21 mayo, 2013

Terminando pero nervioso.

El martes que viene evaluamos a los de segundo del bachillerato. Muchas de las notas ya están puestas. Falta un pequeño grupo que tienen que hacer un examen global de la asignatura. No es fácil que hagan en un solo día lo que no han hecho durante el curso, pero el año pasado un alumno aprobó ese día.


Vivo estos últimos días como una pequeña tortura. Ayer me tomé medio orfidal para dormir. Y esta mañana tomé otro medio para sobrellevar la mañana sin salirme de mis casillas. Fue una buena decisión tomarlo porque he estado a punto de estallar en alguna clase. Cuando lo hago me deja mal cuerpo, tengo remordimientos, lamento mi falta de autocontrol y me avergüenzo de mi mismo.

Al comienzo de curso me pasó en una ocasión con un alumno de los niveles bajos. Perdí el control y pegué muchas voces, que es lo que hago cuando eso sucede. Voces terribles, y eso que de natural hablo alto. Tras ese episodio cogí miedo a ese grupo. Entraba tenso en el aula, a la defensiva y muy consciente de que tenía que ser asertivo. Normalmente lo conseguía y las cosas no iban mal, pero no disfrutaba la clase, ni podía hacer una broma, ni podía relajarme.

Quizás diera siempre mejor las clases con un tranquilizante, pero me resisto a tomarlo por sistema.

1 comentario:

  1. Si tú necesitas un orfidal seguramente los alumnos tendrán que darse midazolam en la vena.

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