28 mayo, 2013

NOTAS Y RECLAMACIONES

Conocí un maestro a quien la inspección le había dicho que suspendía mucha gente. Él preguntó que qué porcentaje era razonable suspender. Se lo dijeron y a partir de entonces suspendió únicamente a ese porcentaje. Además me dijo lo más duro que he oído nunca a un profesor:


“Yo, para no tener reclamaciones, a los que voy a suspender un mes antes les convenzo de que van a suspender. “

(Dios mío, el mundo al revés).

A mí me sucede lo contrario. Para que la gente no se desenganche de la asignatura hago un examen global al final en el que siempre aprueba alguno. El caso es que luego tengo problemas de reclamaciones con aquellos a quienes di esperanzas y no cumplieron los mínimos que yo pedía.

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Luego hay otra perversión del sistema de reclamaciones. Cuando a alguno le pones un cuatro siempre hay un compañero que en la evaluación te dice: ponle un tres para que no te reclame.

¿No es absurdo? ¿No es lo lógico que el alumno sepa exactamente qué nota ha conseguido?

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Y todavía hay otro modo de pervertir las notas. Son aquellos compañeros que ponen un cuatro pero luego en la evaluación comentan: Este alumno se merecería un uno y él lo sabe, pero me da no se qué ponerle la nota que se merece.

¿No sería lo lógico que sus padres supieran cual es su nota real y no esa nota edulcorada por la pena?

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Hoy mismo acabamos de evaluar a los grupos de segundo. Tomé Lorazepam para aguantar el follón que mis compañeros montan hablando todos a la vez. Luego me he tomado dos cañas y cuatro donuts (del supermercado).

Quería ver "Children of man" pero no consigo pillarla en Internet.

3 comentarios:

  1. Tuve un profesor de Cálculo que el primer día decía: Bien, señores, de todos ustedes aprobarán en junio uno u dos. A continuación se daba la vuelta, escribía una integral triple y empezaba la clase. El efecto era demoledor, y lo peor es que el cabrón tenía razón. Aprobó uno. Había tal vacío entre COU y aquello que sólo podías aprobar yendo a clases particulares en las cuales tus padres dejaban el riñón como aval.

    Ahora tengo dos amigos cuyos hijos cursan primero. La mafia sigue funcionando igual: has de estudiar mucho, y luego buscar su “protección de particular”.

    M.A.

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  2. No creo que ser buen o mal profesor tenga relación con los porcentuales. Mi mejor maestro en la escuela fue uno que me dejó matemáticas en 5ª de EGB: ¡pa que espabiles! Y espabilé. Los dos mejores profesores fueron uno de filosofía y una catedrática de Física. Aprobábamos pocos, pero nadie negaba –incluso los suspendidos- lo buenos que eran.


    M.A.

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  3. M.A. Tampoco yo creo que ser buen profesor dependa del número de aprobados.
    Creo que es buen profesor el que exige mucho porque enseña mucho. A mí me gustaría ser más exigente pero estoy contento con mi número aprobados. Si aprobara a más sería una exageración.

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