se ha escandalizado, y parece que a la madre le puede caer no se qué condena. Mirado objetivamente, sin embargo, apenas hay diferencia entre un recién nacido y un feto en estado avanzado de gestación. Si la madre se hubiera desecho de el niño unos pocos meses antes, contaría con todo el respaldo de los sectores progresistas.

    Evidentemente hay una incongruencia. Una de las dos posturas no se sostiene. Y con el tiempo (no tardará demasiado) caerá por su propio peso que lo que nos repugna en el caso del bebé abandonado no es más que un resto de la vieja moral, conservado gracias a que está sumergido en sensiblería, como los cadáveres sumergidos en formol. Peter Singer lo único que hace es llevar a sus conclusiones lógicas la moral utilitaria, que es la moral por defecto de la sociedad.

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  2. Es cuestión de tiempo que los mismos argumentos que se usaron para justificar el aborto se usen para justificar un crimen como el de esta madre. Al fin y al cabo la intención y las razones son las mismas que las de muchas mujeres que abortan. Esta mujer solo fue mucho más torpe.

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