05 agosto, 2012

MATRIMONIO


Estudiando inglés me encuentro un listening en el que alguien dice que no se quiere casar. Que no necesita un papel oficial que certifique el amor que le tiene a su pareja.

Esta bobada está muy extendida entre la gente. Creo que viene de la época hippie, de cuando Nacha Guevara cantaba aquello de “No necesito que me firmes 10 papeles grises para amar”.
Creo que  nace del desconocimiento de lo que es el matrimonio. No estaría mal que en Educación para la Ciudadanía o donde fuera a los niños les explicaran desde pequeños que el matrimonio es un contrato entre dos particulares y que como tal es un asunto POLÍTICO (entendiendo esta palabra en sentido amplio). Una cosa es el amor privado, lo sentimientos íntimos que yo tenga o lo que haga sexualmente con alguien y otra cómo quiero que la sociedad trate esa relación.

Dejemos a un lado el matrimonio como sacramento religioso. Hablemos del matrimonio civil.

El matrimonio es un contrato civil entre dos personas por el cual éstos establecen públicamente un vínculo entre ellos con la intención de que la sociedad lo tenga en cuenta y no los trate ya a cada uno solo como individuos aislados sino también como formando “un matrimonio”. Esto tiene efectos de todo tipo. Económicos por ejemplo, para herencias, pensiones, sistema de gananciales, etc. Laborales: da derecho a un permiso de descanso inmediatamente después de la boda, da derecho a determinadas ausencias del trabajo por operaciones o enfermedad grave del cónyuge o en un último extremo por defunción. Judiciales: tengo idea que en caso de un juicio contra uno de ellos el cónyuge no tiene obligación de declarar en contra o cosas así que desconozco.

Si los padres y los hijos son familiares de primer grado, el matrimonio convierte al cónyuge en un familiar más cercano aún con los derechos y obligaciones que eso comporta. Pero esta conversión no es algo íntimo, personal, privado. No se trata de que tú personalmente lo consideres así. Si te casas lo que estás pidiéndole a la sociedad es la ley así lo trate también, otorgándote  los derechos y obligaciones que la sociedad en la que vives concede a los matrimonios.

Se quejaba un amiga mía que el padre y el hermano del autor de “Milenium” (que murió joven) habían heredado los derechos de autor de este hombre (aunque por lo visto no se llevaban bien) y la mujer (me refiero a la mujer con la que vivía) no pudo heredarlo a él porque no estaban casados.

No entiendo que pudiera ser de otro modo. Desconozco las razones por las que no se casaron pero si uno y otro hubieran querido ser los herederos legales lo que debían haber hecho era casarse. Quiero decir que casarse entre otras cosas es eso: afirmar ante la sociedad que quieres tras tu muerte tu pareja tenga participación en tus bienes.

Es más, hace poco he tenido noticia de otra mujer que no ha podido atender en el hospital a su “pareja” de muchos años, enferma de cáncer,  porque no estaban casados y una vez que “el marido” ya no estaba conscientes, los hijos no querían que lo fuera a visitar. De haber estado casados ella hubiera sido su esposa con todos los derechos y los hijos no hubieran podido impedirlo pero así …


Algunos confunden casarse con celebrar “bodorrio”. Y como no quieren celebrar boda no se casan. Como si no pudiesen ir un día al juzgado con dos testigos y firmar. Por cierto se requiere cita previa. 

14 comentarios:

  1. En el caso de Stieg Larsson parece ser que no se casaron para evitar que ella fuese blanco de posibles ataques de los grupos neonazis que él investigaba. Aunque me parece que la justificacion está un poco cogida por los pelos...

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  2. Estoy de acuerdo con tu definición de matrimonio. De todas maneras, no son sólo los hippies y progres los que han malinterpretado el concepto. Cuando se debatía la ley de matrimonio igualitario (mal llamado 'matrimonio gay') fueron muchos los que decían que no debía permitirse a las parejas homosexuales suscribir el tal contrato civil llamado matrimonio, cuando lo único que se pretendía era que se permitiese a una persona visitar a su pareja hospitalizada, compartir sus bienes, etcétera. Tal y como tú lo has explicado no se entiende la polémica… ni el subsiguiente recurso de inconstitucionalidad.

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  3. No lo veo tan claro como tú. O mejor dicho, lo veo de distinto modo. Precisamente porque es un contrato que regula la convivencia la sociedad puede considerar conveniente establecerlo de esta o aquella manera o en unas circunstancias sí y otras no.
    El estado ha considerado conveniente desde siempre (es un modo de hablar) favorecer y proteger las uniones heterosexuales. Su estabilidad permitía la crianza de los hijos y eran una unidad económica básica para la sociedad. Era una institución conveniente para el Estado y por eso existe.

