Fin de curso.
Todos los años la misma sensación al final del curso. Y todos los años vivida como si fuera nueva.
El convencimiento de no hacer bien las cosas. La seguridad de ser mal profesor. (Sé que tengo que huir del "todo o nada", pero cuesta).
Hoy en el ascensor del Instituto subí con una profesora a la que casi no conozco. Sé su nombre de milagro, somos muchos. No sé a cuento de qué me dijo exáctamente eso mismo. "Ahora a final de curso pienso que no hice nada bien".
Y en septiembre empezaremos de nuevo con ganas. Yo suelo hacerlo. Pensando "quizás este año" pueda enseñar de verdad. Creyéndolo de veras. Sísifo subiendo la piedra de nuevo.
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