22 febrero, 2013

No a la reforma educativa sin consenso

Desde hace ya tiempo, un mes quizás, bastantes de mis compañeros, un día a la semana se visten para dar las clases unas camisetas verdes en las que pone: Enseñanza pública de tod@s y para tod@s. Es una reivindicación de la enseñanza pública frente a la próxima reforma educativa que se supone que la amenaza. Al principio fueron unos pocos pero paulatinamente el número ha ido aumentando.

Hace unos días se me ocurrió que tenía que explicar de algún modo por qué no me ponía la camiseta. Opté por expresar por qué me parece mal a mí la reforma. Lo que me parece fatal es que cada partido que llega al gobierno haga su propia ley educativa para que venga el siguiente y la cambie. Hace falta un pacto por la educación en el que se pongan de acuerdo los principales partidos para dar estabilidad a la ley que se acuerde. Es un disparate estar constantemente cambiando.

Vivimos en tiempos de crisis y nadie puede saber con certeza cuánto durará este gobierno. Es verdad que tiene una amplia mayoría ese apoyo podría desaparecer si la sociedad se sintiera asfixiada por los recortes. No creo que nadie ponga la mano en el fuego diciendo que durará cuatro años. No se sabe. Por eso aún me parece más irresponsable hacer una reforma educativa sin consenso. ¿Para que en dos años salga otro partido y la cambie?

No estoy en contra de la enseñanza concertada. Lo de enseñanza pública PARA TODOS me parece una imposición. Dicen que a la concertada se les permite escoger los alumnos y que se quitan los problemáticos. De acuerdo, que se inspeccione bien y se obligue al que quiera fondos públicos a admitir todo tipo de alumnos. También por supuesto alumnos inmigrantes. Pero no que se niegue la enseñanza concertada.

Ayer, por primera vez, llevé mi propia camiseta. Me había costado 8 euros que me la imprimieran el día antes. Dice: “No a la reforma educativa sin consenso”.

Alguien me dijo que quería dar la nota, distinguirme del resto. Diferenciarme de los demás no me desagrada pero no lo he hecho por eso. No puedo llevar una camiseta con un eslogan en el que no creo. Me sienta mal que me digan que lo que hay es una voluntad de destacar. Si entramos en las motivaciones que tiene cada uno para hacer lo que hace quizás a algunos de ellos les mueve precisamente el sentimiento contrario: el deseo de no ser la oveja negra, es decir: de seguir al rebaño.

     
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Esta tarde, si puedo, cuelgo una foto de mi flamante camiseta.

5 comentarios:

  1. ¡No a las camisetas sin consenso! :-)

    A mí lo que no me gusta de las movilizaciones del sector de la enseñanza es que creo que la mayoría no defiende realmente la escuela pública como 'concepto' sino sus propios derechos laborales. Está bien hacerlo, no digo que no, pero son cosas diferentes. No entiendo por ejemplo a los profesores de la pública que piden la jornada continua por su comodidad y mandan a sus hijos a colegios concertados de jornada partida también por su comodidad. Y así muchas cosas. En definitiva, que comparto la filosofía que dicen que hay detrás pero no me sale sentirme demasiado solidaria con según qué cosas. Creo que tampoco me gusta demasiado seguir al rebaño.

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  2. Lo que dices lleva gran parte de verdad pero no está del todo claro aunque es un tema muy interesante. En el ejemplo que pones, por un lado es cierto que los profesores quieren la jornada única y han luchado por ello pero también es cierto que muchos padres querían jornada única porque querían que sus hijos por la tarde fueran a música, inglés, judo o lo que fuera. Yo siempre había considerado que era una cosa conseguida por los profesores pero últimamente he cambiado de idea. En todo caso eso que dices cuadra con lo la jornada partida de los concertados, porque a veces en el mismo colegio donde se continúa la jornada con otros extras.
    Es cierto que los profesores, como los médicos, pueden envolverse en la bandera de los servicios públicos para ocultar que lo que defienden es lo suyo y es difícil diferenciar si es lo uno o lo otro.
    Por cierto no sé si leíste dos artículos que seguían la polémica sobre lo que dijo Espada y que te puso de tan mal humor. Están colgados en los comentarios de post sobre Santiago González.
    En esa polémica también me parece que Santiago González ha sido el más sensato. Al menos a mi me gustó este post. Interesante la intervención de Martínez Gorriarán.
    http://santiagonzalez.wordpress.com/2013/02/17/ada-colau-si-us-plau/