    La pareja homosexual no tiene esa tradición y me parece discutible que pueda ser tan útil para el estado como ha resultado la heterosexual. En todo caso su inexistencia no me parece la negación de un derecho. El Estado no permite por ejemplo el matrimonio entre hermanos y nadie considera que se les prive de un derecho (aunque reconozco que no se dé nadie que pida eso). Tampoco se permite el matrimonio de varios individuos (imaginemos que un convento de 7 monjas quisieran ser “un matrimonio”).

    Como se sabe que existen parejas homosexuales la ley tendrá que prever qué sucede con sus bienes cuando se disuelven, o cuando muere uno de ellos o todo ese tipo de cosas. Pero que el trato que se le de tenga que ser equiparable al matrimonio heterosexual no lo veo absolutamente necesario.

    Creo que es algo potestativo del Estado, es decir algo “decidible”. Y como tal debe ser decisión de todos, no algo –como se decía- que solo atañía a los homosexuales.

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  4. Efectivamente, se sabe que hay parejas homosexuales (se estima que en torno al 5% de la población es homosexual - algunos hablan incluso de un 10%) y no veo la necesidad de que el estado tenga que "pensar" nada especial para regular la convivencia de tantísimas personas existiendo un contrato que sirve exactamente para lo mismo: el matrimonio. Hacer una ley diferente para estos casos no se justificaría desde el punto de vista práctico o legal. Sólo lo entendería si se estuviera dotando al matrimonio de un significado más profundo, si se creyera que es "más" que un simple contrato, algo que tú mismo has negado en esta entrada (o eso entendí yo).

    Lo anterior es válido para la vida en pareja, que no tiene por qué ser la única opción aunque sí es la más habitual. Ahora, si de lo que se trata es de regular la relación de más de dos personas habría que pensar en algo distinto al matrimonio. Hay cosas que ya están inventadas y otras que no. Por ejemplo, existen leyes que se aplican a las congregaciones religiosas (el derecho canónico se encarga de esas cuestiones, ¿no?) a las que se podrían acoger las 7 monjas de tu ejemplo.

    Y, hombre, yo sí creo que se priva de un derecho a una persona a la que, tras 30 años de convivencia, se le impide visitar a su pareja en su lecho de muerte. ¿En nombre de qué aceptarías una crueldad así?

    Lo que digo yo es que es contradictorio presentar el matrimonio como un mero contrato aséptico y después apelar a la tradición o a la "utilidad" de la institución matrimonial. Antiguamente la gente no se casaba por amor sino por razones de índole práctica. Por eso Joan Baez en su canción de los papeles grises (yo pensé que era de Pablo Milanés) dejaba claro que lo suyo era amor y no un contrato. A ella le daban igual los bienes gananciales porque hablaba de otra cosa. De igual modo, si hablamos de matrimonio en cuanto que contrato, no es importante saber hasta qué punto se quieren las dos personas implicadas (que cada palo aguante su vela), ni la finalidad última de la unión (a una pareja heterosexual de personas estériles o de ancianos no se les ha impedido jamás casarse), ni si la relación es conveniente para el estado o no (los divorcios son costosísimos para el estado y también existen). Además, que yo sepa, la orientación sexual no libera a nadie de la obligación de pagar impuestos. No vale ser útil sólo para lo que interesa.

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  5. No sé por qué he pensado en Joan Baez cuando tú habías escrito Nacha Guevara, que la verdad tampoco sabía que había versionado esa canción (de Pablo Milanés - confirmado). Anyway, Nacha Guevara no da el tipo de hippie: ella es snob :-)

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  6. Efectivamente, se sabe que hay parejas homosexuales (se estima que en torno al 5% de la población es homosexual - algunos hablan incluso de un 10%) y no veo la necesidad de que el estado tenga que "pensar" nada especial para regular la convivencia de tantísimas personas existiendo un contrato que sirve exactamente para lo mismo: el matrimonio. El problema de fondo de todo el debate está en considerar que la unión homosexual es una unión IGUAL que la otra.
    Si su unión es igual es injusto tratarlos diferente. Que es lo que creo que piensas tú.
    Si su unión no es igual lo injusto es tratarlos igual. Que es lo que pienso yo.

