27 marzo, 2013

Contra los escraches

Hace años una película fue abucheada a las puertas del festival de cine en la que se exhibía. Me quedé un poco perplejo entonces ante aquel hecho. Era la “La pelota vasca. La piel contra piedra” de J. Medem. Por un lado yo simpatizaba con el grupo que abucheaban al director a su llegada al festival (o algo así sucedió) pero al mismo tiempo me preguntaba si aquello no era limitar la libertad de expresión. Medem podía ser más o menos blando con el terrorismo pero el documental no era apología del terrorismo. ¿Qué derecho tenía un grupo, por muy dolido o convencido que estuviera de lo contrario, para amedrentar al autor de esa manera?


Cristina y yo hace tiempo seguimos juntos, en este blog, una polémica en torno a los desahucios que tenía como telón de fondo lo que ahora he sabido que se llama “escrache”.

Ada Colau, como representante de los afectados por las hipotecas amenazaba entonces a los representantes de los grupos políticos con señalarles como culpables del drama humano de los deshaucios si no se aprobaban sus propuestas tal y como aparecían en la iniciativa popular legislativa que llevó al Congreso.

Santiago González alababa entonces la intervención del representante de UPyD rechazando aquella amenaza.

Parece ser que los escraches ya han comenzado.

A favor de los escraches se muestra Rosa Montero en El País. En el mismo periódico Savater está radicalmente en contra. No consigo encontrar el artículo en internet pero más abajo desarrollo su idea principal.

Arcadi Espada en El Mundo llega a decir que el escrache es terrorismo.
Zarzalejos, que fue director de ABC sostiene que llamarlo terrorismo es equivocado. Aunque sea intolerable querer descalificarlo de ese modo no es inteligente.
Sobre la inmoralidad del escrache el argumento de Savater me parece irrefutable.

¿Es un modo legítimo de protesta? Según él no. Si así lo fuera también sería legítimo cuando alguien lo utilice contra cualquier otra causa. Savater es muy breve en su argumentación pero se deduce lo siguiente. ¿Puede un grupo contrario al aborto rodear la casa de un médico que practique abortos para increparlo y amedrentarlo delante de todos sus vecinos? ¿Puede hacer esto delante de sus hijos y en las mismas puertas de su casa?

Los que defienden el escrache dicen que lo ven justificado siempre que sea desde la acera de enfrente y no pasen a la violencia. Están muy bien las reservas pero está claro lo que pretende el escrache: asustar. No tiene otro objetivo. Que el abucheado en cuestión le vea las orejas al lobo. Una masa de gente gritando, aunque griten muy educadamente, asusta. Y de eso se trata. De que el cargo electo que tiene que votar leyes no vote libremente sino coaccionado. Un día alguien puede lanzar un huevo. Y otro día puede ser algo más duro. Cualquier linchamiento comienza siempre con una masa vociferante. Y el linchamiento de alguien no hace falta prepararlo, se cocina él solo si preparas bien los ingredientes. Es verdad que España no se ha producido ningún linchamiento, pero el acosado que ve en frente una masa vociferante no puede estar seguro de que el suyo no sea el primero. Se dice con razón que mucho más que los afectados por los escraches están sufriendo los que se ha quedado sin casa. Y eso es verdad pero no los justifica. Si el “acoso” del escrache es legítimo cada grupo encontrará sus propias razones que considerará igualmente válidas. Cuando unos fanáticos provida, por ejemplo, y no dejen vivir a determinados médicos siempre podrán decirles: vosotros estáis vivos, ellos están muertos.

No es relevante si al que lee esto esas razones de los antiabortistas le convencen o no. Lo que valga para un grupo de ciudadanos enfadados (los deshauciados) habrá de valer para cualquiera, aunque el motivo de la indignación sea diferente. En otra ocasión puede ser una multitud la que indignada por el asesinato de una niña acose a aquellos diputados que no estén dispuestos a reimplantar la pena de muerte para determinado tipo de delitos. Por nombrar otra ejemplo de los que más sucintamente que yo cita Savater.

10 comentarios:

  1. Siendo como soy un hombre de orden considero más acertada la opinión de Enric González que la de Arcadi Espada. Nada raro, por otra parte.

    Ley y orden.

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  2. Te agradezco muchísimo el artículo que enlazas. No lo había leído. Hace poco apareció uno de Enric González en EL MUNDO. Puedes leerlo aquí.

    http://interesante-loia.blogspot.com.es/2013/03/populismo-por-enric-gonzalez.html

    Creo que Enric González no sabe del todo a qué carta quedarse. Aunque conecta con las razones de los indignados lo ve también como algo peligroso. Si en el artículo que enlazas compara las algaradas a la Revolución Francesa pero en el otro nombra al nazismo y al fascismo.
    O quizás soy yo el que no sabe a qué carta quedarse. Por un lado veo –como podría no verlas- las razones para el enfado pero al tiempo también veo con claridad que las multitudes en las calles no son “el pueblo” como ellos se creen. Tras la eclosión del 15 M contra el bipartidismo, llegaron las elecciones y millones de personas votaron a ambos partidos. Me fio más de las urnas que de Sol lleno de gente.


