05 marzo, 2012

EL HORROR DE LA VIDA

Ultimamente tengo un estrés tremendo y tengo muchos pensamientos negativos. En uno de esos días escribi este post, que no me gusta nada pero que cuelgo ahora.
Creo que os he dicho que soy el que se ha encargado (de entre todos los hermanos) de contratar con seguridad social y todo a la mujer que cuida a mis padres.

Llevamos cuatro meses con ella, hace unos días he tenido que darle una mala noticia: Va a trabajar menos horas y naturalmente va a cobrar menos.

Mis padres que están muy viejos, 80 y 90 una y otro, pero muy válidos no entienden tener que pagar 600 euros al mes para tener una mujer con ellos siete horas al día. Digo 600 sin contar la seguridad social, que en total suman 760. Mis padres se ven válidos, porque lo están, y llevan tres meses ya diciendo que les sobran “cuidados”.

Esta señora es una peruana de 60 años y su marido fue despedido del restaurante en que trabajaba hace tiempo y ya no cobra el paro. Sobre un papel, anotando las cifras le expliqué lentamente lo que iba a quedarle. 471 euros por trabajar 5 horas. Podía repartir las dos pagas extras prorateadas entre los doce meses pero no quería. La cifra de 471 está sacada de una tabla elaborada por las ONGs que se ocupan de esto. Es poco dinero para vivir, está claro, pero mis padres no quieren pagar más.

No sé para qué os voy a contar más detalles. La verdad amarga que descubrí al día siguiente, cuando pensaba sobre esto, es que si a mi padre o a mi madre les daba un ictus a esta mujer tendríamos que contratarla a full time y la venía a ver Dios.

Este componente de HORROR de la vida pasa inadvertido todo el tiempo. O al menos lo pasa para mí. El mal de unos es el bien de otros. Es cierto que cuando pensamos en las injusticias sabemos que precisamente las ganancias del explotador nacen de las desdichas del explotado, si me permitís usar este lenguaje marxista un poco pasado de moda. Pero el caso de la injusticia lo vemos como algo que podría no ser así, que no debería ser. Si todo fuera “como Dios manda” los pobres no serían pobres porque los ricos no los explotarían. El mal de la injusticia queremos verlo como algo accidental.

Recibir beneficio del mal de otro es la esencia de la vida en el caso que cuento de mis padres y su cuidadora. Creo que utilizar la palabra "horror" es bastante adecuado ¿no?

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