    Hacer una ley diferente para estos casos no se justificaría desde el punto de vista práctico o legal. Sólo lo entendería si se estuviera dotando al matrimonio de un significado más profundo, si se creyera que es "más" que un simple contrato, algo que tú mismo has negado en esta entrada (o eso entendí yo). (que sea un simple contrato no impide que existan unos requisitos o condiciones que lo doten de sentido. Condiciones que no cumplen por ejemplo los hermanos, como tampoco lo cumple un grupo (las monjas de mi ejemplo)

    Y, hombre, yo sí creo que se priva de un derecho a una persona a la que, tras 30 años de convivencia, se le impide visitar a su pareja en su lecho de muerte. ¿En nombre de qué aceptarías una crueldad así? (en nombre de nada creo que se puede privar a nadie de algo así, -por eso entiendo que había que regular algún tipo de unión legal para los homosexuales- pero algo distinto por ejemplo es que el Estado tenga que pagarles 15 días de luna de miel a una pareja homosexual –me refiero a los 15 días pagados que se tienen de permiso por boda- Eso solo hay que pagarlo si el Estado ve utilidad en esas uniones o quiere fomentarlas por algo. Pero eso me parece que es decidible, no me parecería un agravio comparativo si se les negara, como no me parece mal que no se les conceda a los que nunca se casan. Algo beneficioso deben hacer las parejas cuando eso se les concede y no se le conceden 15 días a todos los solteros que podían sentirse agraviados y enfadados porque a ellos no se les dan esas vacaciones.

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  7. Lo que digo yo es que es contradictorio presentar el matrimonio como un mero contrato aséptico y después apelar a la tradición o a la "utilidad" de la institución matrimonial. (No veo contradicción, sino al contrario coherencia, la utilidad para el estado -y para la sociedad en general- está en el origen del matrimonio como contrato –constituía un caldo de cultivo adecuado para la crianza de los hijos y servía también para unir patrimonios- y porque era útil se protegía jurídicamente y se regulaba de esta o aquella manera. Por eso digo que es el matrimonio es un acto político. Lo es ahora y lo es. Porque organiza la convivencia de un determinado modo. La utilidad está en la esencia del contrato (supongo que de todo contrato) y porque ha sido útil se ha convertido en tradicional. Cuando apelo a la tradición quiero decir que los tiempos pasados lo acreditan como beneficioso. Tradicionalmente la homosexualidad se consideraba perjudicial y no se fomentaba sino al contrario. Quizás por la misma razón por la que tener muchos hijos se consideraba una bendición, supongo que porque eran necesarios, y porque en otros tiempos dos personas que se condenaban a ser infértiles eran un desperdicio y la producción de hijos era necesaria. Esto claramente los tiempos lo han cambiado y quizás por eso la tradición no tenga ya vigencia.
    Antiguamente la gente no se casaba por amor sino por razones de índole práctica. (es cierto que el amor tiene una parte de desinterés pero también lo tiene de interés, yo no separaría el amor de lo práctico) Por esto Joan Baez en su canción de los papeles grises (yo pensé que era de Pablo Milanés) (yo se la oí muchos años a Nacha Guevara –no a Joan Baez- pero no sé quien es el autor del poema.) dejaba claro que lo suyo era amor y no un contrato. A ella le daban igual los bienes gananciales porque hablaba de otra cosa. (No estoy seguro. Pareces defender un amor desencarnado, desmaterializado, pero los seres humanos somos cuerpo y necesidades materiales. Precisamente el amor se puede traducir en decisiones económicas. Porque te quiero mucho quiero que seas tú quien heredes mis bienes a mi muerte y no mis padres o mis hermanos. Porque te quiero mucho quiero que en caso de encontrarme yo enfermo e incapaz seas tú quien decida si me operan o no o me hacen esto o lo otro. Que el matrimonio sea un contrato no lo separa completamente del amor, quizás lo une, quiero decir que algunas consecuencias del contrato pueden ser entendidas como un acto de amor (aunque no necesariamente tenga que ser enamoramiento). De igual modo, si hablamos de matrimonio en cuanto que contrato, no es importante saber hasta qué punto se quieren las dos personas implicadas (que cada palo aguante su vela), ni la finalidad última de la unión (a una pareja heterosexual de personas estériles o de ancianos no se les ha impedido jamás casarse), (en los tiempos del origen del matrimonio no se podía saber si la pareja era fértil o no pero para mí está claro que la producción de hijos no era algo ajeno, anecdótico, secundario o casual en la protección de la unión heterosexual ni si la relación es conveniente para el estado o no (los divorcios son costosísimos para el estado y también existen). Además, que yo sepa, la orientación sexual no libera a nadie de la obligación de pagar impuestos. No vale ser útil sólo para lo que interesa.