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  3. Enric es una persona muy culta, se barrunta que no habrá final feliz. Por otra parte, a pesar de sus orígenes de clase alta, tiene una gran sensibilidad para esa gente que se esta quedando fuera del sistema. Mientras Espada posee la capacidad empática de un tiburón psicópata.

    Todos necesitamos sentirnos bien con nuestras causas. Si los mineros van a la huelga es en defensa de “las minas”, así en genérico; los profesores lo hacen en defensa de la enseñanza; los médicos por una Sanidad de calidad y universal. No soy un cínico, sé de las buenas intenciones de muchos, pero también sé que tras todo eso se esconden intereses personales, y legítimos. Si a los mineros les dieran las prejubilaciones dadas en otras épocas se acabarían los conflictos, así cerraran las minas al día siguiente. Cuando empezaron a esbozar el acuerdo de las “peonadas” pronostiqué el fin de la huelga por la “Sanidad pública de calidad”. No tuve que esperar ni 24 horas. Tal como yo lo veo el artículo es un “a mí no me las dais”. Espada, Santiago González, Herrera…, todo el pelotón de mercenarios optimistas sacaron las trompetas para anunciarnos la primera plaga bíblica en aquel insulto de Colau. Ahora ya van por la tercera, con entrevista al M. del Interior en la primera de El Mundo. En realidad, como toda élite, lo único que defienden es su modo de vida. Seguir yendo a comer a Gerona, y, como te decía el otro día, que la sangre no los salpique. Ya pueden vestir sus intereses con palabras grandilocuentes: fascismo, terrorismo… A mí tampoco me la dan.

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  4. En mi entorno ha habido un par de casos de desahucios. El más cercano es el de una amiga, parada, que se quedó sin piso y con una deuda de algo menos de cien mil euros. Los meses anteriores al desahucio estuvo recibiendo llamadas amenazadores del banco (supongo de la agencia a la que habrán subcontratado el servicio de matonismo) a todas horas, del día y de la noche. Ahora, la directora de la sucursal de su barrio, con un patético exceso de celo, la persigue por ahí y la avergüenza contando lo de la deuda a quien quiera oírlo. Incluso ha llegado a pasar dinero a la cuenta de mi amiga desde la del padre, para irse cobrando. Esto obviamente es ilegal, pero no pueden ni pensar en denunciar. Ya ves, cuánta gente de la ETA hay por ahí. Qué raro que Arcadi Espada no haya comentado nada de estos escraches bancarios.

    Ironías aparte, lo que me asombra es que se sorprendan de que esto esté ocurriendo. ¿Qué esperaban? Las leyes son injustas y el ciudadano está indefenso. Esta gente lo ha intentado todo, por los canales que el sistema permitía y no han encontrado más que desprecio. No es que sean antisistema, es que el sistema los ha echado a patadas. Ya no tiene nada que perder. Pero con los escraches no se quiere asustar, ni atentar: buscan señalar a aquel que ha actuado contra el bien común. Como el cobrador del frac (otro terrorista) busca la vergüenza del moroso. ¿No era Stuart Mill quien decía que cuando la justicia no actúa el descrédito social es legítimo. En cualquier caso, lo asombroso es que por ahora la reacción no haya sido violenta. La violencia no es algo que yo desee, desde luego, pero hay que ser ingenuo para pensar que no va a pasar nada. Que hay seis millones de parados. Seis. Uno detrás de otro. La cuerda se tensa hasta que se rompe.

    Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo con el artículo de Enric González y con los comentarios anteriores.

    Bueno, me falta comentar que los votantes del PP votaron a un partido que llevaba en su programa unos puntos determinados de los que ni uno solo - ni uno - se ha cumplido. La legitimidad (o digamos el respeto, que desgraciadamente legal sí es) la han perdido ellos solitos. Estaría bien que hicieran un referendum sobre el tema de la dación en pago, pero no nos caerá esa breva.

