06 enero, 2013

Trapiello y el egotismo.

Me pillaron las vacaciones con dos tomos de Trapiello en casa.


Terminé la segunda mitad del décimo séptimo (“Apenas sensitivo”) que ya os conté que fue el que me impulsó a seguir leyéndolos por orden. La primera parte me había gustado mucho: cuenta episodios largos, deteniéndose mucho. Como cuando recibió el Nadal o la muerte de su perra. La segunda parte me costó terminarla.

Tengo que decir que me he cansado un poco de él. Tampoco es de extrañar: he debido leer ya alrededor de 1400 páginas suyas en poco más de un mes. Terminé el cuarto tomo “Las nubes por dentro” con intención de parar. Me había cansado. Os prometo que ya pensaba dejarlo. Pero al ir a la biblioteca a por “Logicomix” (un comic sobre la crisis de los fundamentos de las matemáticas” que conocí en Pseudópodo) me traje también el quinto.

Me he vuelto a enganchar con su lectura, aquí estoy a las tres y media de la mañana y solo he podido parar de leer para escribir sobre él.

1. Interesantísimo el episodio de su encuentro con una mujer en “Los caballeros del punto fijo p.45-79 en la edición de Destino). No sé si creerlo, es la verdad. Es un poco de película pero también puede ser real. se non è vero, è ben trovato
Pero me he levantado de la cama para copiar este párrafo.

"Preceptiva literaria. Ramón admiraba a Larra. González Ruano a Larra y a Ramón. Umbral a Ruano, a Ramón, a Larra. Es verdad que todos ellos forman parte de una misma rama de la literatura y el periodismo. Y sin embargo, tiene uno la absoluta certeza de que tal admiración jamás se hubiera producido si todos ellos hubiesen tenido que compartir los mismos años, los mismos periódicos, los mismos lectores. En ese caso cada uno habría hecho resaltar los graves defectos y limitaciones de los otros, tanto porque todos ellos los tenían, como porque todos sin excepción eran escritores sagaces, rápidos como la pólvora para lo bueno y lo malo, y únicos para despejarse el camino egótico."

Habla de unos escritores concretos. Pero por todo lo que le he leído me temo que de algún modo habla de todos los escritores, al menos de los de hoy en día que tienen que pelear para destacar sobre los otros. Lo que gana uno (un premio, un bestseller, un lector) lo pierde otro. Sólo se puede ser mejor o peor por comparación con los demás.

No sé si se da cuenta, pero yo creo que de algún modo habla también de sí mismo. Él no soporta por ejemplo a Julio Llamazares, como a otros muchos. Creo que es en “Las nubes por dentro” donde lo pone verde. Ahora con Internet es relativamente fácil localizar a las X con las que nombra a otros escritores. Basta que cite una única frase de un artículo de cualquiera para que podamos encontrar su nombre en Internet. Llamazares, por ejemplo, es de León, como Trapiello. La envidia es muy mala.

No sé si conocíais la palabra EGOTISMO. Yo no.

1. m. Prurito de hablar de sí mismo.

2. m. Psicol. Sentimiento exagerado de la propia personalidad.
Me parece perfecta. Desde luego es perfecta para describir lo que le pasaba a Umbral. Creer que uno y sus cosas son muy importantes. Es cierto que es un modo de egoísmo, pero no es lo mismo. Alguien podría disfrutar siendo generoso y dando y sin embargo ser un egotista.

Y la hubiera usado para describirme a mí mismo en esta antigua entrada.

Desde luego es una esclavitud, como estar encerrado en una burbuja. Y es una esclavitud aburrida porque como uno no es tan interesante termina por aburrirle la vida. Porque lo que está aburrido es de sí mismo. Al menos eso es lo que me pasa a mí.

5 comentarios:

  1. Anónimo6/1/13, 6:33

    Me sorprende que se te pase por alto esa ligereza con la que T. desliza conversaciones privadas sin pedir permiso a los participantes,

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  2. ¿El encuentro con la mujer que mencionas es aquella a la que acompaña a una zapatería?

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  3. tienes buena memoria. Tu crees que es verdad que le pasó de verdad?

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  4. Yo creo que sí ¿Por qué mentir?

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  5. Se me ocurre una razón.
    En su vida no pasan muchas cosas. O no pasaban.
    Se te ocurre un episodio con una mujer que se sigue con interés y le da color a las cosas que le pasan, que no son muchas. ¿Qué más te da que no sea verdad? Lo escribes y ya está. Puede darle interés al diario aunque no sea verdad.

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