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  8. Qué gracioso, mientras yo redactaba mi respuesta -que me ha llevado lo mío- tú escribías tú segundo comentario. FUNNY.
    Publiqué los míos, antes de leer el último tuyo.

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  9. La canción será, como dices, de Milanés pero parece que el poema es de Benedetti.

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  10. Pues sí, yo creo que una unión homosexual es igual a cualquier otra. Quizás ya esta afirmación tendría que poner fin a este debate pero voy a seguir abusando un poco más :-)¿Por qué creo lo anterior? Porque todos tenemos la misma capacidad y/o derecho de amar y de ser amados. Como tú has dicho: "porque te quiero mucho quiero que seas tú quien heredes mis bienes a mi muerte y no mis padres o mis hermanos. Porque te quiero mucho quiero que en caso de encontrarme yo enfermo e incapaz seas tú quien decida si me operan o no o me hacen esto o lo otro…" Como ves, esto lo puede sentir cualquiera y no tiene nada que ver con tener o no tener hijos. Claro que entiendo que en su origen la institución matrimonial estaba íntimamente ligada a la función reproductora de la pareja. (A propósito, en el origen del matrimonio sí se sabía que una mujer de más de 60 años - por poner mucho margen - no iba a quedarse embarazada y sí se le permitía casarse… con un hombre). Y me parece lógico todo, además de estupendo, pero también me parece perfectamente razonable que se amplíe el alcance del contrato matrimonial para dar respuesta a la realidad de muchísimas personas. Es algo que da mucho y no quita absolutamente nada a nadie: tu unión no se degrada porque existan matrimonios homosexuales, ¿o crees que sí?
    Por otro lado, repito, no niego que en origen el matrimonio se creara para proteger a los hijos (y la propiedad privada) pero de ahí a decir que la pareja heterosexual es más "útil" para el Estado hay mucho trecho. Hablar en términos de utilidad social me suena a cosa del Gran Timonel o del Querido Líder, francamente :-)

    Eso sí, ahora que ya hace tiempo que se admite el matrimonio civil independientemente del sacramento, y que desde no hace tanto tiempo también es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que me parece que sobra - por redundante - es la ley de parejas de hecho. Hay quienes siguen prefiriendo esa opción por parecer modernos, o por malentender la idea de libertad, cuando en realidad están haciendo lo mismo que el que se casa. Quizás este era el espíritu inicial de tu post y yo lo pervertí sacando este tema.

    Respecto al permiso de 15 días tras una boda, lo justo es que se le den a todo el que se case, aunque tampoco veo necesaria su existencia. Quizás sería más lógico ampliar el tiempo de permiso por maternidad o paternidad que dar esas dos semanas para una luna de miel. En cualquier caso, a mí me duele más dárselo al que se casa cuatro veces tras otros tantos (menos 1) divorcios.

    En cuanto a lo de los hermanos… siempre que se habla de este tema surge la tentación de imaginar situaciones rocambolescas como la de unos hipotéticos hermanos que se quieren casar. Afortunadamente la naturaleza no permite que surja atracción sexual entre hermanos que se crían juntos. Los poquísimos casos que existen son de hermanos separados en la infancia que se reencuentra de adultos. El otro día salió en el periódico una pareja de hermanos en Galicia, con hijos, a los que les habían dado libro de familia. Aunque la situación me es chocante, supongo que era la mejor solución para los hijos. Respecto a otras combinaciones, pues las siete monjas ya tienen las normas correspondientes a las congregaciones religiosas mientras que la regulación de la poligamia, por ejemplo, no me parecería mal si fuera algo que la sociedad realmente demandase.

    ¡Ah!, y la canción - letra y música - es de Pablo Milanés. No es de ningún poema de Benedetti, como se dice equivocadamente en algunas páginas de Internet.

    Y ya me callo :-) Confieso que estos debates me entretienen. Espero no haber sido muy pesada.

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  11. Aunque nuestros puntos de vista sean distintos en una cosa coincidimos: a ambos nos entretienen estos debates. 