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  5. M.A. Eso que dices de que pretende defender sus privilegios no lo veo claro. No creo que Almudena Grandes o Benjamín Prado (que son amigos entre ellos y ejercen los dos de izquierdistas de pro), por poner un ejemplo, quieran perder ningún tipo de privilegios. Creo que defienden los suyos con tanta fuerza y ganas como Espada. Únicamente varían en el tipo de melodía que entonan, pero todos ellos buscan ganarse la vida cobrando cuanto más mejor. Los escritores de izquierdas no son más generosos, ni más solidarios, ni mejores personas que los de derechas. La derecha no es la mala y la izquierda la buena. La gente de izquierdas no tiene mejores sentimientos y quiere el bien de la humanidad y los de derechas desean que se fastidien los pobres y que disfruten los ricos. Eso solo sucede en los dibujos de Forges. Por cierto ya se señaló en su momento que Forges el día de la huelga general dibujó su chiste (cobró) pero eran una pluma y lapicero preguntándose dónde estaría el autor. Almudena Grandes fue más coherente.
    Eso de que la posición política dependa de que quieras defender tu propio patrimonio no está del todo claro. Quiero decir que esa tesis hace aguas cuando dentro de una misma clase social hay gente muy de derechas y muy de izquierdas. Te pongo el ejemplo que mejor conozco: los profesores de instituto. Imagina unos matrimonios de docentes, con el mismo número de hijos, ninguno rico de familia. ¿Por qué unos son muy 15M, anti PP y toda la culpa se la echan al capitalismo y otros son muy PP y absolutamente contrarios a los antisistema? No es nada difícil encontrar esos estereotipos en la enseñanza. ¿Qué intereses son los que defienden?
    Quiero decir que Almudena Grandes y Benjamín Prado no creo que estén yendo contra sus propios intereses de clase defendiendo lo contrario.
    Resumiendo: Arcadi Espada defiende lo que defiende porque encuentra su fuerza en nadar contra corriente. Le parece que esgrimir “la vegdad, la vegdad” como argumento le coloca en frente de un montón de relativistas poco avispados y a los que cree que les puede zurrar intelectualmente con una mano atada a la espalda. Espada no tiene reparo en decir que la masa es estúpida porque en gran parte lleva razón. La gente muchas veces se comporta como masa aborregada y va donde le indican.
    Del mismo modo Almudena Grandes quiere surfear en otro tipo de ola. Quiere poner de su lado a la gente corriente y hacerle creer que lucha por sus derechos (naturalmente también es cierto que la gente tiene mucha razón). Puede que ella lo que haga sea demagogia o puede que no, pero en todo caso ella pocas veces hablará contra la gente (salvo contra la gente que vota PP) ni les dirá que lo que los bancos les están pidiendo es lo que los bancos les prestaron. Es otra manera de vender, es otro discurso, es otro modo de ser periodista o escritor. Pero no creo que menos interesado ni menos egoísta que el primero.
    No sé si me explicado bien. ¿En qué se diferencian los intereses de Julia Otero de los de Espada en cuanto periodistas? Ambos pertenecen a la élite de los mass media. Sin embargo Julia Otero prefiere darle palmaditas en la espalda a Ada Colau, en lugar de criticarla. ¿Es que la Otero no quiere defender sus privilegios de clase? Explícame por qué.

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  6. Unos minutos antes de responder a Cristina, please.

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  7. Desde luego lo que cuentas del desahucio de tu amiga da miedo. Lo que habría que hacer es al menos denunciarlo en los medios de comunicación. ¿Se dan muchos casos así? Yo suponía que los bancos harían esas cosas de un modo legal y siguiendo el protocolo que se siga para estas cosas. Pero no de la manera tan fea que cuentas.
    Los escraches aunque es cierto que recuerda al cobrador del Frac no son exactamente lo mismo por un detalle bastante relevante. Ningún moroso cree que el cobrador del Frac vaya a pegarle. Con la multitud antidesahucios no sé si los acosados lo tendrán tan claro. Creo que lo que los diputados del PP temen no que los señalen sino que les peguen por la calle. Así de simple. O que se les vaya la mano y los linchen. Me cuesta creer que vaya a pasar pero imaginar que pase no es tampoco disparatado. Las multitudes no son controlables ni tienen una voluntad decidida.
    El estallido social, como dices, puede llegar. Por un lado es sorprendente lo que aguanta la gente y que no llegue antes. Por otro lado cuando el español tiene el engaño y la mentira por costumbre es difícil saber quién sufre cuanto y hasta dónde. Ojalá todos los parados que existen sean como los que yo conozco (sufrientes aminorados, digámoslo así). Seguro que hay quien pasa auténtica necesidad pero también hay quien se deja querer y va bien montado en la burra del sistema.