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  3. Me parece inadecuado llevar una campaña reinvidicativa al centro de trabajo impresa en la camiseta. El día de huelga pase, pero el resto de los días no. ¿O se podría poner el médico que pasa consulta una camiseta con "no a la atención médica a los sin papeles" "sin papeles que te trate otro" "no a la financiación de tratamientos para los fumadores" "el cambio de sexo que lo paguen los transexuales" "el tratamiento del acné te lo pagas tú" y otros muchos mensajes similares? Es llevar la guerra al terreno equivocado. Es querer hacer visible ante todos (los alumnos, los padres, el resto de los profesores, los pacientes, el resto de médicos) las diferencias de opinión que hay en tantos y tantos temas. ¿Para qué? Lo que ocurre es que algunos dan por hecho que su mensaje tiene ganada la opinión pública y puede exhibirse sin pudor pero se quedarían boquiabiertos y les costaría justificar camisetas como las antes dichas. Las suyas les parecen incontestables: defienden la enseñanza pública. Como el "no a la guerra". También ahora el gobierno dice defender la enseñanza pública como entonces también decía no a la guerra. Todo el mundo sabe que la camiseta verde va contra el gobierno. Pero también se sabe que tiene sus apoyos. Si ya lo sabemos ¿para qué hacerlo visible en el día a día, en el trabajo? La mejor campaña sería mostrar justo el mensaje contrario "no a la enseñanza pública" "la pública ni gratuita ni de calidad, el que quiera lujos que se los pague". Resultaría obsceno pero sería la manera de dejar claro que ese no es el terreno donde reinvidicar.

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  4. Tengo que decirte que creo que puedes llevar razón. No estoy seguro. Pero desde luego tiene fuerza lo que dices.
    ¿Sabes cuando me planteé si es legítimo llevar un cartel en el pecho mientras trabajas?
    Con motivo de lo de los actores. ¿Pueden aprovechar el micro que se les brinda para recoger un premio para soltar su particular mensaje? ¿No parece un abuso de su puesto? Lo mismo sería con los profesores o los médicos.
    Creo que puedes llevar razón. ¿Quién da derecho al médico o al profesor para usar su puesto de trabajo con intención de extender sus opiniones? Quizás sea un abuso por su parte. Y en ese caso también lo nuestro es un abuso. En este caso los profesores lo hacen una vez a la semana. Son los jueves los días que en mi centro se “visten de verde”. Mañana me volveré a poner mi camiseta para decir que lo que a mí me parece mal no es la ley esta sino el hecho de que hagan una reforma más. UNA MÁS. Tan provisional como las anteriores. Para que la cambie el que venga después.
    En fin, mañana comentaré esto que has contado con mis compañeros.

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  5. Perdona no haber contestado antes lo que comentabas de la polémica de las hipotecas y de la ración en pago. He estado algo desconectada de internet últimamente pero he leído el artículo de Santiago González que enlazas y me ha puesto todavía de peor humor que el anterior. El artículo no me ha gustado y los comentarios me han dejado en un estado entre la tristeza y la vergüenza ajena. ¿Cómo se puede hablar con tanto desprecio de los problemas de la gente? Sólo estoy de acuerdo en lo referente a los suicidios: no se puede establecer una relación causal entre los desahucios y los suicidios. De hecho no hay evidencias de que los suicidios hayan aumentado con la crisis sino de todo lo contrario. La naturaleza humana es muy compleja. En cualquier caso, esto no le resta dramatismo al asunto. No entiendo cómo a estas alturas se puede seguir defendiendo a la banca. ¿Para evitar un mal mayor? Lo dudo muchísimo.

    Dejo un artículo sobre la estafa de las ejecuciones hipotecarias escrito precisamente como respuesta al de Santiago González.

    Un par de artículos que tratan sobre las cajas y la estafa que es el llamado 'banco malo' escritos por un empresario de esos que arriesgan su patrimonio, nada sospechoso de 'rojo peligroso' o de socialdemócrata de la ceja.

    Y uno en donde en lugar de la dación en pago se propone la liberación de deudas para las personas físicas como ocurre en la practica totalidad de países desarrollados… aunque Santiago González y sus comentaristas son tan serios y civilizados que todavía no se han enterado, porque poner a la gente sin recursos en la calle y cargarlos con deudas impagabes es un gran logro de la civilización, como todo el mundo sabe.

    Y gracias por dejarme usar tu blog como estrado... aunque quizás me has dado la mano y yo me he cogido el brazo :-)

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