    Empecemos por la utilidad social. Todas las leyes tienen un origen interesado, es decir, nacen porque el Estado o la sociedad o ambos consideran beneficioso para el conjunto de la sociedad obligar a esto o a lo otro (o al menos así debería ser en un Estado que busque el bién común). Por eso el matrimonio es política, es decir, organización de los asuntos públicos de la polis. Y porque afecta a los asuntos públicos (algo tan importante como los hijos o el patrimonio) el estado se mete a legislar sobre “amores” que podía ser algo puramente privado o íntimo. Lo que yo quiero decir sobre el interés público es que la ley no se hace únicamente para satisfacer a las personas afectadas sino a toda la sociedad.

    Sin embargo, no todos los “amores” tienen porqué ser regulados legalmente.
    La existencia de la querida era algo muy habitual hace años y no por eso el Estado se metió a regularlo –que yo sepa-. Incluso cuando a veces era algo conocido y en algunos casos consentido por la propia esposa. Parece que históricamente el Estado no ha querido proteger o fomentar la institución de “la querida” aunque fuera una realidad social (que seguramente afectaba a más personas que la relación homosexual) y aunque muchas veces supongo que habrá habido problemas cuando la relación se “disolvía”. Lo mismo podría suceder con la pareja homosexual. Algo que sucediera en la vida privada pero no en la pública. Por cierto, yo soy partidario de que se regule pero no con la misma categoría y el mismo rango que el matrimonio. Y esto sencillamente porque no se trata de lo mismo. (Aunque “el sencillamente” es un modo de hablar, si lo estamos debatiendo será que no es tan sencillo.)
    Por cierto, en relación con este argumento, cuando la aprobación de la actual ley, Bono daba a favor una razón falaz, en unas declaraciones públicas. Era la siguiente: “Lo que yo no entiendo es por qué existe alguna gente tan interesada en entrometerse en ‘con quién se acuesta cada uno’. Que cada uno haga lo que quiera.” Como si eso fuera lo que se discutía. No se trata de con quien se acuesta o con quien vive cada uno. El tema es si el Estado debe proteger y de qué modo ese tipo de uniones. ¿Qué bien se protege o qué beneficio se obtiene equiparando los amores homosexuales al matrimonio?

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  12. El matrimonio (o el mal llamado “matrimonio heterosexual”, llamarlo así ya es una concesión al adversario, matrimonio no hay mas que uno) es una institución que históricamente ha conseguido vertebrar la sociedad siendo una institución económica y una de las funciones políticas que cumplía (función básica) era proveer de nuevos miembros a la sociedad y criarlos hasta que se hacían miembros adultos.

    No sé si toda la tecnología al servicio de la reproducción y la adopción por parte de homosexuales llegará algún día a tener la fuerza y la efectividad que ha tenido la naturaleza de la pareja heterosexual institucionalizada. Si dentro de muchos años las parejas homosexuales han demostrado funcionar igual de bien en esta función... tendré que repensar el asunto (si me pilla con fuerzas para ello.)

    Ah, por cierto, creo que supiste verlo muy bien: esta entrada estaba escrita en contra de la institucionalización de las parejas de hecho. Creo que pretenden coger derechos del matrimonio sin tomar sus deberes.

    En todo caso, mi propuesta –es bastante innovadora, no sé si los legisladores me harán caso  - es disolver todos los matrimonios existentes y tratar como matrimonio únicamente a aquellas parejas que tengan hijos porque cumplen una función social que hay que cuidar. Es decir, las relaciones afectivas no necesitan ser reguladas. Podrían crearse sistemas por los cuales pudiéramos determinar algunos asuntos –quién hereda tus bienes y aquellas otras cosas que nombrábamos-)
    Y esto enlaza con otro tema también polémico… ¿pueden adoptar como pareja los homosexuales?

    Decías “tu unión no se degrada porque existan matrimonios homosexuales, ¿o crees que sí?”

    La creación de moneda falsa devalúa la auténtica. Creo que esa frase lo explica todo.

    Con esto –equipararlo a la moneda falsa- no hay discriminación o desprecio del amor homosexual, sencillamente es que no se trata de lo mismo porque la naturaleza no ha dotado con la misma fuerza a unas uniones y a otras. En relación con esto escribí algo hace tiempo que a lo mejor te interese leer. Está aquí.


    http://patatitaspochas.blogspot.com.es/2008/08/limitacin.html

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  13. Gracias por contestar, Loiayirga. Tendría muchas puntualizaciones que hacer pero creo que lo voy a dejar por aquí porque la cosa se puede eternizar y porque me remuerde la conciencia de haber venido a polemizar en un blog ajeno :-)
    Al final, los dos estamos de acuerdo en que el matrimonio es una cuestión política y no tanto romántica o amorosa, que era en realidad de lo que trataba tu entrada. Un saludo.

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