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  8. Efectivamente la cuerda se tensa, seis millones de parados... Y por otro lado el tema de los subsidios, "la burra del sistema" que llega a algunos pero no a todos ni mucho menos. A mí me sorprende que el gobierno no tome medidas para aliviar el paro y que la oposición no insista con propuestas concretas y factibles. Por ejemplo, ahora se habla mucho de autoempleo, trabajar como autónomo. Pero evidentemente hay que meterse en el ajo para ver que no es tan sencillo autoemplearse debido a un exceso de burocracia e impuestos. ¿Por qué no actuar en este sentido? A lo mejor se recaudaría menos por autónomo pero habría más autónomos y un autónomo más es un parado menos y en su caso un subsidio menos. Y si disminuyes la burocracia igual hasta te lo ahorras en papel y funcionarios que se pueden emplear en otra cosa realmente necesaria. Pero tal y como está ahora, si consigues 400 euros por no hacer nada, y ves lo que cuesta ganarlos, lo que se te va en papeleo e impuestos pues al final te quedas quieto. Y no creo que se trate de quitar los 400 euros sino de hacer más fácil buscar una alternativa. Bueno, esto es un ejemplo. Sin embargo se nos va la energía buscando quien es más corrupto. Está bien, pero una vez denunciado, dejar que la justicia actúe y vamos a buscar soluciones.

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  9. Loiayirga, creo honestamente que la PAH no va abogar en ningún momento por la violencia. Es más, estoy segura de que sirve de freno para esos elementos que piden violencia, de los que siempre hay en todos los colectivos, y con más razón en uno de personas que ya tienen muy poquito que perder.

    Yo tengo la impresión de que muchos políticos, cual Maria Antonieta en Versalles, no se enteran de lo que está pasando en realidad. Ya que ellos no van a los problemas, los problemas tienen que ir a ellos. Este es, creo, otro de los objetivos de los escraches.

    En cuanto a los periodistas y 'opinadores' varios, yo esperaría que fueran al fondo del problema: cuántas ejecuciones hipotecarias se producen, cuántas personas no pueden acceder a una vivienda, cuántas viviendas vacías hay, pros y contras de la dación en pago o de otras políticas alternativas como la cancelación de deudas, viabilidad de los planes de alquileres sociales de las viviendas que ahora están vacías, planes de choque para alojar a las personas que pierden sus casa… Sin embargo, Arcadi Espada y compañía se limitan a criminalizar a la portavoz de un colectivo de personas que - no lo olvidemos - tienen un problema muy grave. A propósito, Ada Colau debe de ser una ciudadana ejemplar porque lo único que le han encontrado es que una vez fue a la misma manifestación que unos 'antisistema' o algo así. Esto no es serio. Tratar de desactivar un movimiento social acusando a su líder de terrorismo, no es propio de alguien que dice ser demócrata. Él sabrá por qué lo hace. Los que tienen la obligación de informar no hacen otra cosa que manipular, y después nos quejamos de que la gente actúe irracionalmente.

    Y respecto a lo que comentas de que no se sabe quién engaña y quién sufre, creo que ambas cosas no son incompatibles. Un desgraciado que hace trampas para que le den la ayuda esa de los cuatrocientos euros, sigue siendo un desgraciado. Dios me libre de defender la picaresca, pero para algunos se trata de sobrevivir, como el Lazarillo de Tormes… aunque al final el pobre Lázaro siempre salía trasquilado. Me da a mí que a estas alturas la burra del sistema se ha desecho de los flacos para seguir llevando a los gordos.

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  10. ¿Izquierdas, derechas? No pienso responder a esos cargos que me lanzas. Hay intereses, en unos y otros. Todos tenemos intereses. Y, hay gente honrada, claro que sí: personas que creen honestamente desde un punto de vista intelectual que lo mejor es cargarse el sistema público de sanidad británico, o vaciar los manicomios y dejar a los enfermos mentales en la calle convertidos en “sinhogar”, o nacionalizar todo el sistema productivo. Alguna de esa gente no es malvada, creen en lo que dicen. No hablo de esos, hablo de los cínicos.

    En esos miles de artículos que ya llevan no nos cuentan el origen de los escraches. Imagina un país en el que llegan a tu casa, secuestran a nuestras hijas, las torturan, las asesinan, las hacen desaparecer. Pasan los años. No podemos enterrarlas porque ni siquiera sabemos de sus cadáveres; ni siquiera sabemos a ciencia cierta si están muertas. ¿Puedes imaginar mayor tortura? Un día juzgan a los culpables, los encarcelan… En estas llega un gobierno democrático e indulta a los asesinos. Son puestos en la calle; legalmente, democráticamente. Entonces los ciudadanos acosan a esos asesinos en la calle. A eso se le llama terrorismo, nazismo…

    Salvando las enormes distancias (no soy partidario de los escraches), las opciones de influir en la toma de decisiones que atañen a la realidad, su triste realidad, por parte de los ciudadanos son las mismas en Argentina que en España: apenas ninguna.

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